Es la crónica de una muerte anunciada. Begoña Villacís, la única esperanza de Ciudadanos este 28M, se ha quedado fuera del ayuntamiento de Madrid y firma la debacle política del partido naranja. En este momento Ciudadanos desaparece del mapa político y no entraría tampoco en ninguna comunidad autónoma. "Esto ha sido una derrota sin paliativos", ha reconocido Villacís. 

José Luis Martínez-Almeida ha logrado la mayoría absoluta y la actual vicealcaldesa de Madrid se ha quedado en el 2,81% de los votos y no consigue representación en el consistorio. Pierde los 11 concejales que tenía en Cibeles. Villacís era la gran esperanza del partido, que confiaba en poder, al menos, volver a ser decisivo en Cibeles. Almeida gobernará en solitario.

"Lo que voy a hacer es asumir los resultados porque los madrileños han hablado. Las unas se han abierto y el resultado es el que es. Lo único que quiero es desearle tanto a José Luis, como a Rita, como a Reyes como a Javier, suerte y acierto", ha dicho Villacís en una intervención desde la sede nacional de Ciudadanos. Una despedida en toda regla.

En las últimas elecciones municipales, las del 26 de mayo de 2019, Ciudadanos logró 1.876.906 votos, el 8,25%. Entonces fueron determinantes en ciudades importantes como Madrid o Zaragoza, donde alcanzaron pactos de gobierno con el PP. En Barcelona, Manuel Valls facilitó la alcaldía de Ada Colau con su abstención. 

En ese momento, con Albert Rivera en primera línea política, Ciudadanos le pisaba los talones al PP después de las elecciones generales del 28 de abril donde obtuvieron 57 escaños. Los naranjas soñaban ahí con el sorpasso. Seis meses después, en la repetición electoral del 10N cayeron en picado y desde ahí su historia es una sucesión de derrotas electorales. La de este 28M parece irremontable. De los 2.787 concejales que la formación obtuvo en los comicios de 2019, solo conservarían 367. 

Los resultados de este súper domingo electoral, en el que no han logrado representación en ningún territorio autonómico, son un jarro de agua fría para la nueva dirección de Ciudadanos, capitaneada por Adrián Vázquez y Patricia Guasp, que vendían optimismo después de un crudo proceso de refundación que terminó en una guerra interna entre Inés Arrimadas y Edmundo Bal.