Como cada año, se acerca la EBAU (Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad). Esta prueba de acceso es obligatoria para quienes quieren ingresar en la universidad. Por ello, provoca tantos nervios entre los estudiantes. Deben superarla para conseguir lo que quieren. Y no siempre es fácil.
Las largas jornadas de estudio son entonces una constante. Pero deben ir acompañadas de un descanso reparador. En ningún caso le robes horas al sueño. El peligro de no dormir para estudiar es mayor de lo que crees. Estas son las consecuencias.
Dormir bien es fundamental
Disminución de la memoria

Hay estudiantes que pasan noches enteras sin dormir para aprovechar el tiempo. Su estrategia de aprendizaje es estudiar muchas horas. Cuantas más mejor. Pero esto resulta contraproducente. El descanso resulta imprescindible para que la mente funcione correctamente. De hecho, es durante el sueño cuando se potencia la función cognitiva. Mientras dormimos la memoria a corto plazo codifica y retiene lo aprendido. Si no hay esas horas de sueño reparador, la memoria no lo hará. Dormir adecuadamente implica consolidar mejor lo estudiado.
Además, los alumnos con falta de sueño aprenden peor. Su capacidad de aprendizaje se reduce en un 40%. Al mismo tiempo, aumentan las pérdidas de memoria. También disminuye la capacidad de concentración. Como resultado, cuando llega un examen, son lentos y sus mensajes más confusos. Habrán estudiado más horas y dormido menos, pero tendrán menor rendimiento académico.
Bajo rendimiento académico

Y es que dormir pocas horas provoca bajo rendimiento académico y aumenta el nivel de estrés. Para evitarlo, recuerda que los jóvenes entre 18 y 25 años han de dormir entre siete y nueve horas.
Los estudiantes que duermen menos de seis horas cada noche obtienen peores notas que los que duermen lo que deben. De tal modo, la calidad y la cantidad de sueño resultan imprescindibles para la salud mental y física. Y, tal y como indican diversos estudios sobre los estudiantes, dormir lo suficiente se traduce en calificaciones más altas. Por el contrario, dormir poco incrementa las notas más bajas y los suspensos.
Pero no pienses que si duermes muchas horas se produce el efecto contrario. Ambos extremos son contraproducentes. De hecho, dormir mucho tampoco es bueno. Si duermes más de ocho o nueve horas, verás como el cerebro trabaja con mayor lentitud. También se ve afectada la capacidad de concentración. Y no solo eso. El estado de ánimo cambia y se torna depresivo. Si te pasas durmiendo, sentirás mayor desmotivación personal, cansancio y tendrás pocas ganas de hacer nada.
Debilitamiento del sistema inmunológico

El sueño también sirve para fortalecer el sistema inmunológico. Dormir es la forma con la que lo mantenemos activo. Nuestro organismo se protegerá mejor de las enfermedades si dormimos las horas adecuadas. No hacerlo incrementa la posibilidad de padecer diabetes y enfermedades cardiovasculares. Asimismo, la falta de sueño favorece los estados depresivos y el aumento de la ansiedad. Estos actúan como una señal de alerta, puesto que pueden derivar en insomnio.
En época de exámenes no olvides que un sistema inmunológico fuerte te protegerá de resfriados, malestares físicos diversos y síntomas de debilidad. Si quieres estar a tope de energía para afrontar los exámenes, debes dormir.
Disminución del crecimiento muscular

Si duermes poco, la hormona del crecimiento disminuye. También lo hacen la melatonina y la testosterona. Como consecuencia, el crecimiento muscular y la regeneración celular son menores. Por todo ello, si no duermes, se acelerará el proceso de envejecimiento. El organismo se regenera cuando dormimos. Así que dormir pocas horas hará que te salgan arrugas antes de tiempo y que se multipliquen las manchas en tu piel.
Consejos para dormir en época de exámenes

Recuerda que, cuando nos despertamos, tenemos los picos de actividad mental más elevados. Pero solo podremos aprovechar su potencial si hemos descansado lo suficiente. Así que cuídate especialmente en época de exámenes. Establece un horario para acostarte y para despertarte. Esta regularidad ayudará a que tu cuerpo se duerma antes. Propiciarás así el descanso.
No te acuestes tan pronto como hayas cenado. Deja pasar un par de horas antes. Y evita el consumo de café y otras bebidas excitantes a partir de las tres de la tarde. O, como resultado, te desvelarás toda la noche. Ten en cuenta que las pantallas y dispositivos digitales no deben utilizarse antes de dormir. Te quitarán el sueño. Este es el momento de descansar. Mejor es que, antes de dormir, leas un libro o te des un baño relajante.
En todo caso, no te obsesiones. No pasa nada porque una noche duermas poco o te cueste conciliar el sueño. Pero ten en cuenta siempre que esto debe ser algo excepcional. Si cuidas tus hábitos de dormir verás qué pocas veces te pasa a lo largo del año.