El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este jueves que la rreforma fiscal que está diseñando el Ejecutivo contempla una subida de impuestos a las grandes empresas, a través del impuesto de sociedades.

"Es inevitable que tengamos que hacer una reforma fiscal" para mantener un estado del bienestar "robusto", decía, y esto pasa por aumentar la recaudación, por "subir los impuestos a las grandes corporaciones", pero no a las pequeñas y medianas empresas, persiguiendo así la "justicia fiscal". No es viable, apuntaba, mantener un sistema sanitario como el español, cuando "tenemos siete puntos menos de ingresos públicos con respecto a la media europea". 

En una entrevista en Al Rojo Vivo, Sánchez ha destacado que las grandes corporaciones afrontan "tipos efectivos de sociedades por debajo del 10%", muy por debajo de la presión fiscal que soportan las pymes.

Así, y aunque ha dicho estar "intelectualmente" de acuerdo con el impuesto a las grandes fortunas que reclama su socio en el Gobierno, Unidas Podemos, Sánchez ha planteado que existen dudas sobre si este gravamen puede ser "un fetiche", quedando en segundo plano la revisión de impuestos como el de patrimonio -en manos de las comunidades autónomas.

En esta línea, el jefe del Ejecutivo no ha aclarado si habrá una subida de impuestos a las clases medias, pero sí ha avanzado que prevén un incremento para los últimos tramos del IRPF, como contempla el proyecto presupuestario que firmó con Unidas Podemos para 2019. "No entra en la previsión del Gobierno" recortar el salario de los funcionarios, apostillaba, ni tampoco bajar las pensiones.

Así, en el reciente clima de búsqueda de acuerdo entre distintas formaciones en el Congreso de los Diputados, Sánchez ha incidido en que quiere que los Presupuestos Generales del Estado estén listos "antes de final de año", y ha incidido en que desean contar con el apoyo del mayor número de fuerzas posible.

A su vez, el presidente del Gobierno ha afirmado que es "necesario e imperativo" que la UE llegue a un acuerdo en el mes de julio, para que los fondos europeos para hacer frente a la pandemia del coronavirus lleguen a los Estados lo antes posible. 

"Tenemos que perder el miedo al virus, pero no bajar la guardia"

En otro orden de cosas, después de que se hayan dectado varios rebrotes de la pandemia en distintos territorios, Sánchez ha afirmado que la gestión de este escenario demuestra​ "que las comunidades autónomas tienen instrumentos suficientes como para detectar y aislar" estos rebrotes. Las capacidades estratégicas de los sistemas sanitarios, decía, "son ifinitamente más fuertes de lo que eran en marzo".

Hasta que exista una vacuna, incidía, "tenemos que aprender a convivir con el virus", "salir a la calle" a "animar la economía" y "recuperar nuestra normalidad", siempre manteniendo precauciones. "Tenemos que perder el miedo al virus, pero no bajar la guardia", apostillaba.

Precisamente, después de que se conociera que EEUU ha comprado todas las existencias disponibles de remdesivir, un fármaco considerado eficaz contra los casos más graves de la Covid, Sánchez ha aludido a sus "responsabilidades institucionales" para no valorar esta decisión. Sí ha insistido en que el Ejecutivo está comprometido en que el acceso a los medicamentos y a una hipotética vacuna sea universal. 

"El Gobierno siempre ha sido honesto con los datos" 

​A su vez, el presidente del Gobierno ha defendido la actuación del Ejecutivo durante la fase más aguda de la pandemia, y ha repetido que, con los datos que entonces tenían a su alcance, decretaron el confinamiento en el momento adecuado, "antes" que otros países. "Con los datos que tenemos hoy", reconocía, "es evidente que llegamos tarde". "Con lo que sabemos hoy, tendríamos que haber decretado el estado de alarma mucho antes", abundaba.

Ha reconocido errores, en genérico, y ha repetido que asume en primera persona estos fallos. También ha defendido su actuación en lo que respecta a la elaboración de las estadísticas sobre el número de fallecidos, tan criticadas por la derecha y la ultraderecha.

Sánchez ha admitido que los datos definitivos sobre el número de personas que han perdido la vida por el coronavirus no se conocerán hasta dentro de "meses", si bien ha destacado que el Gobierno "siempre ha sido honesto y transparente" sobre los datos: "No hemos escondido ningún dato", zanjaba.