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Elecciones autonómicas y municipales 2023

Retener la alcaldía de Barcelona marcará el éxito o el fracaso de las municipales para En Comú Podem

A diferencia de lo que sucedió en el 2019, el espacio de izquierdas se presenta unificado en todos los municipios catalanes en los que ha podido cerrar una lista para los comicios locales. 

Ada Colau
La alcaldesa de Barcelona y candidata de los comunes a la reelección, Ada Colau, en una imagen de  archivo. Alberto Estévez / EFE

Lo que ocurra en Barcelona determinará absolutamente el éxito o el fracaso de las elecciones municipales para los Comuns. Poder retener a la alcaldía de la capital catalana por tercer mandato consecutivo –lo que permitiría a Ada Colau encadenar 12 años de alcaldesa– sería un éxito enorme para la confluencia de izquierdas, mientras que perder esta batalla supondría una estocada determinante para su proyecto político, que quedaría limitado a la dimensión en la que se movió tradicionalmente la antigua Iniciativa per Catalunya (ICV).

Ahora bien, no se puede decir que éste sea el único reto que tiene En Comú Podem para la cita con las urnas del próximo día 28. Consolidar sus posiciones en el área metropolitana de Barcelona, mantener alcaldías históricas y relevantes como las del Prat de Llobregat (65.000 habitantes), Montcada i Reixac (36.700), Sant Feliu de Llobregat (45.600) –en este caso, repartida durante el actual mandato con ERC– y Santa Perpètua de Mogoda (26.000), y mejorar una implantación territorial ahora mismo bastante irregular fuera de la primera y segunda coronas metropolitanas y zonas puntuales como parte de las Terres de l'Ebre son los otros elementos a tener en cuenta en el balance de los comicios locales de En Comú Podem.

El objetivo inicial del espacio liderado por Ada Colau, Jéssica Albiach y Candela López –exalcaldesa de Castelldefels– era superar las 200 candidaturas, pero finalmente ha quedado lejos de esa cifra y se moverá en cifras similares a las anteriores elecciones municipales, celebradas en 2019. Si en aquella ocasión cerró unas 150 candidaturas bajo las siglas de En Comú Podem, ahora el espacio supera las 160 –a las que hay que añadir una docena a Entidades Municipales Descentralizadas (EMD)–.

La gran novedad, sin embargo, es que a diferencia de lo que sucedió hace cuatro años esta vez se ha evitado la competencia del espacio, es decir, Catalunya en Común y Podem comparten todas las candidaturas, básicamente bajo el nombre de En Comú Podem, la misma marca bajo la que ya hacen coalición en las elecciones al Parlamento o al Congreso.

En 2019, en cambio, se presentaron por separado en una cincuentena de localidades, lo que se tradujo en una fragmentación del voto que les dejó fuera de ayuntamientos de ciudades tan importantes como Terrassa, Sabadell o Sant Cugat del Vallès, entre otras.

De esta forma, en un momento político marcado por las profundas turbulencias entre Sumar y Podemos, Catalunya supone un oasis para este espacio de izquierdas y, de hecho, la vicepresidenta segunda del Gobierno español y líder de Sumar, Yolanda Díaz, se volcará en la campaña para la reelección de Colau.

Esquerra Unida Catalunya (EUCat), en cambio, sí se mantiene en el espacio de los Comuns

Sin embargo, quien ya no participa en la confluencia es Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), que se rompió a finales de aquel 2019 y se acercó al independentismo de izquierdas, hasta el punto de que en las municipales participa aliada con ERC –en ciudades como l'Hospitalet, Cornellà, Sabadell o Mollet, entre otras– o con el entorno de la CUP casos de Badalona, Ripollet o Cerdanyola del Vallès–.

Su escisión, Esquerra Unida Catalunya (EUCat), en cambio, sí se mantiene en el espacio de los Comuns y, por ejemplo, Joan Mena, uno de sus principales referentes y también portavoz de Catalunya en Comú, es el alcaldable de En Común Podem en Sabadell.

Presencia precaria fuera de la Gran Barcelona

En 2019, los Comuns se quedaron a las puertas de los 330.000 votos en las municipales -el 9,4% del total- y obtuvieron 258 concejales y 16 alcaldías, claramente por debajo de los casi 373.000 sufragios (12%) y 370 electos obtenidos cuatro años atrás.

La formación es especialmente fuerte en el área metropolitana de Barcelona, donde logró el 15,7% de las papeletas y concentra la mitad de sus alcaldías y donde también participa en gobiernos significativos como el de Badalona y, además, tiene una presencia notable en la segunda y tercera coronas metropolitanas, donde ha liderado los gobiernos de Santa Perpetua de Mogoda o Montornés del Vallés, entre otros.

A partir de aquí, su implantación es mucho más baja, con la excepción de las Terres de l'Ebre, donde sí tiene una representación importante a través de Movem, su referente local –en Tortosa, por ejemplo, es segunda fuerza y aspira a la alcaldía con una alianza preelectoral con el PSC– y alguna alcaldía.

En cuanto a las capitales, la formación tiene presencia en los plenos de Tarragona y Lleida, pero en 2019 quedó fuera de Girona, situación que pretende revertir en el próximo paso a las urnas. Los datos evidencian el desequilibrio territorial en la implantación de los Comuns, ya que suman 189 concejales en la provincia de Barcelona, pero solo 45 en Tarragona, 17 en Girona y 7 en Lleida. En la Catalunya Central tienen muy poco peso, una situación que se repite en Ponent y en las comarcas del Pirineo.

A grandes rasgos el espacio presenta candidaturas en la mayoría de localidades más pobladas -en 62 de los 67 municipios que superan los 20.000 habitantes, con excepciones como Ripollet, Amposta o Castellar del Vallès-, mientras que tiene mayores dificultades en los núcleos pequeños.

Batalla clave para Yolanda Díaz

Pese a una cierta tendencia a la baja en relación con el apoyo obtenido en el 2019, todas las encuestas mantienen las opciones de BComú de ganar las elecciones en Barcelona, su gran objetivo de cara al 28-M.

Con la carta de jugar a la polarización ante el modelo de ciudad que representan Xavier Trias y, también en gran medida, un Jaume Collboni que ha escorado al PSC hacia los planteamientos de las élites económicas de la ciudad, Colau quiere sacar jugo de las políticas llevadas a cabo en los ocho años de alcaldía para recibir el encargo de profundizar en reformas para pacificar las calles de la ciudad, reducir la presencia del vehículo privado y, por tanto, la contaminación, gobernar el turismo y mejorar el acceso a la vivienda, pese a las limitadas competencias municipales.

A pesar de los numerosos detractores que arrastra, la alcaldesa y su equipo han conseguido transmitir que están diseñando un determinado modelo de ciudad que molesta a las élites tradicionales y lobbies –que en el último mandato han acentuado su guerra judicial contra las políticas del Ayuntamiento– y que pone a gran parte de la ciudadanía en el centro.

Que el Gobierno español, finalmente, haya decidido aprobar una ley que, aunque sea de forma tímida, implica regular y limitar el precio de los alquileres también es una carta que los Comunes pueden vender como un triunfo que constata su influencia -como socio menor- del ejecutivo español.

Desde esta esfera se explica también el desembarco constante que Yolanda Díaz hará en Barcelona en las próximas semanas, para mostrar su apoyo a Colau y defender el modelo de los Comuns –donde las tensiones con Podem ya han pasado a la historia– ante la batalla fratricida que mantiene con Podemos a nivel estatal, de resultado todavía incierto.

Un buen resultado de Colau también serviría de trampolín para catapultar las expectativas de Sumar, que ahora mismo se sitúan en torno al 10% en unas hipotéticas elecciones generales –con Podemos fuera de la ecuación–.

La lucha contra las desigualdades, la apuesta para fortalecer los servicios sociales municipales y llevar a cabo medidas para afrontar la emergencia climática, defender la progresiva municipalización de servicios locales o, en la medida de lo posible o paliar el cada vez más difícil acceso a la vivienda son algunos de los temas que marcarán la campaña de En Comú Podem en toda Catalunya, más allá de las particularidades de cada municipio.

A la espera de comprobar qué sucede en las urnas, fuentes del partido dejan claro que la apuesta a posteriori pasa por replicar las "alianzas progresistas" que ya han protagonizado en los últimos años. En su caso, esto comporta pactar gobiernos básicamente con ERC y, también, el PSC, pese a las profundas diferencias en las materias económica y ambiental con el partido de Salvador Illa.

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