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El 'tsunami vasco' de Podemos enciende todas las alarmas ante las autonómicas del 2016

La formación morada intentará consolidarse como una alternativa al PNV en las elecciones autonómicas de 2016. “La gente ha entendido que no somos independentistas, pero tenemos una sensibilidad especial hacia la identidad nacional vasca y la respetamos”, afirma uno de sus principales dirigentes.

El diputado electo de Podemos por Álava, Junatxo López de Uralde, junto a los senadores, Conchi Palencia, Elvira García y Ángel Mesón ; y la responsable de la campaña electoral, Edurne García. EFE/David Aguilar

BILBAO.- Parecía difícil. Algunos decían que era imposible. Pero lo difícil, lo imposible, ocurrió. Con menos de dos años de vida, Podemos ha conseguido situarse como la primera fuerza política de un escenario tan complejo como Euskadi.

Tras el impacto inicial ante unos datos electorales que muchos ni siquiera imaginaban, todos sus rivales analizan estos días qué pudo fallar. Les preocupa lo que pasó el domingo, pero sobre todo, lo que podría ocurrir en unos meses, cuando se desarrollen las elecciones autonómicas. Si la hazaña se repite, el partido de Pablo Iglesias podría acariciar el sillón del lehendakari. Las luces rojas, en señal de alarma, seguirán encendidas durante varios meses.

Según ha podido confirmar Público, las cúpulas de las diferentes formaciones han valorado en las últimas horas el panorama abierto en Euskadi tras las elecciones del domingo, con el denominado tsunami vasco de Podemos como principal factor político. No es para menos: el partido de los círculos conquistó 316.441 votos (25.97%), mientras que su más directo competidor, el PNV, se situó en los 301.585 (27.75%). Sin embargo, la ley electoral otorga seis diputados a los nacionalistas y cinco a Podemos.

Por su parte, el PSE quedó en un tercer puesto, con un 13.25% —lo que le otorga tres representantes en Madrid—, y EH Bildu cuarto, con el 15.07% y dos diputados, exactamente la misma cantidad que el PP vasco, que en esta ocasión reunió el 11.62% de los votos. Ciudadanos, con el 4.09%, y Unidad Popular, que alcanzó el 2.94%, no tendrán escaños vascos en la nueva legislatura.

La sangría ha sido notoria en prácticamente todas las formaciones. La más sufrida ha sido EH Bildu, que el pasado domingo reunió 101.679 votos menos que en las elecciones generales de 2011, mientras que el PNV ha bajado en 22.732 sufragios. También hay saldo negativo para el PSE (93.547 votantes perdidos), el PP (60.9241) y Unidad Popular (7.902), aunque esta candidatura de izquierdas, al menos porcentualmente, ha sido la que menos ha bajado en relación a 2011 —un 0.75% por debajo del resultado obtenido en aquella contienda—.

Sin olvidar estos datos, todos los partidos empiezan a sacudirse la resaca del 20-D y empiezan a mirar a 2016, un año que estará marcado por las elecciones autonómicas. Todo indica que serán las más reñidas de la historia, aunque desde todos los partidos admiten —ya sea para bien o para mal— que las votaciones al Congreso suelen diferir bastante de las que se realizan para el Parlamento Vasco.

No en vano, Eduardo Maura, ya electo diputado de Podemos por Bizkaia, sostiene que los resultados del pasado domingo deben ser manejados de manera sosegada, sin caer en “especulaciones apresuradas”.

El objetivo, apunta, sigue siendo “cambiar las instituciones vascas”, por lo que la formación morada mantendrá su apuesta por consolidarse como una alternativa real en Euskadi. De momento, ya ha conseguido imponerse en comarcas históricamente controladas por el PSE, como la Margen Izquierda de Bizkaia. También han quedado primeros en territorios de marcado carácter abertzale, como la provincia de Gipuzkoa. El terremoto también se sintió en las grandes ciudades: Podemos ganó en Donostia y Vitoria, mientras que en Bilbao se situó a solo dos puntos del PNV.

¿Cómo se explica este fenómeno?

“Hemos sabido articular un discurso que apunta hacia los problemas sociales, pero también hacia los de carácter territorial”, responde Maura. Dicho de otra forma, “la gente ha entendido que Podemos no es un partido independentista, pero que tiene sensibilidad hacia la identidad nacional vasca y la respeta”, señala. “Además —remarca—, queremos dejar atrás un ciclo de violencia y abrir otro de convivencia democrática”, todo ello “sin olvidar los problemas cotidianos de la gente en los municipios”.

En este nuevo contexto, la irrupción de Podemos en el escenario vasco también ha sido valorado por la dirección del PNV, que se felicitó por haber “resistido” el avance del partido de Pablo Iglesias en Euskadi. También sacó conclusiones sobre los pésimos resultados obtenidos por el frente constitucionalista conformado por el PP, PSE y Ciudadanos. “Las urnas han hablado, y más de dos tercios de los electores vascos apoyaron ayer a formaciones políticas que reivindicamos el reconocimiento de Euskadi como nación y el derecho a decidir que, como tal, asiste al pueblo vasco”, señalaron los nacionalistas en un comunicado.

Esta valoración no resulta suficiente para EH Bildu, que ha perdido cuatro de sus seis diputados en Madrid. Fuentes de la coalición abertzale han confirmado a Público que se realizará un “proceso de reflexión interna”, aunque evitaron indicar en qué sentido. Las primeras valoraciones fueron realizadas el lunes por los partidos que componen esta candidatura independentista —Sortu, EA, Alternatiba y Aralar—, mientras que este martes se ha reunido la mesa política de EH Bildu, sin que se produjese ninguna declaración oficial sobre el contenido de la reunión.

Este martes también se ha reunido la Comisión Ejecutiva del PSE. Mediante una nota difundida al término del encuentro, el partido que dirige Idoia Mendia se mostró satisfecho con los resultados alcanzados el domingo, remarcando que habían obtenido 14 mil votos más que en las elecciones municipales y forales de mayo pasado, lo que les sitúa como “tercera fuerza política” del País Vasco. No obstante, la dirección socialista admitió que no había logrado los números que esperaba, algo que atribuyó al “clima de fuerte competencia electoral”.

El PP también supo interpretar su bajada de votos como una victoria. En lugar de decir que son el quinto partido de Euskadi, los conservadores prefirieron autodefinirse como “primer partido de España”. Esas fueron las palabras empleadas por el ministro de Sanidad y presidente de los populares en este territorio, Alfonso Alonso, quien tendría todas las papeletas para convertirse en el próximo candidato a lehendakari de este partido.

En efecto, todos los partidos con implantación en Euskadi ya tienen la mira puesta en las elecciones autonómicas, que se celebrarán —al menos que el lehendakari decida adelantarlas— en el otoño próximo. “Después de las Navidades, todos nos pondremos a trabajar en esa clave”, comentó a Público la responsable de Ezker Anitza (IU), Isabel Salud, quien aseguró que su formación volverá a apostar por una candidatura de unidad popular.

“Vamos a buscar amplios espacios de confluencia con todas las fuerzas del ámbito de la izquierda”, indicó Salud, aunque prefirió no dar nombres concretos. “Si me pregunta con quién, aún no se lo puedo contestar, porque es muy aventurado”, precisó. En cualquier caso, todo indica que Podemos volverá a estar en su agenda de reuniones. Lo estuvo de cara a las elecciones municipales de mayo, pero no fue posible un acuerdo. Tampoco lo fue en el ámbito estatal para las generales del 20-D. El tercer intento será dentro de unos meses. El escenario volverá a ser Euskadi.

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