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Inna afinogenova - pÁ qué me invitan

Cómo las subidas de la tasa de interés de la Fed podrían arrastrar al mundo a una recesión

Inna Afinogenova en La Base
Inna Afinogenova en La Base.

¿Se acuerdan cuando en uno de los últimos programas de la anterior temporada hablamos de la paridad entre el euro y el dólar? Algo que muchos calificaron de histórico en aquel momento. Pues uno de los factores que explican esa paridad temporal es precisamente la subida de las tasas de interés. No por parte del Banco Central Europeo, no, sino por la Reserva Federal de EEUU. Y es que en la economía actual, todo está interconectado. 

A finales de julio la Reserva Federal tomó una decisión que muchos expertos, por lo que he podido ver en publicaciones varias, han calificado de muy agresiva: elevar, por cuarta vez, la tasa de interés en 0.75 puntos. 

Y aquí se ha subido de golpe el triple, hasta llevar la tasa al 2.25% anual.
Publicaciones como Forbes o Bloomberg indicaron en aquel momento que no se ha subido tanto desde los años 80.

En su comunicado de prensa la Reserva Federal explicaba que lo ha hecho debido a un desequilibrio entre la demanda y la oferta y por los altos precios de los alimentos y la energía. Y claro, la inflación en junio alcanzó un 9,1%, el nivel más alto en 4 décadas. Los motivos son obvios: las consecuencias de la pandemia con la consiguiente interrupción de las cadenas de suministro y, como no, la invasión rusa a Ucrania

De ese récord histórico de junio bajó a 8.3% en agosto y se ve una modesta tendencia de desaceleración.

Sin embargo, y eso coincide con el título del programa de hoy, el problema es el mercado hipotecario y el acceso a la vivienda. Según datos de JP Morgan, la hipoteca a tipo fijo a 30 años subió en EEUU hasta alcanzar casi el 6% (a principios del año estaba en el 3%). Eso significa que un pago mensual promedio por la hipoteca aumentó de 1.200 a 1.850 dólares (por una vivienda de unos 510.000 dólares).

De este modo la vivienda se vuelve todavía menos accesible para la gente porque entre los tipos altos de interés y los precios altos de los inmuebles, pues han alcanzado el nivel de asequibilidad más bajo de los últimos 15 años.

Más allá de EEUU, varios especialistas advierten que esa política de la FED puede arrastrar al mundo entero a una mayor recesión. Una mayor recesión supone la contracción del PIB (en EEUU ya se está contrayendo por segundo cuatrimestre consecutivo), menos ingresos y mayor nivel de desempleo, a nivel global. 

Pues el que más claro, en mi opinión, lo explicó es el profesor de la escuela de negocios de Columbia, Shang Jin Wei que también trabajó de economista en el Banco Asiático de Desarrollo.

Escribe en el portal Project Syndicate que cuando los principales bancos centrales aumentan las tasas de interés de forma descoordinada, puede parecer algo positivo para sus países individualmente, tiene sentido de forma aislada.

"Puede parecer razonable que la Reserva Federal suba las tasas para combatir la inflación en EEUU. Puede parecer razonable que lo haga el BCE para combatir la inflación en Europa". 

El problema con este enfoque, dice, es que un aumento de las tasas de interés por parte de cualquier banco central importante tiene el efecto de exportar la inflación a otros países. Y así, otros bancos centrales se ven obligados a aumentar las tasas de interés a su vez.

Cuando la Fed sube la tasa y si el Banco de Inglaterra o el Banco Central de Europa no responden, la libra o el euro se deprecian frente al dólar. Recuerden lo que pasó justamente este verano. ¿Y qué provoca esto? Pues precios más altos para productos importados que se suman a una inflación ya de por sí alta. Cuando el BCE o el Banco de Inglaterra responden aumentando sus tasas, exportan inflación adicional no solo a EEUU, sino también a otras economías. 

En las economías más pequeñas que vinculan sus monedas al dólar, como la de Panamá, o de Ecuador, por ejemplo, la tasa de interés aumenta automáticamente en cuanto la decide subir EEUU y da igual que eso sea perjudicial para Panamá o para Ecuador concretamente.

 En fin, que todo está interconectado, y si la Fed sigue fiel a su advertencia de continuar subiendo los tipos de interés (lo avisó su jefe, Jerome Powell), las consecuencias van a notarse mucho más allá de los EEUU. 

Dice el profe Shang Jin Wei que con cierta coordinación entre los principales bancos centrales del mundo se podría haber elaborado una estrategia para controlar la inflación algo menos agresiva para cada uno.  

Según él, lo único alentador es que aún no se ha producido una subida de tipos de interés en China y Japón (la segunda y tercera economías más grandes del mundo, respectivamente) y no parece que se vayan producir porque allí la inflación no es tan alta como en Europa o EEUU, se mantiene por debajo del 3% aproximadamente.

Así que en principio no tendrían por qué aumentar sus tasas de interés. Pero avisa que esto podría cambiar, porque la situación es muy inestable y no se sabe cómo va a variar el precio de la energía por la guerra de Ucrania, de manera que la depreciación de sus monedas nacionales y la inflación que eso generará en los productos importados podría empezar a preocuparles también y habrá que esperar a ver qué decisiones toman al respecto.

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