La pandemia, y particularmente el periodo de cuarentena, ha traído consigo un aumento de problemas a nivel psicológico. Los trastornos de alimentación han sido uno de los problemas que más incremento han tenido desde el inicio de la pandemia.
Casi tres años después del inicio de la pandemia muchas personas siguen sufriendo las consecuencias directas e indirectas del periodo de cuarentena y las restricciones asociadas. A nivel psicológico la pandemia ha tenido un impacto terrorífico y, aunque haya pasado el tiempo, todavía en consulta muchas personas identifican el origen de su problema psicológico en ese periodo de tiempo de restricción, según indica Sonia González, directora de la consulta Psyfeel de psicólogos Salamanca.

En el caso de los trastornos de alimentación no ha sido diferente, de hecho es uno de los ámbitos en los que más se nota el impacto. “Y lo peor de todo es que las personas que comenzaron su trastorno de alimentación en la pandemia en muchas ocasiones lo siguen arrastrando a día de hoy o no han pedido ayuda hasta que el problema ha sido insostenible”.
Muchas personas con un trastorno de alimentación han empezado a pedir la ayuda de psicólogos online, como una vía más accesible para comenzar a atajar su problema. Esto es una buena alternativa para conectar con la terapia, aunque en el caso de un problema tan complejo como un tca, que involucra la salud física y la mental, puede ser más recomendable la terapia presencial.
¿Qué es un trastorno de alimentación?
Un trastorno de alimentación, llamado comúnmente TCA, implica cualquier circunstancia en la que la persona tenga una mala relación con la comida. Aunque muchas personas se preocupan por el peso, la figura o la imagen corporal, no todo el mundo desarrolla un problema relacionado con la alimentación. Un TCA es un problema grave de salud mental y física, puesto que involucra a nuestro cuerpo y a nuestra mente.
Los trastornos más comunes son la anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón, aunque también existen otros como la vigorexia o la ortorexia. En todos ellos lo común es que aparece una constante preocupación por la alimentación, que se convierte en algo incontrolable. La comida es una necesidad básica, sin embargo no tendría por qué convertirse en una preocupación diaria, comenta Sonia.
Todos los trastornos alimentarios pueden acabar desarrollando problemas graves en la salud, no solo a nivel psicológico, ya sea por una restricción excesiva de la alimentación o por un exceso de ella.
¿Por qué los trastornos alimentarios se han incrementado en la pandemia?

Antes de la pandemia ya existían muchos casos de trastornos alimentarios. Sin embargo, algunas circunstancias asociadas a la cuarentena han incrementado los casos o emporado los ya existentes.
Una de las causas principales tiene que ver con el haber pasado semanas enteras en casa en soledad, sin muchas cosas que hacer en la mayoría de personas. Por una parte, tener más tiempo libre implica que tenemos más tiempo para pensar e incrementar nuestras preocupaciones. Si el tema del cuerpo o la alimentación ya era una preocupación en la persona es muy probable que al estar en cuarentena la preocupación se haya incrementado. Por otra parte, estando en casa existen muchas menos opciones con las que entretenerse o a las que prestar atención, “hemos pasado mucho tiempo solos con nuestro cuerpo y sin otras distracciones”.
De hecho en la cuarentena muchos empezaron a hacer más ejercicio del que solían hacer o a cuidar más su alimentación. No solo por el tiempo libre que tenían, sino porque al reducir la actividad física estando solo en casa aumentaba la preocupación por engordar o perder la forma física. En algunos casos esto se fue convirtiendo en una obsesión y, con el paso del tiempo, en un problema. “Algunos pacientes tuvieron dificultades para salir luego de casa y para retomar su vida sin hacer la rutina que hacían la cuarentena y, el exceso de preocupación, les hizo también avergonzarse de su cuerpo al salir de nuevo a la calle”.
Por otra parte, también aumentaron otro tipo de problemas como la ansiedad o la depresión. Los trastornos alimentarios también se asocian a veces a estos otros síntomas. Muchas personas para calmar la ansiedad o la tristeza comen, no saben gestionar sus emociones y, por ello, utilizan una vía rápida de alivio temporal. Sin embargo, como no gestionan esos sentimientos acaban entrando en un círculo de vicioso de comer para calmarse, preocuparse y volver a comer. Al comer el flujo de sangre se acumula en el abdomen y el cuerpo se centra en hacer la digestión, esto hace que pensemos menos y nos tranquilicemos de forma temporal.
Igualmente, todo ello se ha visto incrementado por las redes sociales y las APPs relacionadas con el ejercicio y la alimentación. Tener más tiempo y estar más aislados de la sociedad también hizo que viéramos más las redes sociales. Tendemos a compararnos, por lo que la comparación nos puede llevar a querer conseguir algo que no tenemos y hacer lo que sea para alcanzarlo.
¿Por qué se mantienen en el tiempo los TCA?

Entender por qué los tca se han incrementado es importante, pero igual de importante o más es comprender por qué el trastorno se mantiene en el tiempo. Entrar en un trastorno de alimentación es adentrarse en un círculo vicioso del que es muy difícil salir. Muchas personas arrastran el problema esperando que desaparezca, o no se dan cuenta de la gravedad de la situación hasta que llegan al extremo.
De hecho una de las variables esenciales es que la pandemia supuso un cambio de vida muy drástico. Hay gente que tenía una vida muy activa antes del COVID-9 y, durante la cuarentena, se vio obligada a reducir la actividad. Algunas de estas personas después salieron y volvieron a su vida habitual, pero otras no retomaron nunca su vida. El abandono de actividades laborales, de ocio o sociales ha supuesto un gran impacto. Si estas personas empezaron a tener un problema en la alimentación, al volver a la vida habitual el problema va con ellas y les impide ser las personas que antes eran.
*Contenido elaborado en colaboración con una marca