Makeup no makeup, la hipocresía del maquillaje

En los últimos tiempos se habla mucho del maquillaje sin maquillaje o no makeup makeup, un tema que va mucho más allá de la estética, si tenemos en cuenta la psicología de la apariencia, la cual se adentra en analizar cómo nos perciben los demás a través de nuestro aspecto.

Abordamos hoy el maquillaje sin maquillaje para saber qué hay detrás de la imagen que proyectamos, así como su relación con la autoestima que hemos de cuidar para alcanzar el bienestar personal.

El maquillaje y la percepción de los demás

rostro
Rostro de mujer/Foto: Pixabay

El no makeup makeup es el denominado maquillaje natural de toda la vida, ese que aporta buen aspecto sin que parezca que una va maquillada. El objetivo es esa piel tersa e hidratada que, combinada con unos ojos y unos labios en tonos nude, transite naturalidad, juventud y un rostro saludable.

Y es que, tal y como demuestran estudios como el de la escocesa Universidad de Stirling, la forma en que nos maquillamos puede influir en que los demás nos perciban de una forma u otra. Así, al mostrar a los voluntarios en el estudio imágenes de mujeres maquilladas y sin maquillar, había consenso en percibir como más atractivas y dominantes a las primeras.

Aunque si hay algo que llama la atención es que las mujeres que contemplaron a otras mujeres maquilladas las juzgaban de manera más dura y se mostraban celosas de ellas. No deja de ser un ejemplo más de cómo la misoginia se acaba deslizando en la manera en la que se juzga el aspecto físico de las mujeres o las convenciones sociales que rodean a su estética.

La psicología de la apariencia

brocha de polvos
Rostro y brocha de maquillaje/Foto: Pixabay

Investigadores y especialistas hablan cada vez más de la psicología de la apariencia para estudiar cuál es la influencia del maquillaje sobre los demás. Hemos de ser conscientes de que todos, en un segundo, podemos juzgar a una persona solo por su aspecto. Esa primera impresión nos conducirá a evaluar su atractivo, pero también su moral y su personalidad, y nuestra propia forma de pensar influirá en la conclusión a la que lleguemos. Por esta razón, se ha extendido la practica de hacer uso del maquillaje para tratar de transmitir una imagen más competente, como por ejemplo a la hora de afrontar eventos como una entrevista de trabajo.

La hipocresía del maquillaje

La educación y la cultura a la que pertenecemos tiene mucho peso cuando abordamos la psicología de la apariencia. En los países nórdicos se usan menos los colores fuertes en los cosméticos que en los del sur. El look es más natural, tanto en base a la igualdad como a la austeridad que ha caracterizado siempre a la cultura protestante, al contrario que a la católica.

Asimismo, procedamos de donde procedamos, estamos condicionados por nuestros prejuicios, muchos de los cuales recibimos a través de nuestra educación. Y tampoco podemos ignorar que incluso puede haber alguien que utilice el maquillaje para transmitir una imagen completamente distinta a como es en realidad.

Maquillaje y autoestima

Mujer
Mujer haciéndose un selfie/Foto: Pixabay

Por lo que respecta a los cuerpos femeninos, vivimos en una sociedad en la que recibimos una presión que, consciente o inconscientemente, se agrava con las redes sociales, en las que se puede producir una disociación entre el mundo virtual y el real que puede dar lugar a problemas de autoestima e incluso trastorno dismórfico corporal.

Pero cada vez son más las mujeres que rompen con los estereotipos para tomar sus propias decisiones respecto a la estética y mostrarse como más a gusto se sienten consigo mismas, ya sea maquilladas o sin maquillar. Al fin y al cabo, la autopercepción es una pieza clave a la hora de cuidar la autoestima. Ejemplo de ello es la cantante Alicia Keys, que protagonizó una sesión de fotos sin maquillar en el 2016, convirtiéndose en una de las caras más conocidas del movimiento no makeup.

No obstante, la artista ha lanzado en el 2022 su propia línea de cosméticos, demostrando que no es necesario encorsetarse, y explicando que a veces le apetece ir con la cara lavada y otras con algo más de color. En todo caso, siempre con productos de cuidado destinados a sentirse bien, no a corregir defectos ni a alcanzar imágenes impuestas por la moda. Un ejemplo de autoestima y seguridad en una misma para hacer lo que le apetece, según las circunstancias y su estado de ánimo, sin que los demás tengan derecho a juzgarla por ello.

Una elección personal

maquillaje de mujer
Mujer y maquilladora/Foto: Pixabay

En consecuencia, resulta importante reflexionar sobre qué imagen queremos transmitir y si es reflejo de quienes somos y de cómo nos sentimos. Recuerda que la armonía entre nuestro aspecto, lo que decimos y quiénes somos transmite confianza y honestidad. Desde el punto de vista psicológico vale la pena dedicar un momento a pensar por qué hacemos las cosas que hacemos: si es porque queremos y nos hacen sentir bien o si es que actuamos de determinada forma por la necesidad de sabernos aceptados, recibir más likes o evitar el miedo a mostrarnos como realmente somos.


De tal modo, la elección personal ante un hecho como maquillarse, si es que a una le apetece, no debería tener más importancia, aunque debamos ser conscientes de que, como un factor más de nuestra apariencia, es un componente destacado de la comunicación no verbal. Al fin y al cabo, nuestro aspecto y nuestro lenguaje corporal proporcionan mucha más información de nosotros de lo que solemos creer.

En todo caso, venzamos los prejuicios, tengamos la mente abierta y defendamos la libertad de poder elegir. Lo más importante es sentirnos bien con nosotras mismas y vivir en consecuencia, ya sea con un maquillaje natural, con los labios rojos o con la cara lavada.



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