Tras el fracaso en la derogación de la ley mordaza (la que iba a ser una de las acciones estrella del Gobierno de coalición en esta legislatura, y que supone uno de los compromisos del acuerdo entre PSOE y Unidas Podemos) queda el reparto de culpas.

El grupo confederal ha votado unido este martes a favor del dictamen que reformaba parte de la ley de seguridad ciudadana aprobada por el PP, pero tras decaer el texto (por el voto contrario de los de Feijóo, Vox, Ciudadanos, ERC, EH Bildu, Junts y UPN, en representación este último del Grupo Mixto), hay cierta división en la búsqueda de culpables.

El negociador de la reforma, Enrique Santiago (diputado de Unidas Podemos y secretario general del PCE) ha responsabilizado a ERC y EH Bildu de haber laminado la posibilidad de derogar la norma durante esta legislatura. 

El motivo por el que las izquierdas independentistas han votado en contra del dictamen se basa en la imposibilidad de que la reforma eliminara de forma expresa el uso de las pelotas de goma, prohibiera las devoluciones en caliente de migrantes en la frontera y desactivara las faltas de respeto a los agentes (artículo 37.4) y el delito de desobediencia (36.6).

A juicio de Santiago, aunque la reforma no incluyera los puntos exigidos por estas fuerzas, avanzaba en la recuperación de derechos en materias tan importantes como la protesta ciudadana y los derechos de manifestación, de reunión y de expresión: "A algunas fuerzas les parece que estos cuatro puntos son el centro de la ley de seguridad ciudadana. En Unidas Podemos creemos que el centro y sus aspectos más lesivos son otros, los referidos a la protesta social, los derechos de reunión, manifestación y expresión, los que ya se han modificado en la ponencia", ha asegurado el diputado.

Asimismo, antes de culminar su intervención, ha dejado un último recado a las izquierdas independentistas: "Tenemos al alcance de la mano acabar con la ley mordaza. Sería un drama dejar caer hoy la reforma cuando queda todavía tiempo para seguir construyendo acuerdos las próximas semanas. Ningún demócrata y nadie de izquierdas lo entendería. Pedimos apoyo a todas las fuerzas democráticas y de izquierdas para seguir trabajando".

Los colectivos lamentan la "oportunidad perdida"

Las organizaciones Amnistía Internacional, No Somos Delito, Greenpeace, IRIDIA, Defender a quien Defiende, Ris, Novact y Legal Sol han expresado en este sentido que, aunque "es indudable que aspectos claves de la ley han llegado a la votación de hoy sin las modificaciones necesarias para considerar que habían sido corregidos y ajustados a lo que disponen los estándares internacionales de derechos humanos, había un trabajo de negociaciones y acuerdos que suponía un avance reconocible en derechos, y también había propuestas planteadas para continuar negociando y corregir esos aspectos clave y más lesivos de la ley".

"La sociedad civil se muestra muy crítica con el hecho de que esta oportunidad para una ley más respetuosa con los derechos humanos se haya dejado pasar", manifestaron este martes estas organizaciones a través de un comunicado. Sin embargo, desde Podemos no culpan, como Santiago, a ERC y EH Bildu de que esta reforma haya decaído, sino que señalan a su socio de Gobierno, el PSOE (aunque los dos partidos del Ejecutivo, así como el PNV, han votado a favor del dictamen este martes en la Cámara Baja).

Podemos sale en defensa de ERC y EH Bildu

En este sentido, en la tarde de este lunes, a escasas horas de la votación del texto en el órgano parlamentario, fuentes del partido morado manifestaron su "preocupación" por la "actitud del PSOE" en la negociación de dicha norma, cuya "negativa a negociar" abocaba la norma "al fracaso", y le acusó de "precipitar" su debate. "Estaríamos hablando de uno de los mayores fracasos políticos de toda la legislatura y no hay excusa que valga", remacharon estas fuentes.

Este mismo martes, la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, señaló a su socio de Gobierno por su "cerrazón" a la hora de negociar y le acusó de buscar el "choque" por forzar una votación sin que se hubiera llegado previamente a un acuerdo con ERC y EH Bildu. "Creo que hoy se ha buscado el choque; si lo fundamental es alcanzar un acuerdo, no era necesario ir a un choque, ir a que se pierda y darla por perdida en la comisión de hoy", ha dicho.

A juicio de la líder de Podemos, la actitud de los socialistas tanto en la reforma de la ley del solo sí es sí (que sacaron adelante gracias a los votos de PP y de Vox) como de la ley mordaza evidencia que hay detrás "una decisión política": "No podemos perder este último año de legislatura haciendo electoralismo. La ciudadanía no se lo puede permitir", advirtió Belarra.

Más tarde, en rueda de prensa, el portavoz del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ha reiterado esta postura y, aunque ha reconocido el "trabajo excepcional" realizado por su compañero de bancada Enrique Santiago en la negociación de esta ley, ha reprochado al PSOE que para los Presupuestos haya mostrado una actitud negociadora diferente con ERC y EH Bildu.

En la formación morada habrían advertido de que elevar la presión sobre las fuerzas vasca y catalana con una votación final de un texto que recupera derechos pero que no avanza lo suficiente a ojos de estos partidos sería una estrategia fallida, habida cuenta de lo sucedido en otras votaciones, como la de la reforma laboral en esta legislatura, o los Presupuestos Generales del Estado de PSOE y de Unidas Podemos para 2019, cuando Sánchez y Pablo Iglesias cerraron un acuerdo.

En el marco de este reparto de culpas, otras almas integradas en Unidas Podemos se han pronunciado. Así, el presidente del grupo parlamentario y miembro de En Comú Podem, Jaume Asens, ha cargado contra el PSOE, pero también contra ERC y EH Bildu, mientras que el coordinador de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, ha lamentado que siga vigente la ley de Rajoy y ha puesto el foco, especialmente, en los partidos independentistas. La batalla por el relato está servida.