Público
Público

Un rockero neoliberal,
el socio perfecto para
la candidata Aguirre

El fichaje de Daniel Lacalle, figura del centro financiero de la City de Londres y defensor a ultranza la austeridad, la libertad de los mercados y el recorte del gasto público, personifica toda una declaración de intenciones de la candidata conservadora

Daniel Lacalle, economista fichado por la candidatura de Esperanza Aguirre a la Alcaldía de Madrid.

PÚBLICO

MADRID.- Nacer y crecer en un entorno desfavorecido. Superar mil y una dificultades mientras se persigue un sueño: convertirse en una estrella del rock capaz de llenar estadios que, sin embargo, cae en desgracia sometida a sus propios miedos y debilidades. Tras tocar fondo, renace de sus cenizas con una esencia más pura y confiada para reencontrarse con la pasión de sus fans. Son las líneas clave de una poderosa narrativa que la industria musical ha explotado hasta la saciedad, y que han inspirado a Daniel Lacalle para convertirse en un defensor de la liberalización de los mercados y la desregulación financiera.

Lacalle (Madrid, 1967), una reputada figura de la City de Londres como gestor de fondos de inversión, es el economista que ha fichado Esperanza Aguirre para que colabore en su campaña por la Alcaldía madrileña. Si se cumplen los planes de la conservadora, también la asesorará en su labor al frente del consistorio de la capital.

Lacalle reconoce su fascinación por las estrellas de rock. Aquellos que "habían cambiado el mundo, y cómo ascendían al estrellato, caían y luego se recuperaban". Entre los Neil Young, Paul McCartney o Brian Wilson, Lacalle cita a Rick Allen, batería de Def Leppard que perdió un brazo y fue capaz de seguir tocando. Promulga que "de gente como ellos se aprende tanto como de los grandes economistas". Para él son "el reflejo de una época de libertad inigualable".

Su pasión por la libertad y la desregularización es lo que le llevó a encajar rápidamente en la City, el centro del entramado financiero más poderoso del mundo. En él se concentran 2.500 empresas y 400.000 trabajadores. "Tiene su propio alcalde y sus propios órganos de gobierno. Es como una ciudad dentro de otra", explica Lacalle.

Con más de una década de experiencia en la City y tras pasar por empresas como Ecofin Limited y Citadel, ABN Amro, Enagás o Repsol, mira con nostalgia el contexto en el que vivió su juventud. "Una época convulsa, los años setenta y ochenta", admite, pero con "una economía que empezaba a mirar hacia el exterior". Hacia los polvos de los que, según algunos, vienen los lodos actuales. Hacia las tres legislaturas seguidas de Margaret Thatcher o las dos de Ronald Reagan

Lacalle es nieto de un ministro franquista e hijo de un intelectual de izquierdas militante del PCE. No obstante, su mayor afinidad familiar no le viene por línea directa: es con Lucía Figar, su prima, con quien ha demostrado una mayor sintonía. Figar es la consejera de Educación de la Comunidad de Madrid y una de las principales promotoras de los recortes que ha sufrido la comunidad en este área con Ignacio González.  

Ahora Esperanza Aguirre, madrina de González, une a su equipo al liberal Lacalle, otro de sus protegidos. La lideresa ha llegado a presentar alguno de los libros firmados por este economista. Lacalle ha escrito varios, alguno de los cuales se ha convertido en best seller.  

Es el caso de Nosotros, los mercados (Deusto) donde explica la labor de los bancos de inversión y critica a los ciudadanos que han cargado contra el desmadre financiero, los rescates de la banca con dinero público y las políticas de recorte de gasto público que éstos han provocado. Era "lo fácil", dice, "porque es alguien supuestamente muy poderoso, abstracto, que es genial porque no puede defenderse". 

No resulta difícil imaginarse a favor de quién se posicionará Lacalle si llega a ocupar un sillón del consistorio madrileño. Esos poderes "indefensos" del Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea —cuya cartera financiera ocupa Jonathan Hill, otra importante figura de la City— y el Banco Central Europeo que integran la troika seguirán siendo "abstractos" para el ciudadano.

Cabe preguntarse, dado el gran salto salarial que asumirá el economista de triunfar Aguirre —de varios cientos de miles de euros anuales como gestor en Londres a 50.000 como asesor de un gobierno municipal—, qué ganará él en el proceso. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias