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Sebastián Piñera Piñera llega a mitad de mandato con la amenaza de ser inhabilitado "por impedimento físico o mental"

Tres diputados de oposición buscan que se incapacite al presidente chileno como medida urgente de salida a la crisis.

El presidente de Chile Sebastián Piñera encabeza un acto de celebración, este miércoles, en el 30 aniversario del nombramiento de Patricio Aylwin (1990-1994) como primer mandatario de Chile en democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet. EFE
Sebastián Piñera encabeza un acto de celebración, este miércoles, en el 30 aniversario del nombramiento de Patricio Aylwin (1990-1994) como primer mandatario de Chile en democracia. EFE

Sebastián Piñera, el presidente del Chile del estallido social, ha estado de aniversario: este martes cumplió dos años de gobierno. Su Ejecutivo quiso celebrarlo en La Moneda, con una ceremonia en mayúsculas, con despliegue de la alfombra roja incluido.

El mandatario chileno llega la mitad de su mandato con una aprobación de entre el 6 y el 10%, unas cifras récord en el país sudamericano, y con la revuelta social avivada. El fin del verano austral y el inicio de curso en escuelas y universidades han reactivado las protestas, que en las últimas semanas volvieron a ser masivas.

La revuelta que vive el país centró el discurso del presidente, que por enésima vez puso énfasis especial en el "resguardo del orden público". Desde el inicio de la crisis ha repetido esta idea como un mantra: "El 18 de octubre se desató una ola de violencia inédita (...) cuya magnitud nunca antes habíamos conocido", dijo. "Todos tenemos un desafío: condenar la violencia, sancionar a los violentistas", añadió Piñera. Luego llamó a apoyar a los Carabineros, cuya actuación ha sido fuertemente cuestionada por organismos internacionales acusados de violar los derechos humanos.

El presidente chileno, Sebastián Piñera, llega la mitad de su mandato con una aprobación de entre el 6 y el 10%

La celebración de también ha servido para recordar una efeméride que ha coincidido en el calendario: los 30 años de la vuelta a la democracia. El presidente apeló a la figura del primer presidente de la transición, Patricio Aylwin, y reivindicó la "política de los acuerdos" que se instauró a partir de 1990, con el final de la dictadura de Pinochet. Unos pactos, pero, que los manifestantes hace meses que reprochan en las calles porque significaron la continuidad del modelo neoliberal diseñado e instaurado por el pinochetismo. Aunque el lema del estallido haya sido, precisamente, "no son 30 pesos son 30 años", en alusión al aumento del transporte público que desató las primeras protestas, el jefe de Estado hoy espetó: "Fueron 30 años muy fecundos para Chile".

Los grandes ausentes de la celebración fueron los partidos de oposición, que decidieron restarse del acto. Para ellos, "no hay nada que celebrar". Tampoco para los miles de estudiantes que salieron a protestar por el centro de Santiago en una nueva jornada reivindicativa que terminó con la ocupación de varios institutos, barricadas y el cierre de algunas estaciones de metro. La policía intervino para dispersar a los jóvenes y se reportaron varios heridos.

Un escenario inédito

Cinco meses hace que Piñera mantiene un pulso continuado con la calle. No hay manifestación en la que la gente no grite "¡Renuncia, Piñera!". Pero el mandatario no tiene intención alguna de dar un paso al costado.

La Constitución chilena, diseñada e implementada bajo la dictadura, blinda la figura del presidente. El texto establece, en su artículo 53, que le corresponde al Senado declarar, cuando el presidente presente la dimisión de su cargo, "si los motivos que la originan son o no fundados y, en consecuencia, admitirla o desecharla", y escuchar previamente la opinión del Tribunal Constitucional al respecto. La Cámara Alta también puede declarar la "inhabilidad" del presidente cuando "un impedimento físico o mental" le incapacite para ejercer sus funciones. Precisamente, esto último es lo que ha empezado a estudiar el órgano legislativo. Tres diputados de oposición han encargado un informe a la comisión competente para que detalle cómo se debería aplicar el mecanismo para inhabilitar al presidente "por impedimento físico o mental". "Es un aspecto que está en la Constitución señalado de manera bastante ambigua, bastante vaga", dijo el presidente del Senado, Jaime Quintana.

Tres diputados de oposición han encargado un informe a la comisión competente para que detalle cómo se debería aplicar el mecanismo para inhabilitar al presidente

El escenario es inédito en Chile y por eso desde la Comisión de Constitución, a cargo de redactar el informe, explicaron que consultarán el derecho comparado para proponer a la Sala un procedimiento. El sociólogo y analista político Alberto Mayol explica que en Chile no hay mecanismos para generar "un escenario sencillo" de salida del presidente: "Se concentra el poder del jefe de Estado y del jefe del gobierno en la misma persona por eso no están las herramientas para provocar una salida de forma institucional, sin que se genere un descalabro, pero tampoco están las condiciones para que siga", explica el experto. "Es un camino sin salida porque lo que sostiene al presidente son las dificultades de sacarlo", añade.

El camino que ha empezado a explorar el Senado no es, para el sociólogo, "muy elegante, pero es una salida". A su parecer, la estabilidad del país manteniendo el mandatario "se podría dar sólo si él quedara como una especie de jefe de Estado dedicado a firmar papeles y se creara algún comité o triunvirato que fuera el verdadero administrador político".

Un presidente solo

Se hace difícil pensar como Piñera podrá mantenerse en el cargo por dos años más en el actual contexto. Además de la polarización, que aumenta cada día que se acerca el 26 de abril, para cuando se ha convocado el plebiscito para votar a favor o en contra de una nueva Constitución, el presidente ha perdido apoyos y ha recibido críticas incluso desde su propio sector. "Es complicado pensar cómo van a ser los dos años que restan de mandato. Quizás el 27 abril será el momento para empezar a pensar esto porque sabremos si continuará esta agenda de oportunidad institucional que implica el cambio de Constitución", comenta Julieta Suárez, integrante de la Red de Politólogas. Para ella, si bien ha habido casos en algunos países latinoamericanos, como Argentina, "no es común una renuncia presidencial antes de finalizar mandato y eso puede ser considerado como interrupción del orden institucional".

El senador Alejandro Guillier, rival de Piñera, llama a adelantar las elecciones

Mayol destaca la falta de "razones" del presidente para llegar al final de su gobierno: "No tiene apuesta que pueda vertebrar su salida; no le sirve el cambio constitucional –no le tocará a él firmar la nueva Carta Magna–; no le sirve mantener la actual Constitución; no le sirve apostar a alianzas con la centro-izquierda, con izquierda ni con la derecha más dura; no puede mantener el orden dentro de la propia centro-derecha".

Este martes fue el senador Alejandro Guillier, su rival en las últimas presidenciales, quien aseguró que hay varios sectores del país, entre ellos políticos y empresarios, que piensan en destituirlo. El parlamentario apuntó que el camino es adelantar las elecciones: "Hay muchos que admiten que esto no se sostiene dos años más, aunque no quieran decirlo en público", sostuvo.

Según Mayol, "es impensable" que el presidente de Chile cayera por la presión de la izquierda o de las organizaciones sociales. "La historia de del país está escrita a partir de la vieja oligarquía y el nuevo empresariado, que son los sectores con capacidad y eficacia de poder", asegura. En su opinión, una posible salida del presidente sólo podría producirse si "el sector empresarial y de la derecha estuvieran disponibles para esa salida en razón de alguna buena e importante consideración, como la estabilidad financiera, la tasa de ganancia u otros factores similares".

El calendario para este mes se prevé movido, con 20 movilizaciones por el pueblo mapuche, el derecho al agua; y por un nuevo sistema de pensiones, entre otras. La respuesta del mandatario y del conjunto del Ejecutivo ante las distintas protestas convocadas y el nivel de represión que se viva en cada una de ellas marcarán el mes y medio de campaña para el plebiscito y, por el otro, el horizonte presidencial.

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