¿Qué es la Ley de la abundancia de la que todos hablan?

¿Es superficial la Ley de la abundancia de la que todos hablan? ¿Qué riesgos tienen esta clase de consejos y preceptos más o menos fundamentados convertidos en una suerte de mandamientos que pretenden garantizar prosperidad, felicidad y “dinero a espuertas?  

Desmontando la Ley de la abundancia 

Dinero
Una persona muestra billetes de euro – Fuente: Pexels

Desde siempre han existido los coaches y los gurús espirituales que, como en aquella escena de La vida de Brian, trataban de seducir a un puñado de potenciales fieles —ahora serían clientes— para adscribirse a sus teorías más o menos bienintencionadas.

Hasta que llegaban aquellos oradores que lograron trascender a su época, creando hasta religiones fundamentadas en sus supuestas enseñanzas. Pero, esto último, como sabemos, ha sucedido tan solo un puñado de veces. Aunque, menos Brian, todos parecen soñar con ser el nuevo mesías al que adorar

Así las cosas, nuestro tiempo no es diferente del precedente, el ser humano sigue teniendo esa imperiosa necesidad de creer en algo que está más allá de sí mismo para tratar de desvelar los misterios, sobreponerse a las tristezas y hacer frente a las tragedias de la vida. La única diferencia, probablemente, es que en la actualidad las enseñanzas no se hacen desde púlpitos en la calle principal de un pueblo, sino escribiendo libros que amplifican su mensaje gracias a Internet y las redes sociales

Y, en este contexto, surgen millares de propuestas que se agolpan en la sección de autoayuda y desarrollo personal de las librerías: es un negocio que no se agota porque, como las dietas milagro, hoy tal vez “funcionen”, pero mañana será otro día, pero no te preocupes, porque estoy escribiendo un nuevo libro con más leyes que acabarán de una vez por todas con tus tribulaciones y tu sobrepeso. Esta vez sí, te lo prometo.  

El problema principal de estos consejos —que pueden tener las mejores intenciones del mundo, aunque si nos hacemos millonarios por el camino tampoco pasa nada— es pretender convertirlos en axiomas, en leyes.  

La ‘Ley’ de la abundancia no es una ley 

Leer
Leyendo un libro en el parque – Fuente: Pixabay

La ley de la abundancia se desmonta sola desde su propia denominación. No es una ley. Aquí están las 12 acepciones principales de “ley” según la RAE. No es una regla fija a la que está sometida un fenómeno de la naturaleza, no es un precepto dictado por la autoridad competente, ni cada una de las relaciones existentes entre los diversos elementos que intervienen en un fenómeno.  

Porque la abundancia no es “un fenómeno”, no es un objeto de la experiencia sensible como diría Kant, sino un constructo, una construcción teórica para abordar un problema determinado. Teórico, debatible y relativo, porque para para mí no es abundante dinero lo mismo que para Amancio Ortega. Y si entendemos abundancia como prosperidad, para una persona puede significar tener mucho dinero, para otra ser feliz y para otra ser honesto. Cuestión de perspectivas, prioridades, e interpretaciones.

Así pues, el problema de las Ley de la abundancia y buena parte de los preceptos del mundo de la autoayuda y el desarrollo personal es el mismo: tratar de convertir la divulgación más o menos bienintencionada en filosofía, en usar jerga científica para envolver la superficialidad. En suma, en dar gato por liebre. Sin más.  

La abundancia y la ley de la creación 

Una de las leyes de la abundancia, según Sergio Fernández, uno de sus defensores españoles, dice lo siguiente: “Obtienes aquello en lo que piensas, tanto si lo deseas como si no”, inspirándose en libros como Pide y se te dará o La ley de la atracción.  

Esta última ya ha sido ampliamente criticada por, probablemente, incurrir en un sesgo de confirmación —tendencia a favorecer, buscar, interpretar y recordar la información que confirma las propias creencias o hipótesis, dando desproporcionadamente menos consideración a posibles alternativas— y por el sesgo de elección —distorsión de un análisis estadístico—. 

Ley de la causa-efecto 

Industria de la felicidad
“Happiness” (felicidad) y una flecha pintados sobre la acera – Fuente: Unsplash

Como vimos a la hora de hablar de sincronicidad, la ley de causa-efecto es puesta en duda desde diferentes enfoques filosóficos y científicos que deberemos valorar antes de tomar como “ley” aseveraciones como las que determinan ley de la causa-efecto según esta teoría: “cualquier cosa que experimentas en la vida es un resultado. Dicho en otras palabras: cualquier acontecimiento de la vida está causado por algo” o “solemos concluir que la escasez, ya sea económica o de cualquier otro tipo, está presente en nuestra vida sin que hayamos hecho nada para que aparezca o sin que podamos hacer algo para revertir esa situación”. 


La escasez económica no es (solo) un problema individual, es un problema social a gran escala que no deriva de disquisiciones filosóficas o metafísicas, por muy interesantes que estas puedan ser.

Si se nos permite un segundo ser sentenciosos y decir una obviedad, diremos lo siguiente: la pobreza del mundo no se solventa repartiendo libros de autoayuda, se solventa con justicia social… y aprendiendo a leer. La causa de que “vivamos en la escasez” es que “desconocemos estas leyes o que no sabemos cómo aplicarlas en nuestro día a día”. Y es aquí donde el trasfondo de Ley de la abundancia empieza a aflorar. Y la cosa empieza a perder la gracia.

Prometer a una persona dejar de vivir en la escasez si sigue unas leyes de comportamiento —independientemente de su superficialidad o trascendencia— es charlatanería, no muy lejos del tónico sexual del abuelo Simpson.

El problema es seleccionar los medios para lograr esa revolución interior, que debe ser permanente. Porque la revolución que triunfa es interior y es permanente, sin necesidad de comprar fascículos de supuestas leyes para retroalimentarse.

Leyes del equilibrio, el orden y de la vibración 

Esta tendencia continúa con otras leyes como la vibración —todo aquello que tiene similar vibración se acaba atrayendo—, el equilibrio —algo así como que todo lo que aportas al mundo se te será devuelto— y la ley del orden: ser-hacer-tener

Esta última ley oculta el verdadero objetivo del libro, porque la abundancia es, en nuestra opinión, un eufemismo que usan estos autores para hablar de dinero, pasta, money. Ser es solo un medio para tener, según la Ley de la abundancia, cuando debería ser un fin en sí mismo, sea lo que sea ese “ser”, que llevamos debatiéndolo desde el principio de la historia de la filosofía sin mucho éxito.

Así pues, si sigues estos consejos que te digo en mi libro, serás rico, nadarás en la abundancia… material: envuelve en superficialismo espiritual, que haría sonrojar hasta a los seguidores de Brian de Nazareth, el materialismo más deprimente. Porque, al final, todo esto se trata de dinero, de enseñar a pobres a ser ricos (de espíritu) para luego encontrar el éxito.


Para ser rico (de espíritu) hay que profundizar 

Biblioterapia
Una chica lee en una biblioteca – Fuente: Unplash

Dice el filósofo Joan-Carles Mèlich que el mundo ha de ser cuidado también con la lectura de los clásicos. Y no se trata de leer los clásicos como dogmas de fe, sino como conocimiento que también puede ser debatido o, incluso, actualizado. Pero, antes, leerlo. Porque la única manera de conocernos a nosotros mismos es empezando por la tradición que ha apuntalado nuestra cultura: de Platón a Borges, y de Kafka a Dostoievski.  

Ahora bien, ¿dónde está la información “discriminada”? Esta pregunta no admite una respuesta totalmente satisfactoria, porque la divulgación vestida de revolución por fascículos también puede ofrecer al lector contenido aprovechable, una introducción hacia “fenómenos” más complejos. Y un libro de Schopenhauer puede tener —y, de hecho, lo tiene— terribles afirmaciones, a pesar de contener también enseñanzas incontrovertibles.  

Así pues, el único camino de verdadero “desarrollo personal” es aprender a discriminar la (abundante) información y ser consciente de los problemas y peligros de no profundizar en la superficialidad de buena parte de los mensajes (y leyes) de la información “indiscriminada”.



1 Comment

  1. Es interesante este mensaje, porque a pesar de la cantidad de libros que hablan de obtener abundancia, siempre hablan ejemplos de los que ganaron, pero nunca hablan de la cantidad de humanos que viven en los límites de obtener el mínimo para llevar una vida sin miedo. Otro problema de los humano de hoy es que siempre quejan de lo que le falta, independientemente de los miles de millones que tengan en sus alcas., incluyendo hasta los pocos que reúnen todo el oro del mundo

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