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¿Por qué nuestra mente se queda en blanco en ocasiones?

Sucede mientras estamos conduciendo, durante un viaje en metro, cuando estamos en la cola del supermercado, pero también en un examen o en una entrevista de trabajo. Nuestra mente se “vacía” de pensamiento, se pierde, una suerte de desacoplamiento extremo de la percepción y la atención en el que la propia atención no es capaz de ofrecer ningún estímulo a la consciencia. Es lo que llamamos tener la mente en blanco. 

En fechas recientes, varios estudios de prestigiosas universidades han analizado a fondo las propiedades de la mente en blanco para tratar de explicar sus causas hasta llegar a sorprendentes conclusiones: ¿es la mente en blanco una especie de sueño despierto? ¿Y si los lapsos de atención demostrasen que el sueño y la vigilia no están tan alejados? 

Mente en blanco: cuando se nos va la cabeza 

Mente en blanco
Un hombre con la mano en la frente – Fuente: Unsplash

Un estudio del Departamento de Psicología de la Universidad de Harvard publicado en Frontiers en 2013 abordaba sin prejuicios el fenómeno de la mente en blanco desde una óptica científica. Y lo hacía a través siete experimentos diferentes que tenían por objetivo diferenciar este estado mental de otros similares en términos de experiencia fenomenológica. 

Para los investigadores, el lapso de atención y falta de consciencia en el que la mente no está “en ninguna parte” definirían a priori la experiencia de la mente en blanco: el individuo no es consciente focalmente de ningún estímulo, ni interno ni externo

Pero, ¿cómo es posible tener la mente en blanco mientras conducimos y, de repente, reaccionar a un estímulo girando el volante para no estrellarnos? La investigación sugiere que la gran mayoría del procesamiento cognitivo y el control del comportamiento parecen ocurrir fuera de la consciencia. De hecho, muchos estímulos se perciben e influyen en las emociones “aunque no lleguen a la consciencia”. 

Este desacoplamiento de la atención y la percepción permite que la mente divague sin control consciente—lo que se conoce como mente errante— y que la mente detenga por completo su pensamiento consciente, la mente en blanco.  

La investigación sugiere que las mentes de las personas están separadas de sus entornos de percepción actuales casi la mitad del tiempo: durante gran parte de la vida humana, la mente no está “aquí”, sino “allá”, pero, a pesar de ello, las personas no parecen sufrir déficits conductuales evidentes en muchas tareas cuando la atención se desvincula de la percepción. 

A lo largo de siete experimentos, los investigadores de Harvard describieron la mente en blanco en términos de cuatro características clave de los estados mentales desacoplados: experiencia fenomenológica, resultados de comportamiento, metaconciencia y patrones de ocurrencia a lo largo del tiempo.  

Y el resultado de todo ello “proporcionó la evidencia que respalda la existencia de la mente en blanco como un estado mental distinto con una firma psicológica única”, una posibilidad, la de que la mente no esté ni aquí ni allá, sino en ninguna parte que ha sido ignorada por las investigaciones empíricas de la consciencia y la atención, abriendo la puerta a una taxonomía ampliada de los estados mentales en el que se incluya la falta total de contenido consciente, sin relación con el estímulo, ni externo ni interno. 

Mente en blanco: soñando despiertos 

Mente en blanco
Una mujer con la mirada perdida – Fuente: Pexels

La demanda de los investigadores de Harvard acerca de la falta de estudios serios acerca del fenómeno del mind blanking ha sido recogido por otros profesionales vinculados a la psicología y a la neurología.  

Varios investigadores del Instituto Turner del Cerebro y la Salud Mental de la Universidad Monash de Melbourne en Australia presentaron en 2021 un estudio que vinculaba los lapsos de atención de la mente en blanco con los procesos fisiológicos que se dan en el cerebro cuando dormimos.  

Se examinaron la actividad cerebral de individuos jóvenes sanos registrando su actividad cerebral con un electroencefalograma buscando específicamente signos de sueño dentro de la vigilia. Y es que las ondas similares al sueño se pueden observar dentro del cerebro cuando las personas se cansan


En este sentido, los investigadores apuntaron una conclusión más que interesante: que el sueño y la vigilia no sean “fenómenos de todo o de nada”, que tengan una relación más estrecha de lo que se creía, una suerte de intrusión del sueño durante el día que “apaga” la mente y que puede explicar una amplia gama de lapsos de atención, entre ellos la divagación mental o mente errante, la lentitud, la impulsividad y la propia mente en blanco. 

Los hallazgos de estas investigaciones, tal y como se sugiere, podrían tener importantes implicaciones para los trastornos de déficit de atención, como el TDAH: tanto adultos como niños afectados por este trastorno informan a menudo de trastornos de sueño y de vigilia junto a con dificultades para concentrarse en tareas poco exigentes.  

En la misma línea se sitúa un reciente estudio publicado a finales de 2022 por la Universidad de Lieja en Bélgica. En este caso, los investigadores descubrieron que los cerebros se organizan durante los episodios de mente en blanco de una manera en la que todas las regiones del cerebro se comunican entre sí al mismo tiempo. Así la mente en blanco está en un modo similar al del sueño profundo… pero estando despiertos.  

Y es que este estudio también concluyó que la mente en blanco tiene un perfil neuroconductual único, lo que indica que los eventos mentales no reportables pueden ocurrir durante la vigilia: un desafío a la visión tradicional de que la mente está siempre “ocupada pensando”. “Después de todo, es posible que los límites del sueño y la vigilia no sean tan discretos como parecen“, señala una de las investigadoras.  

Mente en blanco, bloqueo mental y estrés 

¿Sufres el trastorno de ansiedad social?
Una mujer habla en público – Fuente: Pexels

A pesar de los interesantes hallazgos de estos recientes estudios, la mente en blanco como bloqueo mental en situaciones de gran nerviosismo, estrés o ansiedad, en los que nuestra mente es sometida a una gran exigencia parecen desvincularse del estado de sueño despierto y de la mente errante.  

Puede suceder cuando tenemos que hablar en público, ante un examen, en una entrevista de trabajo o en una cita relevante. El elevado estrés que acompaña en ocasiones estas situaciones supone que el cuerpo reaccione. Es como cuando sentimos un miedo exacerbado y nuestro instinto se pone en guardia.  

Sin embargo, el exceso de ansiedad y la concentración no suelen combinar bien y cuando nos subimos al púlpito a hacer nuestra presentación ante decenas de personas, y a pesar de haber preparado al detalle todo lo que íbamos a decir, nos quedamos bloqueados con nuestra mente en blanco y sin casi recordar ni de qué íbamos a hablar.  


Se trata de una experiencia de mente en blanco no deseada y que no llega producto de la relajación, el aburrimiento o el cansancio, sino del estrés. Las diferentes hormonas que reaccionan ante situaciones de elevada ansiedad influyen en el funcionamiento del hipocampo, la parte del cerebro relacionada con la memoria declarativa —la de los discursos— dificultándonos el acceso a la información recientemente almacenada. Y es en ese momento cuando desearíamos realmente estar dormidos.  

La única forma de “recuperar la memoria” en estos instantes de bloqueo mental pasa por recuperar el control de la situación, relajarnos… y apoyarnos en algunas notas escritas. Y si se trata de un examen, dejar pasar unos segundos hasta que la reacción de estrés vaya minimizándose y podamos acceder nuevamente a la información almacenada en el hipocampo… que, no te preocupes, sigue ahí.  



2 Comments

  1. Que escriben mucho y en al final no nos enteramos ..mucha filosofía pero recuerden que ustedes les escriben al público no a los científicos ..escribir más al nivel población y ser más directo a lo que expresen y más natural al menos cuando escriban de enfermedades….ponen una pregunta y la responden científicamente…. Gracias

  2. Creo que es un estudio muy serio, a todos nos ha pasado en algún momento. Los Felicito, Saludos.

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