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El PSOE juega la carta del bipartidismo para aglutinar el voto progresista si pincha Sumar

A los socialistas les preocupa que muchos votos "vayan a la basura" si sus socios de Gobierno no obtienen representación. Sánchez apela al voto útil y centrará su campaña en confrontar con Feijóo, obviando la política de bloques. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa conjunta celebrada con el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, tras mantener un encuentro este lunes en el Palacio de la Moncloa
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa conjunta celebrada con el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, tras mantener un encuentro este lunes en el Palacio de la Moncloa. Javier Lizón / EFE

O Alberto Núñez Feijóo o Pedro Sánchez. El mensaje que ha trasladado el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE desde que anunció el adelanto electoral es, de momento, rotundo. Los socialistas han resucitado el bipartidismo a raíz de lo sucedido el 28 de mayo. Y lo han reflejado además con una petición específica: los seis cara a cara televisivos que ha propuesto Sánchez contra el líder del PP. 

El propio presidente ha dicho públicamente este lunes que tenemos un sistema multipartidista y que el bipartidismo "quedó atrás". También que aceptará debates con otras formaciones "como Sumar y Vox". Un mensaje nada casual al obviar a Podemos de la ecuación. Algo que ya hace desde hace prácticamente un año, momento en el que comenzó a hablar del "espacio de Yolanda Díaz" al referirse a sus socios de Gobierno y el horizonte electoral.  

Pese a eso, las críticas le han llegado precisamente de la vicepresidenta segunda. Minutos después del anuncio de Sánchez, Díaz criticaba que "quien crea que el futuro de España se resume en una foto de Pedro Sánchez y Feijóo está fuera de la realidad de nuestro país". "El bipartidismo es el pasado", añadió. 

Las llamadas al voto útil o la concentración del voto alrededor del PSOE han sido ya frecuentes y explícitas estos días. E irán a más. El PSOE no quiere que haya votos "que se tiren a la basura". Es decir, que no obtengan representación parlamentaria en el Congreso. Algo que ya sucedió en las municipales y autonómicas. Para Ferraz y Moncloa, esta fue una de las claves evidentes de la pérdida de poder institucional del PSOE y, por consiguiente, de las fuerzas progresistas. 

La clave aquí, teniendo en cuenta la ley electoral y el reparto de escaños, está especialmente en las circunscripciones más pequeñas. "En algunas de ellas es prácticamente imposible que obtengan representación", apuntan fuentes de la dirección socialista en Ferraz.

Hay un puñado de ejemplos donde tan solo PP y PSOE consiguieron escaño en 2019: Soria, Palencia, Huesca, Cuenca, Orense, Burgos o La Rioja. Y otros donde fue Vox quien obtuvo representación por detrás de las dos fuerzas del bipartidismo, en lugar de Unidas Podemos: Ciudad Real, Ávila, Zamora, Segovia, Guadalajara, Salamanca, León, Cáceres, Albacete, Valladolid, Huelva o Jaén.

En todas estas circunscripciones se reparten entre dos y cinco escaños. Solo si Sumar pudiera arrebatar la tercera plaza a la ultraderecha de Vox podrían conseguir escaños en esos territorios aparentemente difíciles. Los socialistas no las tienen todas consigo y dudan de que eso vaya a ocurrir. Por ello piden sin tapujos el voto útil ante una hipótesis de pinchazo del proyecto de Díaz.

También para minimizar una posible derrota y tener una oposición lo más fuerte posible en el caso de que la balanza se decantara por la suma de PP y Vox para formar Gobierno. Porque pese a esta aparente carta bipartidista, al mismo tiempo los socialistas incluyen en la ecuación a la ultraderecha como una extensión ya natural de los populares.

En el PSOE se han desentendido del futuro de Sumar y Podemos. El mensaje es que "hagan lo que consideren pero que tengan en cuenta que a mayor fragmentación, más votos sin escaños". De momento, el PSOE no tiene previsto proponer de forma tajante que sus todavía socios de Gobierno se presenten solo en las circunscripciones donde puedan obtener escaños. Pero algunas voces consultadas ya piden "realismo" en los planteamientos de cara a la cita con las urnas. 

Algunos dirigentes socialistas consultados por Público confían incluso en que ellos mismos (Sumar/Podemos) sean conscientes de la situación y den el paso para no presentarse en determinados lugares. "Es cosa suya", dicen en Ferraz con el ánimo de no poner el foco en lo que hagan hacia su izquierda sino en presentar a Sánchez como "la única alternativa". "Sumar se ha quedado en el camino", sentencian otras voces, pesimistas en cuanto al empuje actual de Díaz. 

Almunia y Frutos, año 2000

El contexto actual es muy diferente, ya que se ha gobernado en coalición durante cuatro años, algo inédito. Pero hace décadas el PSOE puso encima de la mesa este asunto de forma explícita. Lo hizo Joaquín Almunia, quien propuso de manera formal al entonces líder de IU, Paco Frutos, que su formación no se presentara en cerca de una treintena de provincias en las que nunca habían tenido representación.

IU rechazó tal planteamiento, aunque curiosamente Frutos no hizo campaña en muchos de esos lugares. Donde sí pactaron listas conjuntas IU y PSOE fue para el Senado en 27 provincias. El PP de José María Aznar ganó con mayoría absoluta aquellos comicios en ambas cámaras. "El acuerdo es para llegar a Moncloa", dijeron entonces en una posición en la que partían desde la oposición.

La situación ahora es diferente y no parece, más allá de opiniones personales, que Ferraz vaya a llegar a ese punto. Pero el "voto útil" vuelve a sobrevolar el ambiente en las filas del PSOE. Y el fantasma del bipartidismo se asoma de nuevo a la vida política 12 años después del 15M.

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