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Rajoy, sobre la consulta en Catalunya: "Por ahí no van a parte alguna"

El presidente del Gobierno se declara partidario del diálogo pero sin contemplar "el único punto en el que no podemos decidir, ni ustedes (los soberanistas) ni yo, sino todo el pueblo español".

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ocupa su escaño al inicio del Pleno de la sesión de control al Gobiernoen el Senado. | KIKO HUESCA (EFE)

JUAN ANTONIO BLAY

MADRID.— Mariano Rajoy está dispuesto a dialogar con Catalunya sobre una larga relación de asuntos, pero entre éstos no se encuentra el referéndum que reclaman los promotores del proceso soberanista. Así de claro se desprende del debate que ha mantenido este martes por la tarde en el Senado con el portavoz de los senadores del PDCAT, Josep Lluis Cleries, en la sesión de control en la Cámara alta.

El portavoz catalanista le ha interpelado por el "contenido" que pensaba adscribir a su concepto de "diálogo" con el que Rajoy quiere establecer una nueva relación con Catalunya al inicio de esta legislatura. "De momento, Catalunya tiene consciencia del maltrato recibido por parte del Estado", ha dicho Cleries al tiempo que desde la bancada popular se lanzaban abundantes abucheos.

"Ustedes ponen el medidor del diálogo en el único punto en que no podemos. Huyan ustedes de quienes quieren acabar con todo, con los extremismos porque por ahí no van a parte alguna", ha zanjado Rajoy al final del rifirrafe con su interpelante tras un cruce de argumentos en el que no se ha encontrado precisamente cómodo el presidente del Gobierno.

En realidad, ha sido un diálogo de sordos, pese a que la palabra diálogo ha sido profusamente utilizada tanto por el uno como por el otro. El portavoz Cleries, desde su rincón en el grupo mixto de la Cámara alta, le ha atribuido una serie de ataques a Catalunya desde el Estado español y especialmente desde el partido que preside el propio Rajoy. "Esperamos el diálogo, porque nos lo merecemos", ha concluido Cleries.

El presidente del Gobierno no se ha quedado corto a la hora de contestar. "Con reproches no se puede avanzar. En el enfrentamiento no me va a encontrar. Podríamos hablar más si hubiera más voluntad", le ha espetado Rajoy antes de concluir con sus advertencias a su interpelante por sus compañías poco aconsejables.

Sobre la desigualdad en España

Previamente, el portavoz socialista, Vicente Álvarez Areces, le ha interpelado duramente, aunque sin perder su compostura elegante, al presidente del Gobierno sobre qué medidas pensaba adoptar para reducir las desigualdades sociales en España, una realidad que ha ido en aumento en los últimos cinco años coincidiendo con la gestión de los gobiernos de Rajoy.

El presidente del Gobierno ha leído de forma aplicada un texto previamente elaborado, con profusión de datos y estadísticas después de soltar una sentencia que pronosticaba su posición en este debate: "No está aumentando la desigualdad social en España".

Areces ha intentado replicar con nuevas estadísticas y cifras, algunas de ellas contrastadas por fuentes oficiales. Por ejemplo, el hecho de que casi la mitad de los parados no reciben prestación ni ayuda alguna. El portavoz socialista ha reprochado a su interpelado sus políticas de recortes en las prestaciones sociales, además de haber llevado a cabo una devaluación salarial con su reforma laboral. "El resultados una brecha social creciente entre quienes más tienen y quienes menos reciben; los salarios han perdido en favor de las rentas empresariales", ha recalcado.

Todos esos argumentos no han logrado variar la actitud de Rajoy, quien ha concluido el debate mostrándose no ya seguro sino muy satisfecho de lo realizado por sus gobiernos y las políticas que quiere promover. "Esa política —la de los últimos cinco años— ha dado resultados, llevamos tres años de crecimiento", ha pontificado Rajoy.

En la tercera pregunta, formulada por el portavoz del grupo vasco del PNV, Jokin Bildarratz, ha habido acuerdo a grosso modo. La cuestión versaba sobre el polémico caso de la evasión de capitales de grandes figuras del fútbol y, por extensión, el control sobre las grandes fortunas. Bildarratz le ha exigido un mayor esfuerzo. Rajoy se ha mostrado conforme tras presumir que la lucha contra el fraude en los primeros seis meses de 2016 ha reportado un ingreso de 7.090 millones de euros. Y ambos han quedado tan contentos.

Rajoy ha vuelto al Senado por segunda vez en 15 días para someterse al control de los senadores de la oposición. Una circunstancia que no debería ser extraño en una democracia parlamentaria a no ser que esa frecuencia hay que contraponerla al hecho de que no lo hiciera ninguna vez entre junio de 2015 y finales del pasado mes de noviembre. No son pocos los senadores que se frotan los ojos.

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