Una película adecuada en el momento justo puede cerrar una herida de amor, impulsar una idea revolucionaria o purgar un dolor abisal. Al contrario que la música, cuyo efecto catártico es casi instantáneo, al (buen) cine no hay que meterle prisa, necesita tiempo para inocular en nuestro ánimo unas valiosas gotas de vigor y esperanza. Porque el cine tiene la capacidad de salvar vidas. Esta es nuestra selección de películas que te levantarán el ánimo, cine que enardece espíritus desalentados. Perfectas para ver en las siempre melancólicas fiestas navideñas.
15 películas para animarse
El hombre tranquilo (John Ford, 1952)

Un hombre regresa a casa donde ya nadie le espera con los brazos abiertos. El hombre tranquilo no quiere pelear, pero peleará; no quiere amar, pero amará; no quiere saber nada de su pasado, pero el pasado siempre vuelve, como el amor y la guerra. El hombre tranquilo homenajea a la vida, el amor, la amistad y el whisky. ¡Qué más se puede pedir! Recomendada para los que huyen, para los que vuelven, para los que buscan una segunda oportunidad.
La canción del camino (Satyajit Ray, 1955)
Un niño que crece a golpe de vida en el seno de una familia empeñada en resistir la tragedia de la pobreza. Pero los niños siempre encuentran la luz en las pequeñas cosas, en el brillo de las gotas del monzón, en los charcos de barro a la orilla del río, en los ojos de una abuela lista para morir. Recomendada para los que están lejos de su familia, para los que quieren volver a soñar como un niño, para los que aún leen versos bajo los adoquines.
La quimera del oro (Charles Chaplin, 1925)
Charles Chaplin salvó tantas vidas con su cine que se merece un hueco en esta lista de películas que te levantarán el ánimo. Aunque es difícil seleccionar una entre su extensa filmografía, nos quedamos con La quimera del oro, aquella película en la que Chaplin ponía al terrible tiempo su mejor humor comiendo un delicioso plato de bota con cordones. Recomendada para los nostálgicos del humor clásico, para los que creen que no hay mejor forma de vivir que a golpe de chanza.
Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993)
Si eres de los que cada 2 de febrero se pone el I Got You Babe de Sonny y Cher y sonríe con una marmota que predice el tiempo es que no necesitas que te venda esta película. Atrapado en el tiempo es una de las mejores comedias del cine contemporáneo protagonizada por un personaje diseñado para el lucimiento del insigne Bill Murray: un meteorólogo altivo y ofensivo que se ve obligado a vivir un bucle eterno hasta que haga las cosas como hay que hacerlas. Para volver a troncharse esta Navidad, solo o acompañado.
Recuerdos del ayer (Isao Takahata, 1991)

¿Recuerdas cuando eras niña, cuando vivías en el pueblo? ¿Recuerdas el colegio, las funciones de teatro y a aquel niño que te hacía sonrojar? ¿Recuerdas todos esos planes locos que tenías, aquellas ilusiones y proyectos que algún día marcarían tu vida futura… cuando fueras mayor?
Ahora eres mayor, y todo es una melancólica nebulosa, una incisiva herida nostálgica apenas perceptible entre el smog urbano. Ya no tienes tiempo para ilusiones, ni proyectos, ya no te sonrojas con nada… Recuerdos del ayer es una película para sonrojarse, para volver atrás y acariciar la cabecita loca llena de sueños de aquella niña que fuiste, una vez, allá en el pueblo.
El jardín secreto (Agnieszka Holland, 1993)
De la misma directora de Europa, Europa y con la música de Zbigniew Preisner, uno de los compositores más importantes el cine europeo contemporáneo, llegó esta adaptación de la famosa novela de Frances Hodgson Burnett. Para aquellos niños que descubren la magia de su inocencia y para aquellos adultos que redescubren la magia en la inocente mirada de sus hijos. “Porque si lo miráis bien, veréis que el mundo entero es un jardín”.
Amarcord (Fellini, 1973)
Nada para levantar el ánimo como una buena película italiana, ese cine que enseña a amar la vida como ningún otro. Como dijo un crítico en su día, si hay una película construida totalmente a base de nostalgia y alegría esa es Amarcord, un chute de felicidad para levantar cualquier alma en pena. Para aquellos que entienden que vivir no es ni más ni menos que una suma de maravillosas y prodigiosas ridiculeces.
Once (John Carney, 2007)
El hechizo de la música y el amor en una pequeña película inolvidable. Glen Hansard y Markéta Irglová pusieron sus voces, canciones e interpretaciones a disposición de una historia cualquiera de chico conoce chica que se transforma en una obra de sutil romanticismo desbordante, valga la contradicción. Porque las mejores historias de amor siempre son las que no acaban bien. Recomendada para los heridos de amor y de música.
El club de los cinco (John Hugues, 1985)

Muchos adolescentes a este lado del Atlántico crecieron con aquellas películas estadounidenses de las high schools. Pero cuando llegaban a los institutos no encontraban por ninguna parte a las cheerleaders, los quarterbacks ni las taquillas. Esto era otra historia. Pero entre todas aquellas genéricas películas juveniles siempre destacó con mucha diferencia El club de los cinco, una sugestiva y entrañable oda a la amistad, la diversidad y los buenos canutos. Para recordar a los viejos amigos, para recordar cuando fuimos los mejores.
La vida de Brian (Monty Python, 1979)
El enebro, la nave espacial, el frente popular de judea, el romani ite domum, Pijus Magnificus, la lapidación, libertad o crucifixión, bienaventurados los narizotas, qué han hecho los romanos por nosotros… y Brian, claro. Los geniales Monty Python alcanzaron su cenit en la que probablemente sea la mejor sátira de todos los tiempos.
El evangelio según San Mateo (Pasolini, 1964)
De la mejor sátira de todos los tiempos a la mejor película sobre la vida de Jesucristo de la historia. De Brian de Nazareth a Jesús de Nazareth. Solo un artista total como Pier Paolo Pasolini podía rodar una película como esta, sin prejuicios, ni cuotas: pura poesía. Cuentan que tras asistir a un congreso donde cristianos y marxistas buscaban acercar posturas, Pasolini se enamoró del evangelio de Mateo y decidió recrearlo con su estilo rudimentario y lírico. Recomendada para los que necesitan volver a confiar.
Top Secret! (Jim Abrahams, David Zucker, Jerry Zucker, 1984)
Esta no es la mejor comedia de la historia ni lo pretende, solo es una divertidísima película sin más pretensiones que hacer reír al espectador. Y lo consigue desde el minuto 1. Con un encantador aire retro, Top Secret! sigue la vida de Nick Rivers que acude a un festival cultural en una Alemania Oriental ¿controlada por los nazis? Así es esta película, absurdamente genial. Y si su intro musical no es la mejor de la historia, poco le falta.
Azul (Krzysztof Kieślowski, 1993)

Con un puñado de pastillas en la mano, Julie no cede al fatal impulso ante la mirada desgarrada de una enfermera. Tira las pastillas al suelo y decide morir de otra manera, dando las espaldas a la vida. “—¿Por qué llora, Marie? —Porque usted no llora”. Pero la vida siempre se cuela con su luz a través de las grietas de los corazones rotos. Y Julie se vuelve a iluminar. Recomendada para aquellos a los que les urge una catarsis, para los que tienen el alma hecha pedazos.
Henry Fool (Hal Hartley, 1997)
Simon Grim se agacha a escuchar las vibraciones de la carretera. Algo está retumbando, alguien llega. Es Henry Fool, un mugriento, desequilibrado y ex convicto charlatán de profesión dudosa. Y una suerte de ángel de la guarda, un coach capaz de sacar del hoyo a un barrendero inadaptado con alma de escritor. Ojalá todos tuviéramos a nuestro lado un Henry Fool. Recomendada para todos los parias del mundo, parias y orgullosos, claro.
El mago de Oz (Victor Fleming, 1939)

Os hemos intentado levantar el ánimo con comedias, romances, biografías, sátiras, tragedias, clásicos y no tan clásicos. Un poco de todo. Pero si nuestro tratamiento cinematográfico no ha servido, siempre nos quedará sofá, manta y El mago de Oz. Y todo solucionado. Somewhere over the rainbow...