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"Valoro mucho la radicalidad de la CUP y BComú"

El nuevo presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, se muestra convencido de que la llegada de Ada Colau a la alcaldía barcelonesa no frenará un proceso soberanista que "solo tiene sentido si se le dota de contenido y propuestas marcadamente sociales".

Jordi Sánchez, director de la Assemblea Nacional Catalana

ROGER XURIACH

BARCELONA.- Jordi Sánchez (Barcelona, 1964) se convirtió el pasado mes de mayo en el nuevo presidente de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), sustituyendo a la carismática Carme Forcadell. Adjunto al Síndic de Greuges y fundador de La Crida, movimiento de defensa de la lengua, la cultura y la nación catalana surgido a principios de los 80, su discurso rezuma prudencia y serenidad, alejándolo del perfil más vehemente de su predecesora. Si Forcadell era la 'rauxa', Sánchez es el 'seny'. Así lo ha demostrado estas últimas semanas, cuando ha recurrido a un tono conciliador e integrador para valorar los resultados de las elecciones municipales en Catalunya. Este lunes, se reunirá con Ada Colau.

Para que no haya dudas: a la ANC no le preocupa que Ada Colau sea alcaldesa de Barcelona.

No solo no nos preocupa sino que estamos convencidos de que tanto ella como su equipo están plenamente comprometidos con el proceso soberanista. No hay nada que temer.

Entonces, ¿no habrían preferido una Barcelona gobernada por CiU o ERC?

No. La ANC lo que quiere y desea es una Barcelona que lidere el proceso soberanista y estoy convencido de que BComú no será un obstáculo y colaborará para que la voluntad que salga de las urnas el próximo 27S se cumpla. Lo que quiere la ANC es que en el máximo número de ayuntamientos e instituciones del país gobiernen personas comprometidas con este horizonte.

¿Cree entonces que el ayuntamiento barcelonés, con BComú en el poder, va a adherirse a la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI)?

Este es uno de los temas que BComú deberá gestionar… Nosotros se lo vamos a pedir [este lunes la ANC y Ómnium se reúnen con Colau] porque creemos que es bueno que el consistorio que representa a la capital del país pueda participar en este proyecto. Somos conscientes de que BComú adquirió el compromiso de realizar una consulta sobre este tema con los ciudadanos de BCN, pero también estoy convencido de que el equipo de Ada Colau encontrará la fórmula para respetar este compromiso y a la vez apoyarnos en este proyecto. Desde la ANC pediremos que haga todo lo posible para buscar una solución, y me da que la vamos a encontrar bastante rápido.

No todas las fuerzas que integran BComú son independentistas...

Pero sí tienen un posicionamiento plural sobre el procés: algunos son abiertamente y marcadamente independentistas desde hace años, pienso, por ejemplo, en la gente de Procés Constituent, y otros apuestan inequívocamente por un estado libre asociado al que, y eso es importante decirlo, solo se puede llegar a través de un proceso constituyente que nazca de las próximas elecciones autonómicas. En cualquier caso, todos mantienen el compromiso con el derecho a decidir.

Como ICV, partido al que usted estuvo vinculado durante años.

ICV siempre ha estado comprometida con el derecho a decidir, aunque luego haya marcado su propia hoja de ruta que apunta a un estado libre asociado, que no es la opción de la ANC, porque la nuestra es claramente independentista. Pero sí han recorrido el mismo camino que otras formaciones soberanistas, un camino que conduce a la confluencia de un proceso constituyente: Si se inicia este proceso constituyente a partir del 27S, Iniciativa estará de nuestro lado.

"BComú adquirió el compromiso de realizar una consulta sobre este tema con los ciudadanos de BCN"

¿Estas municipales han sido una distracción para el procés?

Es difícil imaginar qué habría sucedido si se hubieran celebrado las plebiscitarias antes de las municipales pero en mi opinión, y ahora no hablo como presidente de la Assemblea, las elecciones del 24 de mayo expresaron la complejidad de unos municipios donde el futuro político del país, la creación del estado, solo fue una de las dimensiones del debate y que esos comicios hay que leerlos en clave muy local. Dicho esto es indiscutible que los partidos soberanistas incrementaron en votos y este capital será muy importante en el futuro.

¿Cabe esperar entonces que el 27S se mejoren estos resultados?

Mi intuición me dice que las formaciones soberanistas tendrán más peso el próximo 27S que el que obtuvieron en las municipales. Por una razón muy sencilla: si miramos la historia electoral en Catalunya concluimos que en las elecciones a la Presidencia de la Generalitat las formaciones favorables a la soberanía han tenido siempre mejores resultados que en las locales inmediatamente anteriores.

Subió el porcentaje de voto soberanista pero también aumentó el de la izquierda alternativa… ¿Dejaron los resultados de las municipales la sensación de que no se puede avanzar hacia la independencia sin poner el acento en el vector social?

No creo el 24M descubriéramos por primera vez que el vector social es imprescindible. Prefiero decir que se volvió a poner de manifiesto que el proyecto de impulsar un proceso soberanista solo tiene sentido si se le dota de contenido y propuestas marcadamente sociales, que no quiere decir partidistas, ojo. No se trata de hacer programas ideológicos de uno y otro partido. Se trata de explicar que si Catalunya gana el derecho de disponer de estructuras de estado, será para hacer mejores políticas y crear una sociedad más justa.

"Es indiscutible que los partidos soberanistas incrementaron en votos y este capital será muy importante en el futuro"

¿Va a priorizar la ANC este mensaje a la hora de captar indecisos?

Ya lo estamos haciendo, esto no es nuevo. Cuando hablamos de independencia hablamos de salud, futuro, educación, de herramientas para que la gente pueda vivir de forma más digna. La independencia nos permitiría tener un relanzamiento económico del país y evitaría que los jóvenes tuvieran que emigrar por necesidades laborales. Somos un país pequeño pero con un potencial grande que debe ponerse al servicio de la justicia social.

¿Debo entender que la ANC vería con buenos ojos que la izquierda alternativa confluyera en una candidatura el próximo 27S, como ya ha insinuado Teresa Forcades, líder del Procés Constituent?

La ANC siempre verá con buenos ojos cualquier fórmula de candidatura, sea de un partido o de una coalición, que incorpore el compromiso con el proceso soberanista. Si se acaba constituyendo una 'Catalunya en Comú' y esta toma como eje identificador la transformación social y nacional y la creación de un proceso constituyente que acabe con una consulta para que la ciudadanía escoja qué tipo de relación quiere mantener con España, en la ANC estaremos satisfechos. Dentro de la ANC y de la sociedad catalana en general existen sensibilidades muy diversas que van desde opciones próximas al neoliberalismo económico a otras intervencionistas y críticas con el sistema capitalista. Pero mientras estén convencidas de que el marco de actuación debe ser una Catalunya sin límites ni ataduras, nosotros estaremos contentos.

Aplaude la irrupción de nuevos actores pero, paralelamente, Convergència i Unió podría fragmentarse con el debate interno alimentado desde UDC. ¿Qué opinión le merece este asunto?

Restar no es bueno, el procés debe sumar. Pero si hay sectores que consideran que no es el momento para seguir por este camino una aclaración no tiene porqué ser un freno. UDC debe decidir si está comprometido o no con el proceso, y esto quiere decir inequívocamente si está comprometido con el inicio de un proceso constituyente después del 27S para que en un periodo de ocho a 24 meses se emplace definitivamente a la ciudadanía a resolver la situación de Catalunya con España. Esto debe hacerse desde la legalidad, pero si desde el estado español no hay encaje, habrá que forzarla desde la legitimidad.

¿Prefiere que UDC siga la hoja de ruta acordada por CDC y ERC?

A mí me gustaría que nadie se descolgara, pero si al final quieren hacerlo no sería un drama. En democracia la incertidumbre estará siempre presente y debemos saber que el seguimiento del proceso independentista puede no acabar siendo mayoritario. Y habrá que aceptarlo. La democracia es la regla del juego, lo que no vale es decir que si la legalidad no lo permite, la democracia no funciona. Pues no: la legalidad es interpretable y depende en buena medida de la voluntad política. La legalidad nunca puede ser una trampa para inmovilizar.

"Debemos saber que el seguimiento del proceso independentista puede no acabar siendo mayoritario"

La Crida a la Solidaritat de la que usted fue portavoz nació en 1981 como respuesta a un manifiesto en el que varias personalidades cuestionaban la normalización lingüística del catalán. 35 años después, la Ley Wert sigue atacando la inmersión. ¿Qué conclusión extrae?

La conclusión que saco es que dentro de España no hay respeto por la pluralidad lingüística y cultural. La inmersión fue el instrumento que permitió la igualdad de oportunidades y la movilidad social de una parte muy importante de Catalunya. Esto es una técnica educativa, que ha permitido que centenares de miles de jóvenes que no tenían ni tienen el catalán como lengua vehicular familiar en su casa, lo hayan podido utilizar en su vida personal y profesional sin complejos. Ha sido un valor de cohesión social impresionante. Catalunya sería mucho peor si tuviéramos la doble línea de escuelas en catalán y en castellano. Sería una sociedad dividida.

Le quería llevar a los 80 porque en aquel entonces los movimientos independentistas eran más radicales y minoritarios. ¿Tiene la sensación de que el independentismo se ha ido haciendo mayoritario a medida que ha perdido radicalidad?

No. No creo que sea un tema de radicalidad. Yo valoro mucho la radicalidad de la CUP o BComú, entendiendo la radicalidad como ir a buscar la raíz de los problemas. Y el debate que estamos viviendo en Catalunya desde hace años ha sido posible porque por primera vez estamos yendo a la raíz del problema. Hay una mayoría social distinta a la de los 80 y 90 pero lo es porque la gente se ha ido dando cuenta de que la independencia no hace tanto miedo como antes, donde la democracia se estaba consolidando. Actualmente España sigue teniendo déficits democráticos pero pocos dudan de que, en un marco como el de la Unión Europea, no se permitiría la utilización del Ejército contra la población catalana.

El jugador del Barcelona Xavi Hernández llegó a lamentarse de que el debate sobre los pitos al himno hubiera girado únicamente en torno a las formas y no sobre el fondo. No le voy a preguntar por el fondo pero sí por las formas. ¿Fue una falta de respeto?

Mire, yo nunca he idolatrado ningún símbolo. Los símbolos son muy importantes porque generan cohesión en el imaginario colectivo y todos merecen respeto. Y por lo tanto tienen su importancia. Pero precisamente por ser símbolos, estos pueden acabar siendo el objeto sobre el cual se vierte la crítica. Los pitos deberían haber abierto una reflexión profunda: porque que 80.000 personas tuvieran ganas de silbar un símbolo, que no fue silbar contra un pueblo sino contra unas instituciones, un estado y un gobierno, es para que los que mandan reflexionen. Si ellos creen que esto es violencia, yo opino que prohibir las urnas es un acto más violento que la pitada de un minuto en un momento simbólico. Y si no quieren politizar el acto, que no haya himno español y así no habrá expresión política que rechazar. En este contexto, una pitada como la que se produjo en el Camp Nou no tiene porqué ser irrespetuosa.

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