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Rajoy manda a Báñez a defender a Gallardón en el Congreso

JUAN ANTONIO BLAY

El diario de sesiones del desarrollo de la sesión plenaria de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados de este miércoles es merecedor de guardarse como oro en paño. Especialmente en el apartado al debate de la interpelación formulada por el grupo parlamentario de La Izquierda Plural al Ejecutivo en torno a la pretendida reforma de la actual legislación sobre el aborto.

La interpelación del grupo de izquierda se ha formulado cuando la dimisión del titular de la cartera de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, aparece transformada en cese en el BOE de este miércoles mismo como un pan recién salido del horno: caliente, caliente. Una incidencia nacida precisamente de la bronca interna en el seno del Ejecutivo y del PP, amén de la fuerte contestación ciudadana, por los contenidos reaccionarios del anteproyecto elaborado por el ministro dimisionario.

El caso es que el diputado interpelante, Gaspar Llamazares, se ha encontrado con un escenario imprevisible hasta mediodía de ayer: el Gobierno retira el anteproyecto, pero quiere retocarlo en lo relativo a las menores y el permiso de los padres. Pero, sobre todo, se encuentra que no hay ministro de Justicia que le responda a sus argumentos. Es más, hasta la semana que viene no tomará posesión el designado para ocupar la vacante, Rafael Catalá.

En el ínterin es la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, quien asume 'el despacho ordinario de ese departamento', esto es del Ministerio de Justicia, según reza otro decreto que aparece también hoy en el BOE que, como el del cese de Gallardón, están firmados por el rey Felipe VI en la sede permanente española ante las Naciones Unidas, es decir unos metro cuadrados de soberanía española en la ciudad de los rascacielos.

Pero Llamazares se ha encontrado que la vicepresidenta y ministra in péctore de Justicia no ha subido a la tribuna a contestar su interpelación. En una lectura a rajatabla del reglamento de la Cámara baja —el Gobierno puede designar a cualquiera de sus miembros para responder a las preguntas e interpelaciones en la sesión de control— quien se encargó de contestar al diputado de la formación de izquierdas fue la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. Un regate de los que hacen época.

Llamazares quería saber qué es lo que va a pasar con las intenciones del Gobierno de cambiar la actual legislación sobre el aborto, al margen de la retirada del anteproyecto de la polémica —definido como 'tortura para las mujeres', definición que la ministra, ofendida, pidió que se retirara el diario de sesiones por ser 'un insulto', a lo que, con media sonrisa en los labios, accedió el diputado—. Vano intento porque la ministra subió al estrado con una triple misión: cumplir el expediente como miembro del Gobierno recordando lo que dice el reglamento, descalificar al interpelante —'oportunista', le llamó— y, en un alarde de cinismo verdaderamente impactante, defender la figura 'del compañero Gallardón como ayer hizo el presidente del Gobierno. Perdemos todos con su marcha', agregó.

De aquello que era materia de la interpelación, nada de nada. Se limitó, con sus habituales carencias en el arte de la oratoria parlamentaria y sin apartar los ojos a los papeles que traía previamente escritos, a echar balones fuera con un argumento categórico: 'Las explicaciones las dará el nuevo ministro cuando sea nombrado la semana que viene'. Dicho esto abandonó la tribuna sin muecas añadidas y se alejó del hemiciclo evitando a los periodistas tomando el pasillo en sentido contrario a la salida.


https://www.quoners.es/debate/como-valoras-la-dimision-del-ministro-gallardon

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