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¿Qué es el ginseng? Beneficios y posibles efectos secundarios

El ginseng es uno de los complementos más consumidos por su capacidad para estimular la resistencia y contrarrestar la debilidad o el agotamiento. A continuación, exponemos el origen del ginseng, sus diversos beneficios, así como sus posibles efectos secundarios.

Las prisas, el estrés o la falta de sueño generan debilidad y agotamiento en muchas personas. Para contrarrestar estos síntomas existen diversos remedios naturales, complementos que se han convertido en comunes en nuestra rutina.

Uno de los más consumidos es el ginseng, una planta cuya raíz se viene utilizando en la medicina oriental desde hace más 5000 años. A continuación, exponemos el origen del ginseng, sus diversos beneficios, así como sus posibles efectos secundarios. 

¿Qué es el ginseng? 

Ginseng
La planta del ginseng. Fuente: Pixabay

Seguro que alguna vez has oído el dicho “esto no es la panacea”, en relación a que un determinado compuesto no debe interpretarse como un remedio universal. Pues bien, el ginseng es una planta del género panacea, del griego Panax que significa “lo cura todo”.

Se trata de una planta que crece en las laderas de las montañas de zonas frías del continente asiático como China, Corea o Rusia, pero que debido a su alta demanda también podemos encontrar ya en Canadá, Estados Unidos, México o, incluso, en España. 

Desde hace 5000 años existe constancia de que la medicina china ya usaba la raíz de esta planta para preparar remedios contra la debilidad y el agotamiento gracias a sus propiedades tónicas y reconstituyentes. El alto contenido de los denominados ginsenósidos de esta raíz determina sus venerados efectos. Pero para que el ginseng aporte estos beneficios, la planta debe madurar al menos durante seis años.

Dependiendo de donde se haya cultivado, se diferencian diferentes tipos de ginseng como el siberiano, el chino, el americano o el coreano, también conocido como ginseng rojo, siendo este el considerado más estimulante.  

Beneficios del ginseng 

Ginseng
En la raíz del ginseng se concentran sus beneficios. Fuente: Pixabay

Antes de que la quinoa, la espelta o la chía llegaran a nuestras vidas, el ginseng se convirtió en una suerte de pionero en la moda de los complementos alimenticios, de esas ‘panaceas’ que prometían arreglarlo todo. ¿Y cuáles son esos beneficios que convierten al ginseng en uno de los remedios naturales más consumidos en Occidente desde que irrumpió en la década de los 90? 

Estimula la resistencia 

Según diversos estudios —entre ellos, uno de los Universidad Complutense de Madrid— el ginseng es capaz de estimular la resistencia en situaciones de sobresfuerzo: supone ese ‘chute de energía’ (natural) que muchos buscan para mantener un elevado ritmo de vida.  

Este aumento de la resistencia se debe, principalmente, a la acción del ginseng sobre el sistema nervioso central (SNC) disminuyendo el consumo cerebral de oxígeno, actuando, además, sobre los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.  

Impulsa los procesos cognitivos 

Otros estudios aseguran que el ginseng también tiene un efecto nootrópico de tal forma que favorece los procesos cognitivos, mejorando la memoria visual y actuando frente a la ansiedad. En este sentido, dichos estudios afirman que el ginseng podría facilitar el pensamiento abstracto produciendo reacciones más rápidas ante estímulos simples de tipo acústico o visual, pese a que no se ha demostrado que mejore la concentración psíquica.  

Por otro lado, los ginsenósidos también podrían paliarlos efectos originados por los péptidos beta-amiloides, responsables principales de la neurodegeneración de enfermedades como el Alzheimer, favoreciendo el ginseng coreano la supervivencia neuronal. 

Favorece el sistema inmunológico 

El ginseng podría también aumentar la proliferación de linfocitos y la producción de anticuerpos, incluyendo la posibilidad de una cierta actividad antiviral. Algunos de los estudios mencionados sugieren que el ginseng podría tener una actividad anticancerígena sobre algunos tumores.  


Otros beneficios del ginseng 

Ginseng
La raíz del ginseng. Fuente: Pixabay

Además de las principales virtudes asociadas al consumo de esta raíz como son la mejora de la resistencia y de la actividad cerebral, el ginseng también mejora la secreción de mucus lo que favorece el efecto protector sobre la úlcera gastroduodenal. Así mismo, al disminuir el consumo de oxígeno podría tener un beneficioso aporte para nuestro sistema cardiovascular.  

¿Y es el ginseng un afrodisíaco? En la época en la que esta raíz comenzó a comercializarse de forma masiva en Europa, también se sugirió que tenía una capacidad para tratar la disfunción eréctil al promover la producción de óxido nítrico lo que podría mejorar la circulación sanguínea favoreciendo la relajación muscular

Por último, hay que señalar la estrecha asociación que, desde hace años, mantiene el ginseng con las actividades deportivas. Gracias al retardo de la aparición de la fatiga, se trata de un compuesto que puede ser beneficioso para los atletas, además de que podría reducir la inflamación gracias a sus propiedades antioxidantes y a su actividad antirradicalaria frente a determinados tóxicos como el alcohol. 

El ginseng y sus posibles efectos secundarios 

Ginseng
Preparados de ginseng coreano o ginseng rojo. Fuente: Wikipedia

Al tener una estructura esteroidal, puede tener una actividad hormonal y podría perjudicar el embarazo y el crecimiento por lo que se trata de un complemento no recomendado para niños, adolescentes y embarazadas. En este sentido, al contener pequeñas cantidades de fitoestrógenos puede tener un efecto similar a los estrógenos con lo que lo que los expertos recomiendan que las mujeres no abusen del ginseng. 

Su consumo elevado podría, así mismo, provocar hipertensión por sus efectos mineralocorticoides, así como insomnio y exceso de agitación, sobre todo si se asocia con otros estimulantes como el té o el café. En este sentido, un estudio advierte del conocido como síndrome de abuso del ginseng, especialmente detectado en personas mayores y que consiste en la aparición de insomnio, diarrea, hipertensión y erupción en la piel. 

Así mismo, el consumo de ginseng puede interaccionar con otros medicamentos como los inhibidores de la monoaminooxidasa, los derivados digitálicos (digoxina) o los anticoagulantes como la warfarina, además de con antiinflamatorios no esteroides que conllevaría riesgo de hemorragias. 

Uso adecuado del ginseng 

Los expertos aconsejan que su consumo diario no exceda de los 2 gramos de polvo de raíz por día y que el tratamiento no supere los tres meses. En este sentido, el ginseng suele aportar más beneficios en periodos cortos por lo que puede ser un buen complemento ante una situación de máxima actividad mental y/o física.

En el caso de que se administre en periodos más largos, sobre todo entre personas mayores, se recomienda intercalar un mes de descanso en el tratamiento. De cualquier forma, y ante cualquier duda —especialmente en la interacción con medicamentos o en caso de enfermedades importantes— consulta con tu médico antes de tomar ginseng de forma continuada.



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