Este artículo se publicó hace 16 años.
"Ha sido muy duro ser insultado e injurado un día sí y otro también"
Miguel Ángel Santano, comisario general de Policía Científica. Absuelto junto a sus tres compañeros en el ‘caso del ácido bórico’, habla tras la sentencia.
Convertido durante casi dos años en el pim-pam-pum de los forofos de la teoría de la conspiración, el comisario Miguel Ángel Santano, máximo responsable de la Policía Científica, recibió este martes una de las mejores noticias de su dilatada carrera profesional: la Audiencia Provincial les absolvió a él y a tres de sus subordinados en el llamado caso del ácido bórico, el último asidero que quedaba a los agujerólogos en su intento de involucrar a ETA en el 11-M. Ahora, con la perspectiva que da la lectura reposada de la sentencia, este veterano policía de imagen bonachona y voz áspera analiza para Público el fallo judicial y estos meses de proceso. Será por deformación profesional, pero no duda al señalar a los culpables de la situación que él y sus compañeros han vivido durante todos estos meses: El Mundo y “el locutor de la Cope”. Y está claro que para ello no ha necesitado echar mano de complicadas técnicas policiales.
¿Pensó en algún momento que podían ser condenados?
A pesar de las dificultades que debimos sufrir desde el principio, de la forma en que se hizo la instrucción del sumario, de lo que pasó con nuestro primer recurso, le aseguro que estaba totalmente convencido de que tanto yo como mis compañeros ibamos a ser absueltos. Si no era en el juicio oral, como al final ha sido, lo hubieramos sido por el Tribunal Supremo, pero estaba seguro que el sentido de la sentencia no podía ser otro porque nunca dudé de la inocencia de los cuatro que nos sentamos en el banquillo.
Sin embargo, ahora piden contra ustedes medidas disciplinarias por las “irregularidades” de las que habla la sentencia.
Es cierto que la sentencia habla de irregularidades por no documentar por escrito determinados cambios que se hicieron, pero también es cierto que ese tipo de trámites que echa en falta el fallo judicial no se habían hecho nunca en los laboratorios de la Policía y, me atrevería a decir, ni en el resto de la administración. No pongo en duda que fueran prácticas incorrectas, pero era la costumbre y, como recoje la sentencia, no es sancionable. Que ahora vengan algunos reclamando que nos sancionen por el régimen interno de la Policía no deja de ser una broma con la intentan tapar su fracaso como sea.
Por favor, haga autocrítica, ¿qué se hizo mal aquellos días?
Está claro que algo fallaba en el sistema de registro, porque así lo ha recogido la sentencia. Por ello, ya hemos procedido a modificarlo para que no vuelva a ocurrir.
Algunos párrafos de la sentencia son duros con usted.
Los jueces se han limitado a decir lo que creen que es correcto.
¿Volvería a actuar como lo hizo?
Como dije en el juicio y confirmaron mis compañeros, aquellos días yo no estaba y me limité a ratificar después lo que habían hecho mis subordinados. Pero, sin lugar a dudas, ahora mismo volvería a tomar las mismas decisiones y a actuar como lo hice. Eso sí, tomando en cuenta todos aquellos aspectos de irregularidades que recoge la sentencia.
La reacción del ministro del Interior tras conocer la sentencia fue fulgurante. En pocos minutos estaba ante la prensa aplaudiendo la misma y calificándoles a ustedes de “policías honestos”.
Fue la reacción lógica de alguien que siempre ha manifestado su convencimiento de que eramos inocentes y de que habíamos hecho lo correcto.
También llama la atención que la Dirección General hiciera una nota pública de respaldo. ¿No debería haber salido antes a la palestra? Lo digo porque cuando comenzaron los ataques de los ‘conspiranoicos’ contra la labor policial durante el 11-M, muchos agentes se quejaron del silencio de los responsables políticos del departamento.
Siempre me he sentido apoyado por la Dirección General y creo que ha actuado correctamente esperando a que se conociera la sentencia para hacer público ese respaldo.
Haga un poco de memoria, ¿qué se le pasó por la cabeza cuando en septiembre de 2006 un diario abre su portada con la noticia de una supuesta manipulación de un informe de su Comisaría General?
Fue un mazazo. No me podía creer lo que estaba leyendo. Por eso, lo primero que hice fue una nota informativa y di cuenta por fax tanto al juez Del Olmo (instructor del 11-M) como a otros responsables de la Audiencia Nacional de lo que realmente había pasado. Nunca entendí que se me acusase de encubrir los hechos.
Han sido prácticamente dos años de proceso ¿Cómo los ha vivido a nivel personal?
Cómo se puede sentir alguien que ve como todos los días el diario ‘El Mundo’ habla de uno, con su foto incluida, y siempre mal. Cómo se puede sentir alguien cuando escucha al locutor de la Cope (Federico Jiménez Losantos) hablar cada día de uno y cada vez utilizando calificativos más graves. Me he sentido fatal, porque sabes que todo eso llega a los ciudadanos y, sin embargo, no llega que durante la investigación del 11-M habíamos analizado 26.000 muestras y habíamos sido felicitados por gran parte de las Policías del mundo. Encontrarte un día sí y otro también cuestionado, insultado e injuriado por un informe sobre una sustancia que no tenía ninguna relevancia ha sido muy duro. A ello se sumaba que veía como sufrían mis subordinados y como se instalaba en el laboratorio un mal ambiente.
¿Y, ahora, cómo es ese ambiente? Todavía están trabajando allí los dos peritos que provocaron el caso con su informe.
Lógicamente, la tensión con estos dos funcionarios ha crecido tras conocerse la sentencia.
¿Ha vuelto a tener algún tipo de incidente con ellos?
Volvieron a provocar una situación similar, de la que di cuenta administrativamente de modo inmediato.
¿Considera que los ataques contra usted eran, en realidad, ataques contra el Gobierno?
Estoy convencido que iban a por mí porque me consideraban un eslabón inferior del Gobierno simplemente porque en su día me había nombrado el ministro del Interior y que golpeándome a mi, golpeaban al Gobierno.
Tras el ‘caso del ácido bórico’, ¿ha cambiado la forma de trabajar en su Comisaría General?
A todo lo malo hay que buscarle la parte positiva y, en este caso, nos ha servido para instalar un sistema informático para que nunca más se produzca una situación como ésta. Pero tampoco puedo olvidar que durante todo este tiempo mucha de mi gente ha tenido miedo a firmar determinadas cosas y eso no ha sido bueno.
¿Cree que les seguirán atacando? La AVT, tras la sentencia, ha puesto en duda la validez de todos los informes policiales.
¿Cómo se puede dudar de unos informes que han sido ratificados en el juicio del 11-M? No se lo creen ni quienes lo dicen.
¿Les ha vuelto a aparecer ácido bórico en algún análisis?
Ja, ja, ja... Seguro que ha aparecido en muestras de estupefacientes, porque las mafias lo utilizan habitualmente para cortar la droga, pero en muestras de explosivos, como conservante o para enmascarar el olor de éste, ni había aparecido ni ha aparecido desde entonces.
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