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sanidad Moreno entrega la cabeza del gerente de la sanidad andaluza en medio de tensiones con los profesionales de la sanidad

La oposición reclama la dimisión del consejero de Salud y un cambio de rumbo en las políticas

Miguel Moreno Verdugo, exgerente del Servicio Andaluz de Salud.

raúl bocanegra

La sanidad andaluza y los profesionales que en ella trabajan están en un punto de ebullición tras años de recortes y de presión sobre el sistema sanitario público. El Gobierno andaluz, formado por una coalición de PP y Ciudadanos, gestiona una olla cuya presión va en aumento. Y este domingo se supo, a través de la Cadena Ser, que el presidente Juanma Moreno se ha decidido a soltar lastre con la idea de calmar los ánimos, al menos en el Sindicato Médico Andaluz, considerado conservador, y en el que ha ocupado puestos directivos el hoy consejero Jesús Aguirre.

Este sindicato, y los otros también, pero este tiene una influencia mayor sobre las decisiones gubernamentales, estaban en pie de guerra desde hace meses contra el gerente de Servicio Andaluz de Salud (SAS), Miguel Moreno Verdugo, un personaje que provenía de Castilla La Mancha, de hacer un trabajo muy cuestionado en la sanidad de esa Comunidad en la etapa de Gobierno de María Dolores de Cospedal (PP). Moreno ha entregado ahora la cabeza de Moreno Verdugo tras solo nueve meses en el puesto.

La relación de Moreno con los sindicatos estaba en un estado de profunda quiebra, además de haber tenido un papel muy cuestionado durante toda la crisis de la listeriosis. Ambas situaciones han contribuido a que el presidente se haya decidido a acometer los cambios en la Consejería de Salud.

Los problemas de la sanidad pública andaluza son de hondo aliento, tienen profundas causas –desde la caída de Lehman las políticas de austeridad impuestas por Bruselas y asumidas sin rechistar por los Gobiernos de España y, en consecuencia, de la Junta de Andalucía han acabado por dañar el funcionamiento del sistema y los profesionales están hartos de aguantar sobre sus hombros el peso de los recortes– y su evidente deterioro fue una de las causas que llevaron a la abstención de la izquierda el pasado 2 de diciembre, lo que permitió la victoria de la suma de la derecha con la ultraderecha y que Moreno fuera presidente.

Quitar hierro

Este asunto, el de la sanidad, tiene la capacidad, de no enderezarse, de acabar con gobiernos estables. Y Moreno y su equipo lo saben. Su mano derecha, el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, trató de quitarle hierro al cese y lo explicó en términos personales. “El director del SAS es una persona con experiencia y ha pedido volver a su hospital de referencia, el Carlos Haya de Málaga. Ha marcado y definido la estrategia del nuevo gobierno respecto a la sanidad pública de Andalucía. Ya ha cumplido con su cometido y vuelve a su ciudad y hospital de referencia".

Bendodo, sin embargo, añadió: “No es el primer cese ni va a ser el último. Este es un Gobierno que está en permanente evaluación y en permanente ambición de mejora. Eso conlleva movimiento del equipo de directivo de todas las consejerías”.

El consejero admitió que existen problemas y trató de poner sobre la mesa, también con la idea de poner un dique a las protestas sanitarias, el esfuerzo que el Ejecutivo hace en sanidad: "Estamos aumentando el presupuesto en sanidad pública, hemos contratado 4.200 profesionales, ya no se hacen contratos por horas a profesionales sino que hasta final de año se ha fijado un mínimo de seis meses y a partir del próximo año el mínimo será de 12 meses. Vamos a meter vía enmienda la mejora de las cantidades a percibir por los profesionales en las guardias”, una reivindicación sindical.

El vicepresidente, Juan Marín, de Ciudadanos, opinó en la misma dirección que Bendodo, pero fue un punto más allá. Por un lado, achacó el cese a una petición del gerente; también destacó el esfuerzo inversor en el presupuesto –“nadie me dejará de reconocer que hoy hay 11.056 millones en el presupuesto de la sanidad pública, 1.830 millones más de lo que había hace nueve meses con el PSOE”– y, por otro, reconoció que nada es perfecto: “Otra cuestión será la gestión y lo que haya que mejorar en listas de espera. Soy el primero que reconoce que se están cometiendo algunos errores que hay que corregir”.

Ambos también hicieron hincapié en la herencia recibida. ”Todavía quedan muchos retos pero es que venimos de muy atrás. Entiendo las manifestaciones en la calle. No podemos arreglar [en diez meses] lo que otros no han hecho en 37 años. Vamos a mejorar mucho la sanidad pública, que es el principal objetivo del Gobierno andaluz", afirmó Bendodo, según recoge Europa Press.

De momento, aunque no ha sido mal recibido el cese por el Sindicato Médico Andaluz, su presidente, Rafael Carrasco, manifestó en Canal Sur que no van a abandonar las protestas y movilizaciones médicas hasta que el Gobierno cumpla sus promesas.

"La Consejería de Salud es igual o más responsable. Normalmente no es solo culpa de una persona que a lo mejor lo que ha hecho es seguir indicaciones. La gestión del SAS estos meses no ha sido la que esperamos y entendemos que tampoco la que esperaba la mayor parte de los andaluces. Somos la comunidad autónoma que menos invierte en sanidad por ciudadano desde hace décadas y no podemos seguir siendo el culo de España y venderle a la gente que es la joya de la corona”, dijo Carrasco.

Dimisión del consejero

La oposición cargó también contra el Ejecutivo y su gestión de la sanidad pública. En un comunicado, una de las portavoces de Adelante Andalucía, Inmaculada Nieto, señaló que el cese de Moreno Verdugo no es suficiente. “Los problemas de la sanidad pública andaluza requieren de un nuevo rumbo que ni el Gobierno andaluz en general ni el PP en particular son capaces de afrontar”.

“La falta de recursos, de personal sanitario, de planificación o el aumento de los negocios de la sanidad privada en nuestra tierra, requieren de un cambio cambio profundo de las prioridades políticas que se atienden desde la Junta de Andalucía”, afirmó Nieto.

Los socialistas apuntaron al propio consejero: “O se cesa a Aguirre o esto no va a hacer más que empeorar”. El portavoz del PSOE, Rodrigo Sánchez Haro, afirmó que el presidente ha cesado a Moreno Verdugo "por no cesar a Aguirre” y que lo han recolocado en Málaga "a cambio de su silencio”. "¿Qué ha hecho Málaga al Gobierno para que le mande al verdugo de la sanidad pública andaluza?”, se preguntó Sánchez Haro.

El socialista proclamó que la sanidad andaluza "vive su peor momento con el gobierno de las derechas" porque "la nefasta gestión del PP-A y Cs colapsa el sistema por la falta de personal y recortes que ponen en serio peligro la salud de los andaluces”. Luego, Sánchez Haro añadió que los profesionales del SAS "llevan meses protestando porque el Ejecutivo ha dado orden de no cubrir las bajas ni los permisos del personal, una decisión irresponsable y que está colapsando el sistema público de salud".

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