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El voto inmigrante no es prioridad para el PSOE

Blanco: 'Rajoy y Aguirre son dos soluciones del pasado'

G. L. A.

Las aguas bajan tan plácidas en el PSOE que puede dedicar su tiempo a hurgar en las heridas del PP mientras pone en marcha los preparativos para un nuevo congreso de aclamación a José Luis Rodríguez Zapatero, en julio. A ambas cosas se dedicó ayer el número dos del partido, José Blanco, que sólo tuvo que despejar la pregunta sobre la posibilidad de conceder el derecho de voto a los inmigrantes, un frente abierto por el nuevo ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho.

Blanco rebajó a la categoría de 'reflexión' el parecer favorable de Corbacho a que se produzca ese reconocimiento. 'Yo también estoy reflexionando', apostilló. Pero dejó claro que 'no está en las prioridades' del PSOE, porque tal posibilidad no se recogió en el programa electoral ni tampoco en el discurso de investidura de Zapatero.

Al igual que hizo el presidente con la demanda de reforma del sistema electoral planteada por Izquierda Unida, Blanco remitió su estudio a una subcomisión que se creará en la Comisión Constitucional del Congreso.

Lo que resulta prioritario para los socialistas en estos momentos, según se desprende lo hablado en la primera reunión de la Ejecutiva tras la formación del Gobierno, es el cumplimiento del programa electoral y el acoso al que los socialistas vascos vuelven a estar sometidos por ETA.

De este último asunto informó el coordinador del PSE, Rodolfo Ares, y Blanco reiteró que 'el único destino de ETA es la cárcel'. En cuanto al primero, sólo hubo loas porque el primer Consejo de Ministros aprobó las medidas de choque económico comprometidas por Zapatero durante la campaña electoral.

Así, Blanco pudo explayarse en 'la pelea interna por el poder' que se vive en el PP. El dirigente socialista sostuvo que el debate que se está produciendo en la derecha 'no es un debate ideológico' e incluso dijo tener 'dudas de que sea un debate'. Argumentó que un debate se hace con documentos y propuestas.
TM

Para la dirección del PSOE, 'Rajoy y Aguirre son dos soluciones del pasado' y, según el pronóstico de Blanco, el congreso del PP de junio 'probablemente no significará el final de un debate, sino el comienzo de más dudas'.

Destacó en este punto que la invitación de Rajoy a la presidenta de la Comunidad de Madrid para que abandone el PP si no se siente cómoda en este partido constituye 'un descomunal rasgo de autoritarismo' del presidente conservador y revela 'que tiene una concepción perversa de la democracia'.

Al paso de la polémica por el minitrasvase de agua del Ebro a Barcelona, acusó a los dirigentes territoriales del PP de 'volver a la crispación', y a los nacionales de incapacidad para fijar un rumbo distinto.

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