La portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, ha realizado una encendida defensa de la monarquía durante la sesión de control al Ejecutivo. La dirigente popular ha criticado que los "socios" del Gobierno, en referencia a los partidos independentistas, "atacan al rey". "Quieren ganar contra la Corona lo que perdieron contra la Constitución, como si Corona y Constitución no fueran hoy indisociables". "La monarquía moderna es hija de Constitución, es decir, del pueblo español", ha aseverado la conservadora.

Álvarez de Toledo también ha acusado al presidente Pedro Sánchez de "agitar el debate sobre la monarquía para tapar su deplorable gestión de la pandemia" y al vicepresidente Pablo Iglesias de "aprovechar la maniobra para apuntar a Felipe VI". "Hábiles generando ruido sobre el rey, inútiles rastreando el virus". A lo que la vicepresidenta Carmen Calvo le ha respondido: "Lo que hay debajo de la interpretación que hace usted es siempre lo mismo: la Constitución patrimonalizada por ustedes, que llegaron tarde a ella, patrimonializada de manera excluyente", ha criticado.

La portavoz del PP ha demandado a Calvo que "acepte el principio de realidad": "Ahórrense sus campañas antimonárquicas, para engendrar una república o confederación hay que derogar la Constitución, y eso no puede hacerse sin el apoyo del PP. Eso no ocurrirá jamás, pierdan toda esperanza. Encaren la reforma, que es el gran legado de la transición", ha zanjado.

La ministra socialista ha defendido que la Constitución para el Gobierno son las leyes que se han aprobado en los pasados meses, como la de Cambio Climático, de Educación, la subida del Salario Mínimo, la implantación del Ingreso Mínimo Vital. Para Calvo la defensa de la Constitución es haber decretado el estado alarma en contra del apoyo del PP. "Eso es la Constitución para este Gobierno, desarrollar políticas que hagan este país mas justo, más igual y más solidario".

Por último, Calvo ha pedido a Álvarez de Toledo que apoyen al Ejecutivo a reformar el Consejo General del Poder Judicial, unos nombramientos que precisan de una mayoría cualificada de tres quintos, es decir, de 210 de los 350 diputados del Congreso. Con la aritmética parlamentaria actual, solo el PP y el PSOE pueden sumar los votos necesarios para sacar adelante la renovación.