El 12 de octubre no es un día más en el calendario de Javier Ortega. Este abogado de 48 años vive en Madrid, pero este sábado ha decidido pasearse por el centro de Barcelona con la bandera de España. Son las diez de la mañana y el secretario general de Vox acaba de desayunar en la capital catalana, centro de turbulencias de todo tipo. “Si me permite, voy a terminar como se debe: Viva España, viva Cataluña, viva la Guardia Civil y viva la Hispanidad”, dispara antes de marcharse.

Después de terminar el café con leche y justo antes de sacar a relucir su rojigualda, el número dos de Vox habló con Público sobre la guerra que ha decidido librar su partido en los tribunales. El objetivo no es otro que conseguir el encarcelamiento de Carles Puigdemont, al que acusan de todo tipo de traiciones y conjuras. Lo consigan o no, en su partido están eufóricos con el resultado: en agosto tenían 3.410 afiliados. Ahora son 4.445.

A lo largo de veinte minutos de conversación, Ortega admite que tienen vínculos con el Frente Nacional francés, plantea frenar la “islamización de Europa” y define al franquismo como la “consecuencia de años de terror”. Eso sí, rechaza categóricamente que le llamen ultraderechista.

¿Son días agitados en Vox?

Estos son días tremendos para España. Al fin y al cabo Vox es un partido que defiende sus ideas, pero lo que está en juego aquí es la unidad de España, el ordenamiento constitucional y el Estado de derecho. Me parece que son días tristes para los españoles.

Estos días se les ha visto por los juzgados. ¿Qué pasos han dado en ese ámbito?

Vox ha llevado, entre otras acciones, la movilización en la calle con concentraciones frente a ayuntamientos o una macroconcentración en la Plaza de Colón con 250 mil personas. A nivel judicial, somos la única acusación popular en la sala de lo penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña contra Puigdemont, su gobierno y la mesa del Parlament. La querella está admitida a trámite por graves delitos que llevan aparejadas penas de hasta 25 años de prisión. Esta investigación se une ahora a la que se lleva en el juzgado 13 de Barcelona desde hace más de ocho meses, fruto de la cual han sido los registros y las detenciones de catorce personas relacionadas con este golpe de estado.

¿Qué haría un gobierno de Vox con Puigdemont?

Lo que habría hecho un gobierno de Vox es haber aplicado hace mucho tiempo el artículo 155 de la Constitución. También nos habríamos querellado contra los golpistas y no habríamos permitido un referéndum ilegal que pretende romper la soberanía nacional. En definitiva, un gobierno de Vox no habría permitido la impunidad de quienes quieren destruir la nación. Eso lo haría cualquier gobierno salvo el de Rajoy, cuya cobardía le impide cumplir con el deber de presidir una nación.

¿Se sienten más cerca de Aznar que de Rajoy?

Bueno, conviene recordar que fue Aznar quien accedió a sacar a la Guardia Civil de Catalunya para lograr el apoyo de Jordi Pujol, dejando las competencias de seguridad exclusivamente en los Mossos. No creo que tengamos una cercanía personal ni política hacia ninguno de los dos. Lo que sí alabaremos siempre será la actitud de Aznar en la lucha contra el terrorismo, especialmente la valentía a la hora de ilegalizar a la franquicia proetarra de Herri Batasuna.

Usted acaba de citar la Ley de Partidos. ¿Vox va a buscar que se aplique contra algún partido catalán?

Hubo países como Alemania o Francia que incluyeron en sus constituciones que aquellos partidos que persigan romper la unidad del país o cuyos intereses sólo defiendan a una parte, no son legales. Yo sí creo que debe ilegalizarse a los partidos que vayan claramente contra España. Eso se podría hacer mediante una Ley de Partidos Políticos, estableciendo que aquellas formaciones cuya finalidad sea romper el ordenamiento constitucional o la unidad de España deben ser ilegalizadas.

¿Le gustaría ver preso a Puigdemont?

Sí, a él y a su gobierno. De hecho, así lo hemos pedido ante los tribunales con medidas cautelarísimas. Estamos pendientes de su resolución.

En una reciente nota de prensa, ustedes hablaban de un crecimiento en la afiliación…

Sí, los dos últimos meses han sido proporcionalmente espectaculares. De hecho, en el último mes y medio se han afiliado más de 1.200 personas en toda España. También hay muchos simpatizantes que se están uniendo a nuestras redes sociales. Aunque a algunos les pueda sorprender, estamos recibiendo a personas que nos confiesan que votaron a Podemos y estuvieron en sus manifestaciones.

¿Qué relaciones tiene VOX con el Frente Nacional de Le Pen?

Hemos tenido una serie de contactos con el grupo Europa de las Naciones y las Libertades del Parlamento Europeo, en el que está el Frente Nacional junto a otros partidos, como Alternativa por Alemania. Básicamente, coincidimos en tres puntos: la defensa de la soberanía nacional, la búsqueda de una política de inmigración segura y el respeto a la identidad europea frente a quienes pretenden la islamización de Europa. Luego cada uno defiende los intereses de su nación.

¿Les molesta que les llamen ultraderechistas?

Lo que buscan es desacreditarnos con tópicos manidos. A veces hasta nos hace gracia: resulta que aquel que defiende la unidad de España es un fascista. Se trata de una vieja estrategia política consistente en desacreditar al adversario poniéndole una etiqueta delante para que no se escuche su mensaje. En nuestras manifestaciones procuramos que todo el mundo vaya con la bandera común, que es la de España, y no con otras banderas históricas, pues la que hoy nos representa es la que lleva el escudo nacional actual. Esos detalles los intentamos cuidar.

¿Ustedes se sienten cerca del franquismo?

No, para nada. Somos un partido que vive en 2017, no en la España de 1940. Asumimos –como creo que debe de hacer todo nacional- toda la historia de España. Dentro de esa historia está la época de Franco, la República, la Guerra Civil, la época de los Reyes Católicos… Es nuestra herencia, para lo bueno y para lo malo. Nosotros nos sentimos identificados únicamente con el ordenamiento constitucional.

¿Usted qué opinión tiene de la dictadura franquista?

El régimen de Franco no lo viví. Por tanto, tengo una opinión desde la lejanía. Creo que el régimen de Franco fue una consecuencia provocada por unos años de terror, quema de iglesias, violaciones y asesinatos. España terminó en una terrorífica guerra civil entre hermanos, cuya consecuencia fue un régimen militar. Para juzgar una época hay que ser conscientes sobre qué la provocó. Desgraciadamente, fue un enfrentamiento entre españoles que deseamos que no vuelva a ocurrir nunca jamás.