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Del reconocimiento del dolor al final de los 'ongi etorris' públicos: los pasos de los presos de ETA hacia la convivencia

El llamamiento de los reclusos a realizar únicamente recibimientos de carácter privado supone un nuevo hito en el recorrido iniciado en 2013 y coincide con la desactivación de la política penitenciaria de excepción por parte del Gobierno.

Movilización por los presos de ETA
Imagen de archivo de una movilización a favor del acercamiento de los presos de ETA. Jesús Diges / EFE

Los cambios se aceleran en Euskadi. Los últimos en poner el pie en el acelerador han sido los presos de la desaparecida ETA, que mediante un comunicado enviado al diario Gara han anunciado su intención de poner fin los ongi etorris, nombre bajo el que se han popularizado los recibimientos a los reclusos una vez que abandonan la prisión y regresan a sus municipios. Un nuevo paso en una hoja de ruta que empezó a escribirse hace ocho años y que en varios momentos fue ignorada o infravalorada por el Estado.

El otoño sigue trayendo noticias que dibujan ese nuevo escenario que Euskadi empezó a tejer hace ya varios años y que ahora, mediante declaraciones solemnes y comunicados desde la cárcel, empieza a cobrar una dimensión mayor. Casi un mes y medio después de que la izquierda abertzale protagonizara un inédito gesto de cercanía y reconocimiento expreso hacia las víctimas de ETA, ahora ha llegado el turno de los presos. 

"Queremos ser recibidos de modo privado y discreto, siguiendo el camino emprendido en los últimos meses", afirma el denominado Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK, por sus siglas en euskera) en el comunicado remitido a Gara. Se trataba precisamente de un paso que las víctimas del terrorismo reclamaban y que Sortu, hace algo más de un mes, prometió facilitar en la medida de sus posibilidades. 

"Es un paso importante en el espacio de convivencia que tenemos que construir entre todos. Esta es la hoja de ruta que tenemos que seguir, y sin duda hoy estamos mejor que ayer", afirma a Público el portavoz de la red ciudadana Sare y exconsejero de Justicia del Gobierno Vasco, Joseba Azkarraga, quien destaca que se trata de una "decisión de calado".   

Esta hoja de ruta empezó a escribirse el 28 de diciembre de 2013 en Durango (Bizkaia), dos años y dos meses después del cese definitivo de la violencia por parte de ETA. Aquel día, el EPPK reconoció por primera vez "el sufrimiento y daño multilateral causado", al tiempo que manifestó que los presos iniciarían el recorrido de la legalidad penitenciaria.

El anuncio fue despreciado por el Gobierno del PP, que decidió mantener la política penitenciaria de excepción contra ese colectivo. "A partir de entonces se inicia un camino con muchas dificultades, principalmente por el inmovilismo del Ejecutivo de Mariano Rajoy", recuerda a Público el portavoz del Foro Social, Agus Hernan, quien durante todos estos años ha estado directamente involucrado en la consolidación del proceso de paz en Euskadi.

Tras aquel paso dado a finales de 2013, los presos de ETA iniciaron un trayecto que incluyó la presentación de cartas en la que asumían el daño causado y mostraban su disposición a recorrer el camino de la legalidad penitenciaria para acceder a segundos grados. Sin embargo, ni el Ministerio del Interior ni los tribunales lo pusieron fácil: la dispersión carcelaria se mantuvo incluso tras la entrega de las armas por parte de ETA en abril de 2017 y su posterior disolución, anunciada en mayo de 2018. 

Los cambios en las cárceles llegaron con el Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, que lentamente emprendió el fin de la política penitenciaria de excepción y facilitó el acercamiento de la mayoría de los presos a cárceles próximas al País Vasco. En ese marco, el EPPK ha optado por dar un nuevo paso mediante el anuncio de punto final de los ongi etorris públicos.

Solo dos en 2021

En realidad, la decisión anunciada a través del diario Gara ha estado antecedida en la práctica por una desactivación casi completa de esos recibimientos a los presos que ofendían a las víctimas. "Los datos son claros: en 2021 hubo 25 excarcelaciones y solo dos ongi etorris de carácter público", resume Hernan.

El portavoz del Foro Social destaca en cualquier caso que el comunicado del EPPK constituye una "aportación muy clara" e implica una "muestra de empatía hacia las víctimas, reconociendo que esos ongi etorris les generaban dolor".

"El mérito de esta decisión está fundamentalmente en el colectivo de presos, que han reflexionado y tomado esta decisión", afirma por su parte Azkarraga, quien destaca que la red ciudadana Sare, en la medida de sus posibilidades, "también ha coadyuvado". Del mismo modo, destacó la aportación de "las víctimas de la violencia que se han venido manifestando de forma muy positiva a favor de ese marco de convivencia".

"Las posiciones de unas y de otros han sido la clave para que el éxito de esta decisión redunde fundamentalmente en ese marco de convivencia democrática", agregó el portavoz de Sare.

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