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¿Por qué “señora” ha dejado de ser una palabra respetuosa?

“Cuando un camarero me llamó «ma’am» («señora» en inglés), sentí como si la sociedad hubiera decidido sin mi permiso que mi juventud había quedado atrás (…) siento que mis privilegios juveniles se esfuman”.  

Así se expresa la periodista estadounidense de CBS News y anteriormente en CNN Janelle Davis en relación al término “señora”, una palabra cuyas connotaciones han ido evolucionando hasta el punto de que, como señala Davis, puede resultar ofensiva o hiriente actualmente. 

¿Señora o señorita? ¿Ninguna de las dos?

Diccionario - Fuente: Pexels
Diccionario – Fuente: Pexels

Hace más de una década, varias asociaciones feministas lanzaron una campaña para erradicar de los de los formularios oficiales y corporativos en Francia la casilla “madeimoselle” (“señorita”, en francés), por “atentar contra la vida privada de las mujeres”.

Lo que reclamaban en este caso los colectivos feministas es que se trataba de una pregunta “intrusiva”, ya que las mujeres debían nombrar su estado civil, y los hombres no. Y es que, como sabemos, la palabra “señorita” se asoció a las mujeres que no estaban casadas “transmitiendo la impresión de que una mujer solo alcanza su plenitud una vez casada, cuando, entonces sí, se iguala «madame» a «monsieur» («señora» y «señor»). 

Aún hoy, la RAE recoge la siguiente acepción en torno a la palabra “señorita”: “como tratamiento de cortesía aplicado a la mujer soltera”.  

La propia ONU tomó partido recientemente en uno de sus artículos sobre lenguaje inclusivo en cuanto al género en español recomendando lo siguiente: “Se desaconseja el uso de «Srta» como forma de tratamiento de las mujeres y se recomienda el uso de «Sra.» en todos los casos para no explicitar el estado civil de las mujeres de forma innecesaria”. 

Estas recomendaciones, no obstante, son “una serie de estrategias para que el personal de las Naciones Unidas emplee un lenguaje inclusivo en cuanto al género”. Es decir, es una recomendación para el personal que trabaja en la ONU, aunque, lógicamente, se pueda extender al resto de personas.  

La protesta feminista en Francia, por cierto, consiguió su objetivo: se prohibió el uso oficial de señorita desde 2012 en documentos oficiales.  

Señoras, ¿mujeres pasadas de moda? 

Mujeres en una foto antigua - Fuente: Unsplash
Mujeres en una foto antigua – Fuente: Unsplash

Pero, entonces, ¿por qué “señora” tampoco es una palabra pertinente en determinadas situaciones? Volvemos al artículo de Janelle Davis en el que algunas de sus reflexiones sobre el término en inglés se pueden llevar fácilmente al nuestro en castellano.

“No era en absoluto consciente de lo mucho que indignaba a las mujeres esta palabra hasta que empezaron a decírmela cuando llegué a la mitad de mis 20 (…) Hoy, cuando algunas mujeres oyen «señora», en lugar de imaginarse a una elegante dama francesa, se imaginan a una mujer pasada de moda”.

Y es que “históricamente se relaciona a la juventud femenina con todo tipo de atributos sociales privilegiados: belleza, fertilidad y capacidad para contraer matrimonio. Si estos atributos representan una cima subjetiva de la feminidad, cuanto menos joven es una mujer, menos convincente es su posición social”. 

Así las cosas, Davis llega el quid de la cuestión: “Cuando una mujer es llamada «señora», incluso por un desconocido bienintencionado, puede enviar un mensaje social específico y no deseado”.  


Y ese mensaje, también en España, puede tener connotaciones negativas o irrespetuosas. Llamar “señora” a una mujer, incluso cuando es “bienintencionado” puede ser hiriente por sugerir que esa persona tiene una “cierta edad”, valga el eufemismo. No nos acercamos a una persona mayor, y le decimos, “perdone, anciano”. Pues lo de “señora”, salvando las distancias, podría suponer una apelación poco afortunada a la edad de esa persona. 

Retrato de Madame de Pompadour de François Boucher (1756) - Fuente: Wikipedia
‘Retrato de Madame de Pompadour’ de François Boucher (1756) – Fuente: Wikipedia

Así mismo, “señora” también se usa con cierto tono despectivo para censurar alguna actitud que se supone está asociada a su edad. En este sentido, no son pocas las personas que señalan que nunca se escucha el término “señor” como despectivo, pero sí el de “señora”, tal y como se narra en esta anécdota: un empleado de banco la usó con una clienta en tono despectivo, marcando sus diferentes sílabas, hasta que la clienta respondió: SOL-TE-RA.  

“Y es que ocurre que en muchas ocasiones la palabra «señora» es sinónimo, para el que la pronuncia, de discapacitada psíquica. Implica varios semas: maruja, negada tecnológica, incapaz de comprender cualquier término científico, judicial o médico”.

En este caso, estamos ante una escena que expresa perfectamente como el término “señora” ha pasado de ser una denotación de respeto, asociado, eso sí, a mujeres casadas, (si no, eran señoritas) a una connotación irónica, despectiva y/o hiriente. Por supuesto, depende de cada caso y de cada situación. Pero, como hemos visto, hasta las mejores intenciones pueden ofender.  

¿Señoras o señoritas? MU-JE-RES 

Mujeres en una mesa - Fuente: Pexels
Un grupo de mujeres sonríen tomando un café – Fuente: Pexels

La evolución del lenguaje es imparable, controvertido, pero fascinante. Mientras los organismos lingüísticos “velan por que las lenguas, en su continua adaptación a las necesidades de los hablantes, no quiebre su esencial unidad”, tal y como afirma el objetivo más importante de la RAE, los hablantes hacen suya la lengua de otra manera, no para velar por nada específico, sino para comunicarse: especialmente cuando se trata de hablar y se hacen uso de términos coloquiales, se improvisa, y se “buscan las cosquillas” al lenguaje más relamido, sin que eso tenga por qué suponer atentar contra la unidad de nada.  

Cada situación es diferente, cada interlocutor es diferente y cada día nos levantamos de un humor diferente, pero poner un poco de nuestra parte para evitar ofensas innecesarias, es mucho más fácil de lo que parece.

Si “señora” tiene esas evidentes connotaciones irónicas en muchos casos, buscaremos una palabra que no las tenga. Aunque todo depende también, del escenario (geográfico) en el que te encuentres, como dice de forma divertida Janelle Davis: “En el sur (de Estados Unidos), si es mujer y tiene pulso, estás obligado legalmente a llamarla «señora»”. 



1 Comment

  1. A mí he sufrido odio y discriminación, es que me incomoda de me diga “señor” porque soy soltero, sin hijos, sin compromiso, no he casado ni formado hogar, porque las relaciones amorosas son símbolo de morbo, desde mi niñez y adolescencia he sufrido rechazo, bullying, etc me tilda de anciano y viejo cuando yo tenía 20 años, y diciéndome “señor” a los 23 años, no he conseguido novia, esposa he estado soltero y rechazado. Para la mí la palabra “señor” significa “racismo y discriminación” por ser soltero y en mis tiempos de soltería, sí me puedes llamar cuando ya sea casado y después viudo. En Colombia sufro rechazo, me forzaba en conseguir novia y de eso las chicas me odiaba, me rechazaba, etc. Hasta voy a terminar de salir para Japón donde allá no me acosa, allá pueda decir lo que quiera hasta que me dé tiempo al tiempo para tener pareja, formar hogar y tener hijos, tengo 37 años soltero, rechazado y discriminación por la sociedad y en lad chicas por feo y viejo y termino en el suicidio. Saludos desde Colombia

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