MADRID.- El PSOE rindió este viernes homenaje a la figura de Txiki Benegas, fallecido el pasado 25 de agosto, con un acto en Ferraz corto, escueto en las intervenciones y emotivo.

No será el último homenaje, pero Ferraz parece que quería sacarse la espinita de no haber puesto la capilla ardiente en su sede, por deseo expreso de la familia, y no quería dejar pasar más tiempo sin recordar la figura del histórico dirigente socialista. Parte de la familia de Benegas sí acudió.

También estuvieron en el acto la gran mayoría de los miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE, y una amplia representación del socialismo vasco, entre otros, Patxi López, Ramón Jáuregui o Eduardo Madina. Tampoco faltaron viejos amigos como Francisco Fernández Marugán, ni otros más nuevos, como Ángel Gabilondo. Y, asimismo, acudió el ex secretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba.

La secretaria general del Partido Socialista de Euskadi (PSE), Idoia Mendia, abrió el acto elogiando la figura de Benegas, como un luchador por la paz y la libertad, “primero contra el franquismo, y después contra el terrorismo de ETA”, afirmó. Pero, además, puso en valor su capacidad para “tender puentes” entre los discrepantes, y recordó que de su mano nacieron grandes acuerdos en este país desde la Transición hasta ahora.

Dirigentes socialistas durante el homenaje a Txiki Benegas. EFE/ J.P. GANDUL

A continuación, tomó la palabra el actual secretario de Organización del PSOE, César Luena, quien dijo que había constatado que todos los que sustituyeron a Benegas en su cargo como “número dos” del PSOE le llamaban para pedirle consejo, y admitió que él también lo había hecho. “Nadie ha dejado de hacerlo nunca, y siempre te lo daba”, indicó.

El dirigente socialista ironizó con las cualidades que tuvo, porque apuntó que no debió de ser fácil ser secretario de Organización en un periodo complicado entre Felipe González y Alfonso Guerra.

Luena elogió la “valentía” de Benegas durante toda su trayectoria política y la enseñanza que ha dejado a las nuevas generaciones socialistas y, en su recuerdo, anunció que la sala de reuniones de la Secretaría de Organización del PSOE se llamará a partir de ahora con su nombre, a la vez que enseñó la placa que lucirá en la puerta. El acto acabó en poco más de veinte minutos, aunque no faltaron abrazos emotivos entre los asistentes y muchos ojos enrojecidos.