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Referéndum 1-O Susana Díaz negocia con C's su moción sobre Catalunya pese al no de Ferraz

El PSOE-A sopesa la abstención como solución intermedia para garantizar el apoyo del Parlamento andaluz al Gobierno a 48 horas del referéndum y sin tener que desobedecer a Sánchez

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, responde a las preguntas en una sesión de control en el Parlamento andaluz.

DANIEL CELA

El Parlamento de Andalucía tiene que decidir hoy jueves, a pocas horas del referéndum de secesión de Catalunya, si muestra su apoyo institucional al Gobierno de España y a las autoridades judiciales en defensa de la legalidad y en contra del órdago independentista. El debate surge de una propuesta de Ciudadanos, cuyo contenido respalda sin fisuras Susana Díaz. La presidenta andaluza se inclina por apoyar la medida, porque de ningún modo quiere leer que el Parlamento autonómico, “la casa de todos los andaluces”, se ha puesto de perfil a 48 horas del 1 de octubre, “la mayor amenaza a la convivencia constitucional del país desde el golpe de Tejero el 23-F”. Pero tampoco quiere desairar a Pedro Sánchez, que le ha prohibido expresamente respaldar a C’s.

El PSOE andaluz negociará hasta el último minuto -incluso con el debate ya iniciado- buscando una solución intermedia que garantice el respaldo del Parlamento andaluz a los instrumentos del Estado contra los secesionistas sin tener que desobedecer a Ferraz. La vía intermedia pasa por la abstención de los socialistas, que no impediría que la iniciativa de Ciudadanos saliera adelante, pero tampoco está descartado del todo el voto afirmativo.

El debate de esta tarde en el Parlamento andaluz es una réplica al que se vivió en el Congreso hace una semana. De las Cortes Generales no salió ese respaldo unánime al Gobierno, porque el PSOE se desmarcó en el último momento de la propuesta de Rivera. Los socialistas introdujeron una enmienda al texto -pidiendo diálogo y una solución pactada para desatascar el conflicto catalán- y el partido naranja la rechazó, lo que motivó el voto en contra del PSOE (con cuatro abstenciones “por error” de diputados próximos a Díaz).

Ese pulso entre Sánchez y Rivera por pilotar la iniciativa política en el tema catalán se ha trasladado a las comunidades autónomas, con especial interés en Andalucía, la única región donde el PSOE gobierna con el apoyo exclusivo de C’s. Aquí las relaciones son buenas -de hecho acaban de firmar su tercer pacto presupuestario juntos-, mientras que en Madrid cada vez son más tirantes. Rivera ha extendido su iniciativa de apoyo al Gobierno frente a la consulta independentista al conjunto del país, y Sánchez ha ido detrás prohibiendo a los suyos votar a favor. Ahora las miradas están puestas en las manos de Susana Díaz, porque su voto puede leerse como un gesto de desobediencia a Ferraz -si apoya el texto de Ciudadanos- o como una claudicación de su propio discurso en defensa del Estado ante el desafío catalanista.

El dilema de la presidenta andaluza no se va a resolver hasta el último momento. De hecho, la solución no se conocerá ni cuando haya arrancado el debate. De momento, el PSOE andaluz ha mostrado su disposición a apoyar la iniciativa de sus socios registrando dos enmiendas al texto de la PNL. Ninguna de ellas altera sustancialmente el contenido de la misma: una extiende el apoyo del Parlamento andaluz a los alcaldes y concejales de Catalunya ante la presión de los secesionistas, y en otra se lanza un mensaje de solidaridad a la población andaluza que residen en esta comunidad. El portavoz de Ciudadanos, Juan Marín, ya ha dicho que aceptará sin mayor problema estos dos añadidos. Pero la clave está en otra parte.

Con el debate ya en marcha, el PSOE andaluz baraja presentar otra enmienda in voce apelando al diálogo y a la solución pactada para desatascar el conflicto catalán. Un gesto que cuenta con el visto bueno de Ferraz, porque Sánchez planteó lo mismo en el Congreso sin éxito. El efecto aquí será el mismo, porque Ciudadanos ya ha adelantado que no aceptará ninguna mención a una solución pactada. Sin embargo, el veto a su enmienda podría servirle a Díaz de coartada para pasar del sí a la abstención, de modo que ni rechazaría una iniciativa que comparte, ni estaría desobedeciendo a Ferraz. Con la abstención de los 47 diputados del PSOE, el resultado de la votación sería favorable a la propuesta de C’s gracias a los votos del PP (Podemos e IU votarán en contra).

De ese modo, el Parlamento andaluz estaría alineándose claramente con el Gobierno y con los jueces en defensa del orden constitucional. Es una solución intermedia que aún sopesa Susana Díaz, aunque tampoco le convence del todo, porque a la presidenta andaluza no le gusta ser tibia ante el “desafío catalanista", un asunto que su propio equipo describe como “la mayor amenaza a la convivencia constitucional del país desde el golpe de Tejero el 23-F”, en palabras de Mario Jiménez. El PSOE va a negociar hasta el último minuto, y lo hará a tres bandas: con C’s, con el resto de grupos y con la dirección federal de su partido.

Tampoco está claro que esta solución intermedia vaya a convencer a Ferraz, porque la iniciativa de Ciudadanos saldría adelante en el Parlamento andaluz, justo lo que Rivera no consiguió en el Congreso gracias al veto de Sánchez. En público, la dirección de PSOE sólo ha manifestado su rechazo rotundo a que se apoye la propuesta de los naranjas. Así ha ocurrido en Cantabria, donde el Parlamento ha brindado su apoyo al Gobierno, pero con el voto en contra del PSOE.

Albert Rivera estará muy pendiente del debate andaluz, sobre todo después de lo ocurrido el lunes en la Asamblea legislativa de Ceuta. En el parlamento ceutí, los socialistas han apoyado la propuesta del partido naranja después de que éste sí aceptara su enmienda apelando al diálogo, al parecer, en contra del criterio de la dirección nacional de su partido. Ciudadanos sólo tiene un diputado en Ceuta que, según fuentes del grupo andaluz, “se precipitó al asumir la enmienda in voce del PSOE”, y la apoyó sin el consentimiento de Rivera. Susana Díaz busca convencer de lo mismo a sus socios de Ciudadanos, pero estos tienen claro que no van a alterar su propuesta “para resolver un problema interno entre Pedro Sánchez y la presidenta andaluza”.

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