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El Supremo confirma la condena de ocho años de cárcel al patrón de la patera en la que murió la niña Sephora

El acusado es culpable de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y de dos homicidios por imprudencia.

20/01/22-Trabajadores de una funeraria llevan los cadáveres de las tres mujeres migrantes que naufragaron en alta mar en la costa de Lanzarote, en Puerto del Rosario de Fuerteventura, a 25 de agosto de 2021, en Fuerteventura, Islas Canarias (España).
Trabajadores de una funeraria llevan los cadáveres de las tres mujeres migrantes que naufragaron en alta mar en la costa de Lanzarote, en Puerto del Rosario de Fuerteventura, a 25 de agosto de 2021, en Fuerteventura, Islas Canarias (España). Europa Press

El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de ocho años de cárcel impuesta al patrón que gobernaba la patera en la que murió la bebé marfileña de 13 meses Sahe Sephora Penielle en 2019, la primera víctima de las pateras en Canarias a la que enterraron con su nombre y apellido tras más de dos décadas conviviendo con ese tipo de desgracias en las islas.

El Supremo ratifica que el acusado, el marroquí Abdallah W., es culpable de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y de dos homicidios por imprudencia, el de Sephora y el de Justine Senekoke, una mujer que se ahogó en el mismo accidente y cuya hija quedó bajo tutela del Gobierno canario.

Los hechos tuvieron lugar la noche del 16 de mayo de 2019 en la zona de Las Marañuelas, cuando se acercaba a un punto de la costa próximo al puerto de Arguineguín una patera con unos 30 ocupantes.

El procesado ejecutó de manera precipitada la maniobra de aproximación a tierra, provocando la caída del bebé al mar

Cuando se acercaban a Gran Canaria, el procesado "ejecutó de manera precipitada y arriesgada la maniobra de aproximación a tierra, lo que provocó la colisión de la nave con una roca y la caída de algunas personas al mar". Como consecuencia de la colisión, murieron ahogadas la bebé Sephora, que se deslizó al agua desde el pañuelo con el que la transportaba su madre, testigo protegido de la acusación, y Justine Senekoke, una mujer que viajaba con otra niña pequeña. Una tercera mujer también cayó al mar pero se desconoce con certeza cuál fue su suerte porque su cuerpo no apareció.

Aunque la condena ya había sido confirmada en apelación por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, la defensa recurrió al Supremo para alegar que su cliente había sido condenado sin pruebas y con vulneración de sus derechos. En concreto, Abdallah W. sostenía que no patroneaba esa patera sino que había llegado tiempo antes a Canarias.

Sin embargo, el Supremo da plena validez a los testimonios de los seis ocupantes de la barca que declararon ante el juez instructor, con la condición de testigos protegidos, que fue él quien gobernaba la patera y quien la dejó a su suerte cuando se acercaron a la costa, así como a los indicios recabados por la Policía que lo corroboran.

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