Tamames vuelve al Congreso para liderar una moción de censura que se puede volver contra Vox
La sexta moción de censura de la democracia reciente, la segunda en esta legislatura (ambas impulsadas por la ultraderecha), llega al Congreso con pocas incógnitas sin resolver.
Pilar Araque Conde
Madrid-Actualizado a
En los días previos a la moción de censura de Vox contra Pedro Sánchez, que se debatirá este martes y votará el miércoles, representantes de diferentes grupos han compartido tanto en público como en privado el "poco interés" de esta cita parlamentaria, que por primera vez liderará un candidato independiente. Si bien, la propia figura escogida por la ultraderecha, Ramón Tamames, para liderar este procedimiento contemplado en el artículo 113 de la Constitución es la que genera dudas sobre el desarrollo de este debate y sobre todo, sobre el impacto político del mismo.
La sexta moción de censura de la democracia reciente, la segunda en esta legislatura (ambas impulsadas por la ultraderecha), llega al Congreso con pocas incógnitas sin resolver. Y es que, se conoce hasta el propio discurso del candidato, que se filtró el pasado miércoles por la noche. El propio exdirigente del PCE, de 89 años, reconoció que el borrador de 34 páginas adelantado por elDiario.es está "anticuado" pero no prevé cambios destacados. "Así me entenderán mejor", apostilló en una rueda de prensa el pasado jueves.
En esa cita ante los medios que albergó la Sala Campoamor del Congreso, el líder de la ultraderecha, Santiago Abascal, y el exdirigente del PCE hicieron gala de sus diferencias para rebajar las críticas y chascarrillos sobre la idoneidad del candidato. La preocupación del nonagenario economista e historiador por el cambio climático o sus divergencias en torno a la legislación en materia de igualdad o LGTBI, así como su concepción sobre el Gobierno de Sánchez, que rechaza que sea "el peor en los últimos 80 años" (incluida la dictadura), como defiende Abascal, han sido minimizadas por ambos.
"Lo tengo muy claro, puede haber discrepancias pero hay coincidencias muy importantes y yo me siento a gusto en una moción de censura en la que me presentan 52 diputados de Vox porque coincidimos en lo esencial", zanjó Tamames para acallar las voces que apuntan al posible impacto negativo de la moción de Vox contra el propio partido de Abascal.
Conocidas las líneas maestras de su primera intervención, en la que pedirá previsiblemente el adelanto de las elecciones generales, a pesar de que la moción de censura en España es de carácter continuista (si prospera, se fuerza la dimisión del presidente del Gobierno), el foco se posa sobre las réplicas que Tamames realice desde el escaño de Abascal, el lugar acordado con la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para intervenir durante el debate. "Puede pasar cualquier cosa", resume un diputado acerca de la expectación sobre esta cita.
El Gobierno mantiene la incógnita sobre su estrategia
"La estrategia la verán a partir del martes de la semana que viene", contestó la semana pasada una y otra vez el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ante las reiteradas preguntas sobre el guion de la moción. Ni la mano derecha de Pedro Sánchez ni ningún otro miembro del Gobierno ni el PSOE han querido anticipar detalles de la cita.
Tampoco se ha deshojado la margarita sobre quién tomará la palabra en el Ejecutivo más allá de Sánchez e, incluso, si se dará el caso. La posibilidad de que intervenga también la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, está sobre la mesa, aunque su compañera del espacio confederal, la ministra de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra, pidió que sean las mujeres, tanto ministras como portavoces, las que lideren el debate.
En este sentido, cabe destacar que en la primera moción de censura de Vox contra Sánchez en 2020, además del presidente del Gobierno, intervino y dio la réplica el entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Asimismo, ese debate de gran envergadura contó con el mayor número de mujeres portavoces de la historia reciente.
Intervenciones aparte, desde el Gobierno de coalición encaran la moción como "una gran oportunidad, para comparar los modelos, el de un Gobierno progresista, que avanza en derechos, que crea economía productiva y sostenible, que genera mucho empleo, con cifras magníficas", como señaló Bolaños. "Frente a este proyecto de crecimiento económico, que sea sostenible, de mucho empleo y empleo con muchos derechos, tenemos enfrente una oposición que nos presenta la nada, derogar toda la acción legislativa de este Gobierno, en definitiva, retroceder", remachó.
En este contexto, está por ver el papel del principal partido de la oposición, liderado por la portavoz del grupo parlamentario y número dos, Cuca Gamarra. Y es que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, sin escaño en el Congreso, ha declinado acudir al debate a pesar de que puede hacerlo por su condición de senador. Asimismo, pese a considerar que Vox no se ha tomado "en serio" a España con su moción y que este mecanismo servirá para dar "un balón de oxígeno" a Sánchez, el PP se abstendrá previsiblemente y no votará en contra, como sí lo hizo en la anterior moción bajo la dirección del defenestrado Pablo Casado.
Esta importante cita parlamentaria servirá, sin ninguna duda, de termómetro de la legislatura en un momento crucial tras la brecha en el Gobierno de coalición por la reforma de la ley del solo sí es sí y el rechazo de los principales aliados parlamentarios del Gobierno a la modificación de la ley mordaza, decayendo el trámite de uno de los principales compromisos del Ejecutivo.
Visto el "poco éxito" de la propuesta que ERC lanzó a los partidos de "no participar en este circo de Vox" como método para "inhabilitar todo lo que van a montar, por respeto al parlamentarismo y al mecanismo de la moción de censura", como remarcó la semana pasada el portavoz republicano, Gabriel Rufián, la mayoría de las fuerzas del arco parlamentario han avanzado que intervendrán desde la tribuna.
Enfrente estará Ramón Tamames, sentado en la bancada de Vox, con muchas ganas de "volver a casa", pero con pocas pretensiones de convertirse en presidente del Gobierno. "Mi ilusión es tener más votos de los 52 previstos", comentó acerca de la posibilidad de que la votación sea "secreta" y no pública por llamamiento. Lejos de las mociones anteriores, el foco no estará en el proyecto que presente el candidato, sino en cómo su desarrollo repercutirá en quienes le propusieron.
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