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Rajoy presume de haber arreglado España y de no temer a Artur Mas

El presidente hace un balance especialmente positivo de su legislatura y pone como ejemplo unos presupuestos más abultados para 2016. Esquiva responder sobre las corrupción en el PP y advierte de que "no habrá independencia de Catalunya de ninguna manera"

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su comparecencia. -EFE

JAIRO VARGAS

MADRID. -La recuperación económica es indiscutible y está asentada, Catalunya no se va a independizar "de ninguna manera" y la corrupción en el PP, ya tal. Ese es el resumen de legislatura que ha hecho el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su comparecencia tras el último Consejo de Ministros en el que se han ha aprobado los Presupuestos Generales del Estado para 2016. Unos presupuestos algo más abultados que los de 2015 y que se ha empeñado en sacar adelante antes de que acabe el verano, a dos meses de las elecciones en Catalunya y a menos de medio año de las generales.

El balance de gestión que ha hecho ha sido triunfalista. "Se cierra una etapa dificilísima y España entra en círculo virtuoso de más competitividad, crecimiento, empleo, ingresos y menos impuestos", ha asegurado el jefe del Ejecutivo, que ha pronosticado un nueva rebaja de impuestos "si se mantiene la recuperación". Para Rajoy todo va bien, aunque continúa la "tarea difícil e ingrata" de consolidar el objetivo de déficit público fijado por Bruselas. Espera que en 2016 se sitúe en 2,8% del PIB y que 2015 cierre en el 4,2%, lejos del déficit del 9% que encontró cuando llegó al Gobierno en 2011.

España está arreglada para el presidente, quien presume de que seremos el país que más crezca este año de todos los Estados desarrollados, incluso por delante de Estados Unidos y Reino Unido, según las perspectivas económicas de la OCDE, algo menos triunfalistas que las del Gobierno.

Los precios no suben, aumentan las exportaciones y se crea empleo. "Hoy las cosas están mucho mejor" y "los españoles podemos mirar al futuro con más seguridad y optimismo", ha afirmado Rajoy. Según el presidente, los datos muestran que el desempleo cae a un ritmo del 7% y augura la creación de un millón de empleos en dos años, "mientras que quienes nos critican olvidan que su Gobierno llevó la tasa de paro del 8% al 20%", ha reprochado un Rajoy sonriente.

Aunque es consciente de que "hay aún mucha gente" que no ha notado los efectos de esta "consolidada" recuperación, Rajoy cree que "el hecho de que muchos lo hayan conseguido es un horizonte para los que no los han logrado". Envía mensajes de confianza en las políticas que ha aplicado su Ejecutivo a pocos meses de la cita con las urnas. "Si seguimos aplicando estas políticas, ahora con más margen presupuestario, se van a resolver los problemas", ha subrayado. "Sé que aún hay gente en situación de dificultad, pero ya son menos que antes", ha zanjado sobre ese tema.

La amenaza del independentismo y de no ser Gobierno

Sin embargo, el presidente alerta de los "riesgos" de que todo vuelva a torcerse: la "incertidumbre política", el independentismo de Artur Mas en Catalunya y que España se acerque a las posiciones económicas y políticas griegas, en una clara referencia a Podemos sin citarlo directamente, son los monstruos que esgrime. Nada de lo conseguido es estable si el PP no gobierna, lo demás son "ocurrencias" y "prometer cosas imposibles", ha insistido.

"Recuperar la confianza ha sido una tarea ardua y laboriosa; y perderla puede ser muy rápido y fácil", ha argumentado en referencia a un cambio en las políticas de austeridad y recortes que ha aplicado el PP esta legislatura y que supuestamente cambiarían con otro Ejecutivo. "La amenaza de liquidar el conjunto de reformas es un pésimo mensaje que genera incertidumbre. También se genera cuando se predica una política económica que nos llevaría otra vez al déficit descontrolado y a subidas de impuestos por razones puramente ideológicas", ha advertido.

En cuanto al desafío independentista del president de la Generalitat de Catalunya, Rajoy dice que el Gobierno no va a cambiar de postura. "No va a haber independencia de ninguna manera", ha dejado claro el presidente. La posición del Gobierno es y ha sido "firme, prudente y proporcional", sin "haber cedido en nada que no debiéramos ceder". Aunque no entra en detalles más allá de "hacer que se cumpla la ley y defender la unidad y la soberanía nacional".

No le "preocupa en absoluto" la lista independentista de Mas y Oriol Junqueras encabezada por "personas que venían del PCE y del PSUC", ha incidido para conjugar el mayor de los temores que a su juicio debe tener la sociedad: el comunismo y el independentismo unidos. También ha vuelto a asustar con una salida de Catalunya de la UE, del euro y de Banco Central Europeo si siguen el camino dictado por Mas, "eso no tiene ningún sentido y no se va a hacer", ha insistido.

Las elecciones del próximo 27 de septiembre son simplemente una elecciones autonómicas "normales", "no son plebiscitarias", insiste, aunque reconoce que son de gran trascendencia para el futuro de España.

Sin comentarios sobre la corrupción

Enarbolar un positivo escenario económico es la baza que quiere jugar el presidente para las elecciones frente a los múltiples casos de corrupción que le han estallado en la cara. Si Rajoy se ha negado 20 veces a comparecer en el Congreso para responder por las tramas que afectan a su partido en todo el país, esta comparecencia no iba a ser el lugar para dar cuenta de ellas. Sí se ha referido, al ser preguntado en varias ocasiones, a las conversaciones de diputados y cargos electos del PP recogidas en el sumario de la trama Púnica, una conversaciones "nada edificantes, reprochables y que nos hubiera gustado no tener que escuchar nunca". El jefe del Ejecutivo dice que "va a actuar" para que no se vuelva a repetir y confía en que los tribunales dicten sentencia, además de que no la pase demasiada factura electoral.

En cuanto al escenario postelectoral que traerá 2016, Rajoy, que no ha querido "mirar al pasado y sí fijarse en el futuro" cuando se le pregunta por corrupción y por su actitud hacia Catalunya, ha preferido quedarse en el presente y ha eludido responder sobre si contempla una gran coalición con el PSOE en caso de que no logre mayoría absoluta .

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