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Espirulina: beneficios y peligros de esta alga

Seguro que últimamente has oído alguna vez hablar de la espirulina. De hecho, es habitual escuchar los beneficios que aporta a nuestro cuerpo. Sin embargo, como siempre sucede cuando hablamos de alimentación, las bondades y riesgos de lo que consumimos depende de otros factores.

Así que hoy vamos a hablaros de la espirulina, teniendo en cuenta los beneficios y peligros de esta alga por si la has incluido en tu dieta o tienes pensado hacerlo. ¿Quieres saber si es recomendable que la consumas en tus circunstancias personales? Sigue leyendo.

Qué es la espirulina

espirulina
Fuente: Pixabay/Nouchkac

La espirulina es un alga unicelular, de color azul verdoso, que se reproduce en zonas desérticas, sobre todo, en aquellos lugares en los que el agua es alcalina. También se la conoce como alga verde-azul.

Aporta muchos nutrientes al organismo y por ello se ha dado en calificarla en los últimos tiempos como un superalimento, aunque a los especialistas no les guste nada este término porque puede generar confusiones y hacer creer a la gente que solo con su consumo no es necesario nada más. No debemos caer en ese error porque los importante siempre es comer adecuadamente en base a una alimentación equilibrada.

El elevado valor nutricional de la espirilina se debe a que resulta una fuente de minerales, vitaminas y proteínas. Si junto a esto te decimos que tiene un efecto saciante, comprenderás por qué son muchos los que se animan a incluirla en su dieta de adelgazamiento.

Beneficios de la espirulina

Espirulina

Los principales beneficios de la espirulina son las proteínas que aporta, hasta un 65 por ciento, así como los ácidos grasos y poliinsaturados, y minerales como potasio, calcio, magnesio, zinc, hierro, fósforo y selenio.

La espirulina también es una buena fuente de vitaminas como la E y la B, aunque no vitamina B12, tiene propiedades antioxidantes y ayuda a reducir el colesterol. Además, es de fácil digestión, por lo que incluso las personas con problemas de absorción intestinal pueden tomarla.

Su ingesta contribuye a combatir la fatiga mental y el cansancio, gracias a la cantidad de minerales, oligoelementos y vitaminas que aporta. Asimismo, facilita una correcta limpieza del organismo, puesto que ayuda a los riñones y al hígado a un adecuado funcionamiento para la eliminación de toxinas. Su concentración de hierro también la convierte adecuada para personas en estados anémicos y aquellas otras que quieran controlar su peso.

Por último, la espirulina resulta una aliada de los deportistas, pues incrementa su resistencia y rendimiento deportivo, además de reducir calambres y contribuir a la recuperación muscular.

Peligros de la espirulina

Hay que personas que no deben consumir espirulina por más que se hable de sus beneficios. Entre ellas se encuentran las mujeres embarazadas, los niños lactantes, las personas con fenilcetonuria y aquellas enfermas de hiperuricemia, enfermedades del hígado, hipertiroidismo, fenilcetonuria, o bien algunas enfermedades del hígado y patologías autoinmunes.

Y es que en todo caso hay que tener en cuenta que la espirulina provoca un efecto anticoagulante, por lo que todo aquel que padezca algún tipo de trastorno hemorrágico debe evitar su consumo, así como quienes estén medicados por patologías como ictus o fibrilación.

Por lo que respecta a los alérgicos, estos deben tener especial cuidado, pues es habitual que provoque reacciones adversas. Como para detectarlo es necesario exponerse a ella, se recomienda que sean extremadamente cuidadosos aquellos que ya padecen cualquier tipo de alergia alimentaria.


Por otro lado, hay personas que aunque no tengan ningún problema médico pueden padecer algún efecto secundario a la hora de consumir espirulina, como picazón o erupciones en la piel, dolor de estómago, sed o estreñimiento. Por ello siempre resulta imprescindible que consultemos al médico o especialista antes de tomar ningún suplemento de este tipo, para evitar riesgos.

También debes recordar que este tipo de complementos alimenticios pueden interactuar con medicamentos que estemos tomando y que reduzcan su eficacia. Más motivo aún para hablar con nuestro facultativo.

Cómo usar la espirulina

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Fuente: Pixabay/Nouchkac

Las formas más frecuentes con las que se emplea la espirulina es en formato de comprimidos, tabletas o en polvo, así que la encontrarás a la venta granulada y en pastillas. Las cápsulas o tabletas se toman como un suplemento dietético tradicional, mientras que en polvo puede ser añadida a ensaladas, sopas y salteados. Incluso puede mezclarse en bebidas.

En internet encontrarás numerosas recetas para incluirla en ellas. La clorofila que contiene, que le aporta ese color tan característico, también contribuirá a dar un tono vivo a esos platos en los que se utiliza.

Para el caso de que vayas a comprar productos bio enriquecidos con espirulina, fíjate en su etiquetado para comprobar la cantidad que contienen y recuerda todas las precauciones anteriores, puesto que no existe diferencia si la consumes de una forma u otra.

Y, por último, recuerda que la dosis habitual es de es de 3 a 5 gramos por día para una persona adulta. No obstante, antes de incluir la espirulina en tu dieta consulta con tu médico de cabecera o nutricionista.



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