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Teresa Rodríguez busca una
dirección de su confianza en
Podemos Andalucía

Las primarias en Podemos Andalucía, que arrancan el 17 de octubre, ponen a prueba por primera vez el liderazgo de la secretaria general. Al menos dos corrientes críticas se movilizan para impulsar candidaturas alternativas.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, junto a la secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, en un acto público en Córdoba. EFE

DANIEL CELA

SEVILLA.- Podemos Andalucía ha abierto el proceso para elegir a la nueva dirección del partido cuando la actual apenas cuenta con un año y medio de vida. La decisión de Teresa Rodríguez de precipitar un congreso extraordinario, que ha pillado por sorpresa a sus críticos, busca hacerse con el control de los órganos de dirección, un control que ahora no tiene.

Los críticos, entre quienes destacan el ex secretario de Organización, Sergio Pascual, la diputada andaluza Begoña Gutiérrez o la número uno por Granada Ana Terrón, ya han reaccionado movilizando a cientos de cargos orgánicos e institucionales en los ayuntamientos para promover la plataforma Andalucía Plaza a Plaza.

La iniciativa ha sido presentada esta semana como “un movimiento de las bases” que aspira a plasmarse en una lista alternativa a Rodríguez, pero todavía no es una candidatura formal. Tampoco lo es aún la iniciativa Andalucía Sumamos, que acaba de presentarse como un “espacio de trabajo y de debate” para participar en el inminente proceso de renovación de la dirección regional de Podemos. En este caso sus promotores son más visibles, tres diputados del Congreso: el histórico comunista Manolo Monereo, a quien Pablo Iglesias integró en la lista por Córdoba a las generales; Isabel Franco (de Huelva) y Noelia Vera (de Cádiz).

Ambas propuestas alternativas reprochan a la dirección de Teresa Rodríguez haberles “dejado fuera” del debate político en Andalucía. “Nos hemos convertido en el coche escoba de toda la militancia que se quedaba fuera”, reza el manifiesto de Andalucía Sumamos.

El proceso para la elección de la Asamblea Ciudadana en Andalucía va a discurrir en paralelo a la de Madrid, según el calendario que ha establecido la dirección nacional. La recogida de avales de candidaturas se hará entre el 10 y el 23 de octubre (cada lista necesita el aval de al menos un círculo o agrupación oficial; en Andalucía hay 200, y unos 60.000 afiliados). La publicación de las listas definitivas será el 28 de octubre, la campaña electoral de las primarias será del 24 de octubre al 9 de noviembre, y el periodo de votación entre el 7 y el 9 de noviembre.

El resultado se conocerá el día 11 de ese mismo mes. Para muchos, el proceso de renovación que va a vivir Podemos Andalucía será una prolongación de la disputa que existe entre los alineados con Pablo Iglesias y los afines a Íñigo Errejón. Pero no es tan simple. Primero porque ninguna de estas dos facciones tiene una estrategia clara y definida para enfrentarse a un gigante electoral como el PSOE andaluz, el único partido que ha gobernado esta tierra en democracia. Y segundo, porque Teresa Rodríguez ha despuntado por encima de la marca Podemos, probablemente engrandecida por su dura oposición a Susana Díaz.

En sólo año y medio, Rodríguez ha ganado un peso específico evidente en la arena política andaluza. A diario se bate de igual a igual con la presidenta de la Junta, con quien forcejea para hacerse con la iniciativa legislativa, representar a los más débiles y esgrimir la hegemonía de la izquierda. En ocasiones ha llegado a desplazar incluso al presidente del PP-A como líder de la oposición, a pesar de que los populares cuentan con el doble de diputados que Podemos (33 frente a 15).

Sin embargo, el protagonismo que ha adquirido en el Parlamento se lo restan a diario sus críticos, que desde Madrid han cuestionado sus resultados electorales en las autonómicas y en las dos últimas elecciones generales. Le reprochan que si Pablo Iglesias no logró el sorpasso al PSOE es porque Podemos no ha conseguido despuntar en Andalucía, donde se disputan 6,5 millones de papeletas. Rodríguez rechaza la mayor y advierte, por ejemplo, que el resultado de Podemos en el País Vasco es equivalente en porcentaje al que ella obtuvo en las andaluzas, “sin embargo allí se ve como un éxito y aquí como un fracaso”. Críticas como ésta son las que la han empujado a precipitar la convocatoria de la Asamblea Ciudadana, en la que aspira a reforzar su liderazgo deshaciéndose de los críticos que forman parte de su ejecutiva.

Lucha de equilibrios

El Consejo Ciudadano de Rodríguez, compuesto por 34 miembros, no cuenta con la total confianza de la líder. Cuando fue elegido hace año y medio el sistema de elección interna en Podemos era distinto: quien tuviera el 50% más uno de los votos tenía el 100% de la dirección. Nacieron entonces las llamadas ‘listas plancha’, esto es, los afiliados podían sólo votar la lista compuesta por la dirección: con un solo click se votaba a todos los miembros que componían una misma candidatura.

Rodríguez se opuso a aquel sistema de organización (uno de sus primero enfrentamientos con Sergio Pascual) porque entendía que Podemos debía facilitar la representación de diversas sensibilidades políticas dentro de la misma ejecutiva. En Sevilla, por ejemplo, la lista de la diputada Begoña Gutiérrez, alineada con los críticos a Rodríguez, ganó por estrecho margen a la otra candidatura, pero pudo quedarse con el 100% de la dirección.

En aquella época, la voz de Rodríguez en Andalucía era muy contestada desde la dirección de Madrid (entonces Iglesias e Errejón iban al unísono). “Era la época en la que bajaban a Iglesias a Andalucía como si fuera un portaaviones a apoyar candidaturas por todo el territorio bajo la marca Claro que Podemos. Entonces, la única forma de tener una dirección plural era llegar a un acuerdo previo con los otros candidatos para representar las distintas sensibilidades”, recuerdan fuentes de la dirección andaluza de Podemos.

Con estas reglas del juego, Rodríguez concurrió a las primarias encabezando una candidatura que había sido confeccionada al 60% por Iglesias, Errejón y Pascual, quedándose sólo el 40% para gente de su equipo.

Cuando Pablo Echenique accede a la Secretaría de Organización de Podemos, eliminó las llamadas ‘listas plancha’ y se aplicó un “protocolo de neutralidad” para evitar en la mayor medida posible los apoyos desde fuera del territorio en cuestión. Las próximas primarias tendrán un sistema de listas abiertas similar al del Senado, cada afiliado podrá seleccionar los nombres que quiera dentro de la candidatura elegida. Pero ahora la candidatura ganadora sólo podrá contener hasta el 80% de los miembros del Consejo Ciudadano, el restante 20% será para la segunda lista más votada, garantizando así su presencia dentro del órgano de decisión.

Así las cosas, la lista de Teresa Rodríguez no será la misma, porque ahora tendrá total libertad para elegir a su equipo, y quienes en su día fueron impuestos por la dirección nacional, previsiblemente intentarán formar una candidatura alternativa. Si la gaditana sale victoriosa, el equilibrio de fuerzas con sus críticos dentro de la ejecutiva se habrá roto, y ella saldrá reforzada.

A pesar de todo, tampoco el posicionamiento de los miembros del Consejo Ciudadano andaluz de Podemos es el mismo ahora que hace año y medio. En este tiempo, habiendo nacido diferencias entre Iglesias y Errejón, “los agrupamientos dentro de la ejecutiva andaluza son diferentes a los de entonces”, admite un miembro de la dirección.

Rodríguez cree que han nacido más sensibilidades dentro del partido: los municipalismos, los autónomos, la gente procedente del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) que se incorporó plenamente a Podemos desde la lista Unidad y Dignidad. El nuevo partido morado saldrá de la mezcla de todos ellos, pero quien ostente el liderazgo ahora, será más líder que hace año y medio.

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