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Rajoy sale al rescate de la 'marca PP'

El partido cambia su logo y celebra una Conferencia Política protagonizada por sus nuevos referentes y con el Gobierno en segundo plano. Cifuentes refuerza su peso y Aznar se ausenta.

Pablo Casado presenta la Conferencia Política del PP. EFE/VÍCTOR LERENA

ANA PARDO DE VERA

MADRID.- "Mensaje, mensaje y mensaje". Con esta premisa, sin propuestas concretas y centrado en el debate de "ideas", el Partido Popular celebra entre hoy y mañana su última Conferencia Política antes de las elecciones generales, además, abrazada por el nuevo logo del PP, más moderno, más limpio y enmarcado con un círculo en vez del cuadrado romo tradicional. Pablo Casado y Fernando Martínez-Maíllo, vicesecretarios de Comunicación y de Organización, respectivamente, han sido los encargados de presentar en rueda de prensa el nuevo logo y el guión de la Conferencia, sólo unas horas de que comience.

La 'marca PP', como sus dirigentes, empieza también su regeneración, en la forma, con el nuevo logo, y en el fondo, con el que pretende presentarse como un proyecto "moderno y reformista" a través del contenido de la Conferencia: cuatro foros coordinados por otras tantas parejas de destacados dirigentes del PP y, sobre todo, de los nuevos rostros que lideran el partido desde hace unas semanas: Pablo Casado, Fernando Martínez-Maíllo, Andrea Levy y Javier Maroto. Junto a ellos, Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad de Madrid; Pablo Zalba, eurodiputado; los portavoces de Congreso, Senado y del PP en el Parlamento Europeo, Rafael Hernando, José Manuel Barreiro y Esteban González Pons, y el "gran superviviente" -como le califican en el propio PP- y vicesecretario de política territorial, Javier Arenas. A quien no se espera es al presidente de Honor del PP, José María Aznar, pues aunque desde la calle Génova aseguran que está invitado, él no se ha pronunciado siquiera sobre su asistencia. Tampoco se le ha guardado un hueco en el programa para intervenir.

Todos ellos coordinarán los cuatro foros sobre "empleo y políticas sociales", la "España reformista", las "reformas de nueva generación" o nuestro futuro "en la Unión Europea", en donde hasta 48 cargos del PP de todo el país y del Gobierno de Mariano Rajoy abordarán cuestiones puntuales de los temas de los citados foros. El plato fuerte, sin embargo, estará en la clausura, cuando el sábado 11, antes de la intervención del presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, Casado y Levy presenten las conclusiones e intervengan con el discurso titulado "Tus preocupaciones, nuestras soluciones".

Primarias 'trampa'

Casado y Martínez-Maíllo dejaron muy claro que no habrá propuestas concretas ni se dará luz verde a medida alguna en la Conferencia Política, sino que este cónclave pretende poner sobre la mesa cuestiones como la reforma electoral, la del Senado, la Constitución o la democracia interna. Aunque en este punto, negaron que vayan a aceptarse las "primarias tramposas" de Podemos, las de "quita y pon" del PSOE o las de "candidato único" de Ciudadanos. "Se trata de ser honestos", ha argumentado Maíllo.

La Conferencia Política es el segundo paso de los lentísimos avances que va dando Rajoy en la regeneración del PP y que concluirán en 2016 cuando se celebre el Congreso Nacional y se dé luz verde a su sucesión en el partido, un proceso más o menos lento en función de si el PP logra o no mantener el poder en las elecciones generales de final de año. La 'marca PP', reconocen siempre los conservadores, quedó muy deteriorada por los recortes durantes la legislatura pero, sobre todo, con los casos de corrupción que dieron de lleno en sus principales "señas de identidad", razonan: los feudos territoriales de Madrid y Valencia, los orígenes de Manuel Fraga en Galicia, la sede central de la calle Génova o el corazón de sus finanzas, de su cúpula y de su financiación. De ahí, hacia toda España.

Las connotaciones negativas de las siglas del Partido Popular hizo incluso que los barones territoriales trataron de hacer campañas electorales para las autonómicas y municipales del 24 de mayo de corte más personalista que partidista, escondiendo las siglas y prescindiendo lo máximo posible de los dirigentes nacionales en un intento por recuperar apoyos y evitar la abstención y el trasvase, sobre todo, a Ciudadanos. No sirvió de mucho y el PP, aunque ganó en número de votos, se estrelló con un retroceso brutal con respecto a las elecciones de 2011.

En el Comité Ejecutivo Nacional que Rajoy convocó tras las elecciones, aunque el ambiente era de auténtica desolación, el presidente recordó a los suyos que la 'marca PP' es la que les dio las victorias sucesivas y, en definitiva, la que los arropa. Ahora, el presidente trata de asociar esa marca a nuevas caras, nuevo discurso, nuevos tiempos (recuperación económica) y una nueva actitud de cara a las generales con el fin de rescatar al PP del reproche generalizado. Aunque tal vez no sea suficiente ni llegue a tiempo.

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