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Así fue el secuestro de Maracena: escenas de 'serie B' y expedientes de urbanismo

El juez ya ha ordenado examinar la documentación hallada en el maletero del coche de la víctima.

Noel López, secretario de Organización del PSOE.
Noel López, secretario de Organización del PSOE.

El relato que se extrae de la investigación judicial del secuestro de Vanessa Romero, una edil socialista de Maracena, un municipio vecino a Granada, a manos presuntamente de Pedro Gómez, expareja de la alcaldesa, Berta Linares, también del PSOE, recoge auténticas escenas de serie B relacionadas con una trama urbanística. El juez ya ha ordenado examinar la documentación hallada en el maletero del coche de la víctima.

En el auto en que eleva la causa al TSJA al hallar "indicios" que le gustaría indagar contra el exalcalde, hoy número dos del PSOE andaluz, Noel López, la actual alcaldesa, y el edil de Urbanismo, Antonio García Leyva, el juzgado hace una exposición de lo sucedido, basada en el testimonio de la víctima y en el del presunto secuestrador, en prisión provisional.

El magistrado considera que lo que ambos cuentan al respecto de cómo fue el secuestro "goza de un muy sólido sustento indiciario no solo por la seguridad y número de detalles ofrecidos tanto por la víctima como por el investigado que resultan coincidentes en lo esencial", sino también "porque tal relato [en lo que se refiere a cómo fue el secuestro] se refrenda con las pruebas objetivas y el trabajo policial" efectuado para corroborarlas.

El detenido, sobre el que el magistrado ha pedido un informe sanitario en el que se le diga "el grado de imputabilidad" que pueda tener al padecer problemas de salud mental, implica de lleno, con escabrosas afirmaciones incluidas, en su declaración al exalcalde López, algo que este niega de forma "tajante", a la alcaldesa y al edil de urbanismo como inductores del delito, y que el juez y la Policía tampoco han podido corroborar de momento.

Según manifestó a la Policía, él lo hizo porque creía estar ayudando a su pareja y por propio interés personal, porque pensaba que le podría abrir puertas en el ayuntamiento y porque podría contratar con él. Afirma incluso que se le sugirió que montase una SL para evitar a la oposición.

Pistola de juguete

Así, el 21 de febrero pasado, a las 9:29 horas, Romero acudió al colegio [..] a dejar a sus dos hijos menores de edad. Allí "presuntamente la espera el investigado, que dice que ha venido a traer a los hijos de Berta al colegio y que se ha quedado sin gasolina, que si lo puede llevar".

Él afirma, en su declaración a la Policía, ratificada después en el juzgado, que esa mañana, antes de salir de casa había tomado droga, cocaína, y que, antes de que llegara Romero, tenía el coche aparcado y había "cogido todos los elementos" que iba "a utilizar: una mochila y su abrigo".

Se dispone entonces a esperarla. Cuando ve que deja a los niños, se acerca, "la para y le pide que la acerque a Maracena, sentándose en el asiento del copiloto".

"Una vez dentro del vehículo [de Romero], tras un poco de charla trivial, coge el camino de Granada". Y un poco más adelante, habiendo dejado atrás una rotonda, "presuntamente el investigado saca una pistola negra del bolsillo derecho de su abrigo llevando en todo momento unos guantes de color gris en las palmas y verde fosforito en el dorso de las manos". La pistola era de juguete y el secuestrador la había comprado en Amazon, según recoge al auto.

La víctima, según el presunto secuestrador, le pregunta entonces: "¿Y eso, qué he hecho, por qué yo?". Entonces, el acusado apunta a Romero con la pistola y "le indica que se dé la vuelta en cuanto pueda, que van a entrar en el pinar y que van a hablar cosas". Se adentran así en la "zona recreativa del embalse de Cubillas" y llegan "hasta una ampliación del arcén". Ahí, presuntamente, Gómez le indica que se detenga.

Entonces, el hoy detenido "le recrimina la mala actitud que tiene con la alcaldesa". Después, pretende meterla en el maletero con bridas, que tenía "de su trabajo" en pies y manos. Según la víctima, Gómez presuntamente las saca de una mochila "que lleva en los pies".

Dos las coloca en ambas muñecas y las otras dos le pide que se las coloque en los tobillos, "utilizando otra brida más para unir las dos bridas de las muñecas con la de los tobillos".

El aluminio y el móvil

En ese momento, el investigado le entrega el móvil a la víctima y le dice que quite el bloqueo de seguridad y que mande "un mensaje de Whatsapp al arquitecto municipal de Maracena porque tenía que hablar con él".

"Si bien, por los nervios, no pudo completarlo realizándolo el propio investigado diciendo "ven a esta ubicación para hablar" sin remitir ninguna ubicación, por lo que el arquitecto municipal contesta sobre qué ubicación es". No obtuvo respuesta.

Los investigadores preguntaron a Gómez por qué había hecho eso y este manifestó que pretendía demostrar una relación entre ambos "para poder utilizar como moneda de cambio al respecto de lo que el arquitecto pudiera hacer" contra su expareja, la alcaldesa.

Tras ello, con un rollo de papel de aluminio, Gómez presuntamente envuelve el teléfono móvil de Romero. Y lo coloca en el hueco lateral de la puerta del copiloto. Los investigadores quieren saber si lo hizo porque pensaba que en el teléfono había datos comprometedores para los responsables del Ayuntamiento.

Preguntado por la Policía, por qué hizo eso, afirma que "vio en una película que envolviendo los teléfonos móviles en papel de aluminio estos perdían la señal, y así lo hizo para evitar que estos tuvieran cobertura y que efectivamente comprueba en su casa su eficacia".

El acusado le pide entonces a la víctima, según su relato, "que baje del coche para meterla en el maletero; ella forcejea y se pone nerviosa y el también esta nervioso, por lo que finalmente le dice que la va a sentar en el asiento de atrás y le quita el cinturón del vestido y con dicho cinturón une las bridas de los pies y las manos para inmovilizarla".

Así, "queda montada tras el conductor, que se dirige hacia donde habían estado detenidos anteriormente diciendo que tenía que volver a hablar, mencionándole en todo momento al arquitecto municipal con frases como: cuántas veces vas a su despacho a hablar de temas, y también reprochándole con gruesas palabras, como "medio ayuntamiento te odia" que vaya por ahí "diciendo cosas" de la alcaldesa.

Romero intenta entonces "razonar con el investigado con todo lo que se le ocurre, diciendo que no iba a tener consecuencias por todo esto, que iba a abandonar su acta en el Ayuntamiento".

Que en un momento dado este "la amordaza con una especie de rollo de vendaje y poniendo el vehículo en marcha otra vez".

No sabe a dónde van

Se desplazan entonces en dirección a Granada mientras ella está amordazada y no puede decir nada. Ella afirma que "observa como se incorporan a la autovía pasando la salida de Maracena" y que "se pone nerviosa porque no sabe a dónde van". Al rato, consigue la víctima "arrancarse la mordaza y él pide por favor que vayan a Maracena, que va a hablar con el arquitecto, que hará lo que quiera".

Se desvían y paran en una calle sin salida. "Presuntamente el investigado le venda los ojos con cinta de carrocera y le tapa tanto los ojos como la boca". Continúan la marcha y él indica que agache la cabeza en todo momento. "Presuntamente se dirigen en dirección a Armilla [un municipio cercano] por la autovía hasta llegar a un garaje, alquilado" por Gómez.

"Allí introduce el vehículo marcha atrás y una vez en el interior […] la baja del coche, rompe el cinturón que había usado para unir las bridas con un machete que llevaba en la mochila y le dice "venga que vamos a hablar" sentándose en el borde del maletero".

"Ella le pide que la deje marchar, pero presuntamente el acusado insiste para que se introduzca en el maletero algo a lo que se niega" la víctima. "Se produce un nuevo forcejeo hasta que él coge una especie de barra metálica y le dice que o se mete sola o le mete con un porrazo". El indica que tiene que hacer dos llamadas, la introduce en el maletero, cierra el portón, sube en el coche, pone el aire acondicionado y cuadra el vehículo dentro de la misma cochera".

La denunciante "propina patadas a los asientos". "Él le dice que ya había terminado la primera llamada, apaga el coche, lo cierra y abandona el local quedando encerrada la víctima, que posteriormente y tras dar diversos golpes consigue salir del vehículo y del local pidiendo ayuda sobre las 11.30 horas" de ese mismo 21 de febrero.

La concejal secuestrada, en su declaración, aseguró que creía que el motivo de su detención ilegal había estado motivada por el "temor" del exalcalde y la alcaldesa de que alguna documentación pudiera salir a la luz. También aseguró que le habían puesto "una cámara con micrófono en su despacho y que en esas grabaciones habían podido comprobar la manera en que Vanessa hablaba de ellos". En el maletero, el día del secuestro, guardaba expedientes del Ayuntamiento. Son los que hoy investiga la justicia.

La detención

¿Qué hizo Gómez después de dejar a la edil en el maletero y antes de ser detenido? Según declaró a la Policía, decide comprar un cuchillo en Maracena para cortar las bridas a Vanessa, porque con el machete, de doble filo, podría hacerle daño. Se dirige a la parada del metro.

Preguntado "por qué no busca una ferretería en el propio Armilla o busca con su teléfono la más cercana manifiesta que porque no quería quitarle el papel de aluminio a los teléfonos y porque en Armilla no conoce ningún establecimiento", según recoge el auto.

Después, según afirma, va a encontrarse con la alcaldesa. Una vez en Maracena se dirige al Ayuntamiento. "Sin embargo, le comunican que no está allí". Entonces, según afirma, deambula por varios lugares, compra una lata de monster en un establecimiento y después, en una ferretería "un cuchillo y una cinta americana", según afirmó a la Policía, para trabajos futuros. Al salir, afirma, según recoge el auto, que se encuentra con la alcaldesa y que esta le dice que la Policía le busca.

Después, coge el metro para dirigirse nuevamente a Armilla. Se baja una parada antes, ya que, asegura, "había visto coches de policía y temía que estuvieran en la parada donde tomó el metro".

Observa que hay un coche de la Guardia Civil en la puerta y "se quita de en medio". Asegura que fue a una peluquería a cortarse el pelo "por ganar tiempo", que luego se metió en un portal junto a una floristería, después se metió en otro portal pensando qué iba a hacer con la mochila y con el abrigo. Entonces pensó "en entregarse y al escuchar las sirenas de policía muy cerca", salió y se metió en otro portal cercano y escondió las cosas allí". Tras esto, se tomó "una cerveza en un bar cercano a la parada de metro del ayuntamiento".

Regresó a Maracena y allí se dirigió "a la zona donde está el cuartel". Y "en el trayecto" le detienen.

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