Este artículo se publicó hace 11 años.
Santamaría, Montoro, Pons y Gallardón recibieron la visita de los desahuciados
Los domicilios de varios integrantes del Gobierno han sido el objetivo de los escraches de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca
La Plataforma de los Afectados por las Hipotecas (PAH) ha cesado la campaña de escraches contra los políticos, aunque su representante, Ada Colau, ha dejado la puerta abierta a recuperar esta acción "en el futuro". La innovación introducida por los escraches como medio de protesta social ha permitido que las intervenciones de la PAH hayan copado varios de los mayores titulares en los tres últimos meses.
Se trata además de un método "ejemplar de la libertad de manifestación", como ha reconocido el presidente del Tribunal Supremo, Gonzalo Moliner, a pesar de los constantes esfuerzos para deslegitimar los escraches por parte de distintos miembros del Partido Popular y la derecha mediática.
Todo comenzó con una concentración a las puertas del Hotel Ritz contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y otros dirigentes conservadores como Ana Botella o Rita Barberá. Decenas de personas acudieron con cartulinas rojas y verdes, que más tarde se convertirían en habituales, en las que se leían dos mensajes que la plataforma convertiría en gritos de guerra: "Sí se puede" y "Pero no quieren".
Sin embargo, las protestas pronto se dirigieron a los domicilios personales de los políticos, tomando de este modo el carácter distinto que convertiría al escrache en el innovador repertorio (al menos en nuestro país) que llegó a ser. Apenas habían transcurrido nueve días de los gritos contra los mandatarios conservadores en el lujoso hotel madrileño cuando Esteban González Pons, vicesecretario de Estudios y Programas del Partido Popular, vio cómo unos sesenta miembros de la PAH protestaron frente a su casa de Valencia, a pesar de que no lo encontraron allí. El mismo día, por la tarde, decenas de personas se manifestaban en Madrid ante el domicilio del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, al grito de "Dación de pago, alquiler social".
Jorge Verstrynge fue señalado como el instigador del escrache a Sáenz de Santamaría
El siguiente episodio se produjo nuevamente en Madrid, y en esta ocasión tuvo como objetivo la residencia de Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno. Uno de los factores que más transcendencia dio a este nuevo escrache fue la participación del profesor de Ciencia Política y antiguo Secretaria General de Alianza Popular, Jorge Verstrynge, quien fue señalado como el instigador de dicho acontecimiento a pesar de reconocer posteriormente que acudió "para verlo con mis propios ojos". Aunque el escrache transcurrió sin ningún incidente, la tensión fue palpable después de que la Policía pusiera en marcha un fuerte despliegue y retuviera a varios manifestantes para identificarlos.
Cuatro días más tarde, el nueve de abril, la PAH, que ya gozaba de un respaldo social consolidado, convocó concentraciones simultáneas en las sedes del Partido Popular de ciudades como Madrid, Valencia, Bilbao o Barcelona. Así reaccionaba la plataforma contra lo que a su juicio había sido un intento de "criminalizar la campaña de escraches informativos".
Dicha campaña puso en guardia definitivamente al Partido Popular, que consiguió frustrar, gracias a un importante dispositivo policial, el escrache a Jesús Posada, el presidente del Congreso de los Diputados, a pesar de que la protesta estaba integrada por alrededor de 150 activistas que defendían la Iniciativa Legislativa Popular.
El último escrache de esta índole fue el que tuvo lugar frente al domicilio de Cristóbal Montoro , gracias a que 200 manifestantes lograron esquivar la habitual presencia policial para colocar en el portal del ministro de Hacienda las clásicas pegatinas de color rojo y verde; los mismos que usan los diputados para votar a favor o en contra de la aprobación de una medida.
Este sábado la PAH ha bajado el telón de los escraches después de tres meses en los que se los ha comparado con ETA o con el nazismo, se los ha llamado "acosadores" y "violentos". No obstante, ninguno de esos obstáculos fue suficiente para que el pasado seis de junio el Parlamento Europeo premiara a la plataforma por su lucha contra los desahucios con el Premio Europeo Ciudadano 2013.
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