Sobrevivir a la división de una izquierda en retroceso: Sumar y Podemos miden sus fuerzas en Euskadi
Ambas formaciones corren el riesgo de quedarse fuera del Parlamento vasco tras un tropiezo en Galicia que dejó constancia de que el despliegue territorial es su asignatura pendiente.
Madrid-Actualizado a
El ciclo electoral que se inició en febrero con las gallegas no ha cogido a la izquierda alternativa en su mejor momento, y las elecciones vascas que se celebrarán el próximo 21 de abril no son una excepción. Este espacio está en un claro retroceso que, además, en este caso se podría ver agudizado por la ausencia de un despliegue territorial asentado (asignatura pendiente de las izquierdas estatales) y por la división entre Sumar Mugimendua y Elkarrekin Podemos.
Cada formación política tiene sus propias expectativas y realidades, pero ambas comparten un contexto común. Para Sumar, se trata de los primeros comicios a los que concurren en Euskadi, una región en la que los de Yolanda Díaz apenas han tenido tiempo para implementarse.
Los propios dirigentes de la formación achacaron su mal resultado en Galicia, donde no obtuvieron representación, al escaso tiempo que tuvieron para desplegarse en el territorio, en un contexto en el que el BNG sí que había conseguido asentar un proyecto y acumular un capital político que finalmente llevó a la formación soberanista a los mejores resultados de su historia en unas autonómicas.
En Euskadi el contexto es algo distinto. Esker Anitza (la federación vasca de IU) tiene mayor implementación territorial (sobre todo municipal) de la que tiene Esquerda Unida en Galicia, y en Sumar están convencidos de que este factor será diferencial a la hora de comparar ambos procesos electorales.
La mala experiencia en la tierra de origen de Yolanda Díaz hizo que se apuntara a la marca Sumar como la responsable de no hacer despuntar el proyecto, pero los dirigentes del partido rechazaron este análisis y basaron sus explicaciones en el asunto del escaso despliegue territorial y del poco tiempo para preparar la candidatura de Marta Lois (también en la constatada fuerza del BNG).
Alba García y Miren Gorrotxategi
Por este motivo, Euskadi será una prueba de fuego para la marca Sumar, y se pondrá de nuevo el foco en el proyecto liderado por la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, que ahora ya cuenta con una estructura, tras la celebración de su asamblea fundacional el pasado 23 de marzo, aunque recibió el apoyo de tan solo el 10% de los inscritos.
Sumar Mugimendua optó por lanzar a una candidata desconocida para la opinión pública pero con cierta experiencia en el activismo (antirracista), joven y con conocimientos acerca del funcionamiento de las instituciones vascas. Alba García Martín fue propuesta por este espacio en mitad de unas negociaciones con Podemos que no fructificaron.
García trabajó en los últimos años como coordinadora de acción institucional, de campañas electorales y de programa electoral en Elkarrekin Podemos, un puesto técnico dentro de la formación morada; aunque también concurrió en varios procesos electorales por esta organización en puestos simbólicos.
Para Sumar, el ciclo electoral entre las gallegas y las europeas es una carrera de fondo en medio de un proceso de despliegue orgánico que pretende asentar las bases del proyecto diseñado por Díaz. Las vascas, al igual que lo fueron las gallegas, y que lo serán las catalanas y las europeas, son un termómetro para medir la fortaleza y la fuerza de una plataforma que entre sus objetivos principales se ha marcado el de movilizar a la ciudadanía desencantada con la política.
El caso de Podemos es distinto. Elkarrekin logró en las pasadas elecciones seis escaños en el Parlamento vasco, siendo la cuarta fuerza del territorio por delante del Partido Popular. Ya en estos comicios (celebrados en 2020) el espacio comenzó a notar un desgaste que ha sufrido en todos los territorios, ya que en 2016 Podemos Ahaldugu-Ezker Anitza había logrado ser la tercera fuerza con 11 escaños.
Las encuestas no garantizan que entren en el Parlamento
La formación morada, que concurre junto a la Alianza Verde de Juantxo López de Uralde, fía sus resultados a dos factores: la marca Elkarrekin (de la que ya no forma parte IU, tras coaligarse con Sumar), y su candidata, Miren Gorrotxategi, que durante la pasada legislatura llegó a ser la diputada mejor valorada del Parlamento vasco en las encuestas (aunque en la última del CIS, de hace unos días, suspendió y quedó por detrás de los candidatos de PNV, Bildu y PSE, aunque por delante de Alba García).
En las gallegas, Podemos no sólo no obtuvo representación (como le sucedió a Sumar), sino que recabó menos votos que Pacma, lo que llevó los análisis de la situación de la organización a sus peores expectativas históricas tras su ruptura con los de Yolanda Díaz en diciembre del pasado año. Sin embargo, en el partido insisten en que Euskadi no es Galicia, donde la izquierda alternativa no tenía representación institucional, y esperan que la candidata (Gorrotxategi) y la marca (Elkarrekin) sean dos factores clave para sus resultados.
La imagen general es la de dos formaciones enfrentadas que compiten por un mismo espacio en el que la fuerza hegemónica es claramente una EH Bildu que se ha propuesto ganarle las elecciones al PNV. En las negociaciones fue Sumar la que decidió cerrar la puerta a un acuerdo con Elkarrekin después de mantener conversaciones, bajo la premisa de que cualquier eventual pacto podría ser tumbado por una dirección estatal del partido enfrentada a Yolanda Díaz.
En Galicia los dos partidos alcanzaron un acuerdo de unidad, pero la militancia de Podemos lo rechazó en una consulta después de las malas relaciones y los choques públicos en el ámbito estatal. En las encuestas, Sumar Mugimendua parte con cierta ventaja respecto a Elkarrekin Podemos, pero ambas fuerzas corren el riesgo de quedarse fuera del Parlamento.
En el caso de Sumar, la última encuesta del CIS le otorga una estimación de entre 0 y 2 escaños, mientras que para Elkarrekin Podemos Alianza Verde la estimación es de entre 0 y 1 asientos en el Parlamento vasco (prácticamente lo mismo que arrojó el CIS para ambas formaciones en Galicia). La izquierda alternativa buscará sobrevivir en Euskadi en un momento de retroceso y, además, lo hará dividida.
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