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debate entre candidatos a las primarias del PSOE andaluz

Susana Díaz reivindica la "voz propia" del PSOE de Andalucía y Juan Espadas defiende la "necesidad de un cambio"

En el debate entre los tres candidatos a las primarias que elegirán al candidato a la Junta de Andalucía, Espadas busca las cosquillas a Díaz, Hierro a Espadas y Díaz vende su libro

Susana Díaz, Juan Espadas y Luis Ángel Hierro, este martes.
Susana Díaz, Juan Espadas y Luis Ángel Hierro, este martes. María José López. Europa Press

El debate entre los candidatos a las primarias del PSOE de Andalucía fue, salvo por un momento caliente, de guante blanco, sin interrupciones, una sucesión de monólogos, en el que cada uno desgranó sus armas y discursos, Luis Ángel Hierro, la candidatura de las bases, Susana Díaz, la de la "autonomía" y la voz propia de Andalucía, y Juan Espadas, la "necesidad del cambio" y la unidad para ganar las próximas autonómicas.

Durante el transcurso del debate, hubo algunos leves roces, pero la sangre no llegó al río. Hierro le dio algunas estocadas a Espadas, que este replicó con entereza, y una a Díaz, a quien, tras mentar a Rafael Escuredo, el primer presidente autonómico, y su huelga de hambre, reprochó falta de defensa de Andalucía. Espadas buscó las cosquillas desde el arranque a Díaz, quien le replicó: "No es momento de reproches. Vamos a tener un debate en positivo".

Espadas sacó un gráfico en el que se veía la evolución electoral del PSOE, en descenso, le dijo que los alcaldes estaban desatendidos, que el PSOE no escuchaba lo suficiente a los sanitarios, que había que implicarse mucho mas en orientar las políticas del PSOE federal y no estar en posiciones "numantinas". Con ello, pretendía defender "una candidatura de unidad", que "deje las etiquetas, un PSOE de fraternidad, un proyecto renovado, un proyecto nuevo".

Díaz se mantuvo al margen de conflictos con sus "compañeros" y vendió su libro, en el que deslizó algunas indirectas a Espadas, al que tachó, sin decirlo directamente, como el candidato de Ferraz: "El PSOE es un partido de izquierdas", definió, "la economía tiene que tener un fin social", "las personas más leales son las más libres". Díaz habló de la factura de la luz, de Blas Infante, de García Caparrós y hasta de la uva pasa de Málaga.

Espadas recibió varios ataques de Hierro en el terreno económico, quien le criticó vaivenes con la fiscalidad –"te critico en el tema del ayuntamiento. No puedes un día subir los impuestos y luego bajarlos. Si hacemos eso, no nos creen y si no, no nos votan"– que le obligaron a defenderse. "En Sevilla se garantizan los servicios públicos. Hay que recaudar lo suficiente para garantizalos, replicó.

"Ha llegado el fin del neoliberalismo. La crisis covid ha puesto de manifiesto el renacimiento de una economía de corte keynesiano. Estamos ante un nuevo futuro de la economía. Una planificación del sector público. Si dejamos al mercado libre, tenemos que cuidar de nuestra propia economía", proclamó Hierro.

Mentir o no mentir

El momento más caliente se produjo en el arranque del bloque de cierre, en el que los candidatos respondieron presuntas preguntas de la militancia. Espadas reivindicó que ese momento se había producido gracias a su candidatura, pero Hierro lo acusó de mentir.

–No voy a aceptar que se digan cosas que no son ciertas. No mintamos, dijo Hierro.
–Te aseguro que no miento, replicó Espadas.
–Es nuestra candidatura la que es de las bases. Somos nosotros. Hombre, por favor, a estas alturas de la película, cerró Hierro.

El debate dejó el compromiso de los tres, forzado por Hierro, de sacar al genocida Queipo de Llano de la basílica de la Macarena, en Sevilla, algo que hasta ahora ha sido imposible. En los temas sanitario, educativo, los tres estuvieron de acuerdo.

Durante muchos momentos, quedó claro que el debate era entre compañeros: la reivindicación de la sanidad y la educación públicas fueron señas de identidad de los tres candidatos.

Espadas salió como pudo de una presunta pregunta de la militancia que le instaba a decir las virtudes de Díaz y sus carencias: "La pregunta tiene nota: Susana es una política de raza. He trabajado con ella mucho tiempo. Nos conocemos bien. Su capital político es innegable. Ella plantea un proyecto de continuidad, pero ahora mismo la situación política requiere un cambio.  Si hacemos lo mismo, obtendremos el mismo resultado electoral. Andalucía necesita al PSOE. Contaremos los unos con los otros. En el PSOE no sobra nadie".

El debate se terminó con una frase de Hierro: "Bueno, ¿nos damos la mano, no?"

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