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La pugna por rentabilizar la reforma laboral y el bulo sobre Garzón devuelven las tensiones al seno del Gobierno

Sánchez se limitó a calificar de "polémica" las palabras del ministro de Consumo sobre las macrogranjas y la ganadería extensiva sin respaldarle, mientras Podemos califica de "deslealtad" que el PSOE utilice un "bulo de la ultraderecha" para atacar a Garzón. El presidente hace bandera de la reforma laboral y busca implicarse en liderar la negociación para su aprobación en el Congreso, la cual quiere pilotar Yolanda Díaz.

24/02/2020 Yolanda Díaz y Alberto Garzón en una imagen de archivo
Yolanda Díaz y Alberto Garzón en una imagen de archivo. Moncloa / Europa Press

Tras varios meses de relativa tranquilidad interna en el seno del Gobierno de coalición se han vuelto a recrudecer en los últimos días las tensiones entre los dos partidos que conforman el Ejecutivo con dos temas muy concretos: la polémica sobre la entrevista del ministro de Consumo, Alberto Garzón, en la que habló de las macrogranjas (que un medio afín al sector cárnico tituló y difundió de manera descontextualizada para lanzar el bulo) ; y quién rentabiliza el acuerdo sobre la reforma laboral y pilota la negociación para lograr el acuerdo en el Congreso.

Sobre las palabras de Garzón, se pronunció en una entrevista en la Cadena SER el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para decir una y otra vez que "lamentaba" la polémica, pero sin cerrar filas en ningún momento con un ministro de su Gobierno ni con su posicionamiento en este asunto.

Las declaraciones de Sánchez fueron para Unidas Podemos la última gota de un vaso que empezó a colmarse cuando barones socialistas como Lambán pidieron la dimisión del titular de Consumo, y que ya había rebosado cuando la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, defendió que sus palabras eran "a título personal" y no una posición del Ejecutivo.

Desde Podemos acusaron al PSOE de querer "volver al bipartidismo de la mano del PP por difundir un bulo" con el objetivo de atacar a Garzón. En la formación se sintieron especialmente "decepcionados" con que la parte socialista del Gobierno haya dado la espalda al ministro de Consumo en un "ataque de la derecha": "Nosotros siempre hemos sido leales y hemos defendido a los miembros (del Ejecutivo) que han sido víctimas de bulos y ataques de la extrema derecha", recordó su portavoz, Pablo Fernández.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, también cerró de nuevo filas con Garzón públicamente al recordar que la apuesta por la ganadería extensiva es un compromiso del Gobierno que se recoge, incluso, en "documentos" como la agenda 2050 impulsada por el propio Sánchez. Pero fue un paso más allá y lanzó una advertencia clara a los socialistas cuando le preguntaron por las palabras del presidente: "Pediría que cuidemos la coalición y seamos cuidadosos con nuestras palabras", dijo.

En la formación morada se relaciona la actitud del PSOE con la influencia de la gran industria cárnica y de la ganadería intensiva, un modelo que al ser criticado por Garzón toca, a juicio del espacio confederal, "fibras económicas". También lo achacan a la proximidad de las elecciones de Castilla y León, una comunidad donde el peso económico del sector primario es crucial.

Reforma laboral en el Congreso: decreto o proyecto de ley

Para Unidas Podemos, en estos comicios es dónde se verá si hay una diferencia real entre los dos socios de la coalición en este asunto: "La mayoría de la sociedad castellanoleonesa rechaza las macrogranjas y defiende a los pequeños y medianos ganaderos, y el PSOE lo sabe", aseguran.

La reacción de la formación morada sorprendió por su virulencia en las filas del PSOE y del propio Gobierno, aunque se decidió guardar silencio y no alimentar el enfrentamiento con su socio de Gobierno. "Nos remitimos a lo dicho por el presidente del Gobierno lamentando esta polémica", se limitaron a reiterar las fuentes consultadas por Público tras conocerse la reacción de sus socios.

En el PSOE, por orden del propio Sánchez, se decidió no entrar en ninguna polémica en el Comité Federal sobre este asunto que, además, consideran que electoralmente les hace un flaco favor de cara a las elecciones de Castilla y León al PSOE y a la izquierda en general.

En cuanto a la reforma laboral, entre bambalinas se está librando una batalla soterrada en cuanto a qué partido rentabiliza el acuerdo entre empresarios y sindicatos, y quién pilota y dirige la negociación parlamentaria para buscar la convalidación del real decreto en el Congreso.

A Sánchez, desde hace días, no se le cae de la boca la importancia del acuerdo entre sindicatos y empresarios para la reforma laboral (fueron las dos palabras que más pronunció en su discurso ante el Comité Federal del PSOE), y hasta el acuerdo lo puso como el mejor ejemplo de la labor del Gobierno en cuanto a cumplir lo acordado, con diálogo y acuerdo.

Sánchez se reunió en Ferraz con los responsables económicos del PSOE para analizar la reforma laboral

El líder del PSOE ya pidió a su partido el pasado viernes, en el Comité Federal del PSOE, que hiciera campaña explicativa de la reforma laboral por todos los rincones de España y este mismo lunes el partido lanzó varias iniciativas en redes sociales.

Sánchez, además, de forma inusual se reunió este lunes en Ferraz con todos los responsables económicos del Gobierno, del Congreso y del partido para analizar la reforma laboral y, además, para intentar pilotar la negociación con el resto de grupos en el Congreso para que sea aprobada.

El presidente dijo que su partido emprenderá negociaciones con todos los partidos de la Cámara Baja, incluido el Partido Popular, con el objetivo primordial de que sea aprobado el Real Decreto y, en principio, sin necesidad de tramitarlo luego como proyecto de ley.

Sánchez, de esta forma, ha desplazado a Nadia Calviño, que tuvo un papel muy protagonista en la recta final de la negociación y, según fuentes consultadas, se va a implicar directamente si hace falta en conseguir el mayor acuerdo posible en el Congreso.

En este contexto, desde hace semanas Yolanda Díaz mantiene conversaciones con las formaciones del denominado bloque de la investidura para tratar de cerrar un acuerdo acerca de la tramitación parlamentaria de la reforma laboral. La vicepresidenta quiere que se respete el marco del acuerdo alcanzado en el seno del diálogo social, pero es consciente de que los socios del Ejecutivo van a tratar de introducir modificaciones en un texto que consideran insuficiente.

Es por esto que el debate real reside en la actualidad en si la norma se aprobará como decreto (un texto cerrado y no sujeto a modificaciones) o como proyecto de ley (con la posibilidad de que los grupos puedan introducir enmiendas). Desde su departamento no se traslada cuál es su apuesta en este sentido (con el objetivo de no abrir un conflicto con un PSOE que, a día de hoy, no está dispuesto a dejar que la norma se pueda modificar en el Congreso), y se limitan a decir que lo importante es el diálogo; sin embargo, no se rechaza en ningún caso la posibilidad de que se tramite como proyecto de ley (siempre que se respete el perímetro básico acordado con patronal y sindicatos).

Lo que parece claro es que el PSOE quiere rentabilizar el acuerdo y no dejar a la vicepresidenta segunda y probable rival electoral de Sánchez, Yolanda Díaz, colgarse de las medallas del pacto más importante habido hasta ahora en esta legislatura.

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