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Juicio independencia Un votante del 1-O, ante el Supremo: "Los policías me cogieron por los testículos, me levantaron y me dejaron caer en el suelo"

La 40 jornada del juicio a la cúpula del procés acoge las declaraciones de nuevos testigos llamados por las defensas. Relatan la violencia ejercida por Guardia Civil y Policía Nacional para frustar el referéndum del 1 de Octubre de 2017.

Imagen de la Policía Nacional en uno de los colegios electorales catalanes durante el referéndum del 1-O. /EUROPA PRESS

La violencia policial del 1 de Octubre de 2017 ha vuelto a colarse en el juicio a la cúpula del procés catalán, en el Tribunal Supremo. Testigos llamados por las defensas de los 12 dirigentes independentistas que se sientan en el banquillo de los acusados han detallado este martes las agresiones, vejaciones o insultos que sufrieron a manos de fuerzas policiales durante la jornada del referéndum soberanista. 

Font: "Me cogieron entre tres o cuatro y me sacaron a rastras, me tiraron a la calle como si fuera un paquete"

"La policía empezó a coger a la gente. A mi me cogieron por los testículos, me levantaron para arriba y me dejaron caer". "A otro le cogieron por las orejas"; "Me cogieron entre tres o cuatro y me sacaron a rastras, me tiraron a la calle como si fuera un paquete", denunciaba el testigo Pere Font. 

Font, ingeniero de telecomunicaciones ya jubilado, narraba este martes ante la Sala de lo Penal del Alto Tribunal cómo los agentes de la Policía Nacional acudieron al colegio Victor Català de Nou Barris (Barcelona) pasadas las 9.00 horas, pertrechados con mazas y tenazas, aunque "las puertas estaban abiertas", y por tanto no fue necesario forzarlas.

Cuando los agentes le lanzaron al suelo se hizo una herida en el brazo, que comenzó a sangrar. "Les dije que no había derecho a que vinieran a pegar a la gente, que no había derecho de tratar a las personas mayores de esa manera".
Entonces vino una mujer policía y me pegó un puñetazo en la cara". Todo, sin apenas mediar palabra, siempre según su relato.

Sitja: "Un guardia civil me golpeó con la porra en la cabeza, en el hombro, en el muslo, y me dio una patada en la pantorrilla"

Otro testigo, el ingeniero informático Pere Sitja, que acudió a votar a el Casal de les Cotxeres, explicaba cómo los guardias civiles agredieron a su esposa en el centro de votación. "Un guardia civil cogió a mi mujer y le tiró del brazo". Después, vio a una "chica con muletas" en el suelo, y caminó hacia ella para ayudarla: "Uno de los guardias civiles me cogió por la camiseta, tiró fuerte y se quedó con la camiseta en las manos, me la rompió". "Un compañero suyo me golpeó con la porra en la cabeza, en el hombro, en el muslo, y luego me dio una patada en la pantorrilla".

En total, la sesión de mañana ha acogido las declaraciones de 10 testigos, y todos ellos han detallado agresiones sufridas o presenciadas el 1-O. Entre otras, un testigo relató cómo, tras comenzar a golpearles los agentes en un local electoral de Girona, los bomberos entraron en escena para asegurarles que les defenderían. 

Los ciudadanos concentrados para votar salían del centro "llorando", pero entonces llegaron los bomberos y "se pusieron a separar a la gente de los policías". Según su relato, los agentes rompieron el brazo a uno de ellos. 

Así, mientras la Fiscalía insistía en preguntar si los testigos sabían que el referéndum había sido suspendido por el TC -la mayoría lo negaban-, y si alguien les notificó dónde debían votar -lo rechazaban, de nuevo-, los testigos se referían al referéndum como una jornada de "fiesta", "la fiesta de la democracia". Nadie sabía cómo llegaron las urnas a los centros de votación, aunque una testigo sí reconoció haber visto a "un señor" bajar de un coche con varias. Tampoco presenciaron agresiones a policías, si bien algunos sí reconocieron haber escuchado o proferido insultos a los agentes, después de que actuaran.

Además, distinguían en todo momento entre los mossos d'esquadra y los policías y guardias civiles; si los segundos fueron los artífices de la violencia, los primeros estaban allí pero no intervinieron, o como mucho se incautaron de material electoral de forma pacífica. El relato de los agredidos en esa jornada dista mucho del repetido por los agentes policiales, y en cada declaración esta brecha se hace un poco más evidente.

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