Qué es la terapia ocupacional y cómo puede ayudarte

La terapia ocupacional es una disciplina que trata de fomentar la salud, el bienestar y la independencia de las personas potenciando sus habilidades en situaciones cotidianas mediante el desarrollo de determinadas actividades u ocupaciones en áreas como el trabajo, la educación, el ocio y el autocuidado.  

A continuación, profundizamos en este conjunto de iniciativas, procedimientos e intervenciones englobadas bajo la denominación de terapia ocupacional incidiendo en los beneficios que pueden aportar a las personas en su día a día

¿Qué es la terapia ocupacional? 

Terapia Ocupacional
Un mujer mayor ríe mientras corta una prenda junto a otra mujer – Fuente: Depositphotos

La Organización Mundial de la Salud define la terapia ocupacional como el conjunto de técnicas, métodos y actuaciones que, a través de actividades aplicadas con fines terapéuticos, previene y mantiene la salud, favorece la restauración de la función, suple los déficits invalidantes y valora los supuestos comportamentales y su significación profunda para conseguir la mayor independencia y reinserción posible del individuo en todos sus aspectos: laboral, mental, físico y social. 

De una forma más escueta, la American Occupational Therapy Association (AOTA) definía la terapia ocupacional, tal y como indica este artículo, como el uso terapéutico de las actividades de cuidado, trabajo y juego para incrementar la independencia funcional, aumentar el desarrollo y prevenir la incapacidad

Por lo tanto, esta disciplina combina la terapia —tratamiento para hacer frente a una enfermedad o una disfunción— con la ocupación, entendida esta como actividad rutinaria, tanto laboral, como lúdica y funcional.  

En este sentido, el terapeuta ocupacional emplea la actividad de forma terapéutica para la prevención de enfermedades y/o discapacidades, la rehabilitación de las mismas y el mantenimiento de la salud, cuando existe algún tipo de problemática de carácter físico, cognitivo y/o sensorial. Se trata, en definitiva, de alcanzar la máxima independencia, autonomía y bienestar de aquellas personas que sufren afecciones que les limitan en el desarrollo normal de sus actividades diarias

De este modo, la terapia ocupacional se dirige especialmente a personas con discapacidades físicas o psíquicas, personas mayores y niños que necesiten apoyo en el desarrollo de sus habilidades sensoriales, intelectuales y físicas, personas que lleven a cabo tratamientos de rehabilitación, así como enfermos con afecciones degenerativas.  

Terapia ocupacional: tipos de actividades 

Terapia ocupacional
Un hombre mayor juega ante una mujer – Fuente: Depositphotos

El terapeuta ocupacional trabaja en diversos ámbitos entre los cuales destacan los hospitales, las residencias geriátricas, los centros de educación especial, centros ocupacionales, unidades psiquiátricas, además de programas de atención domiciliaria. En estos y otros ámbitos la labor del terapeuta ocupacional se divide en tres aspectos esenciales: 

  • Actividades de la vida diaria: alimentación, higiene, vestido, movilidad, habilidades sociales y habilidades instrumentales. 
  • Juegos. Con el objetivo de favorecer el ocio de las personas se proponen juegos especialmente diseñados para cada ámbito de actuación que pueden incluir actividades de musicoterapia, biblioterapia, gimnasia, yoga y otras técnicas de relajación. 
  • Trabajos. En este tercer tipo de actividades, el terapeuta ayuda a establecer rutinas en tareas domésticas como la limpieza o el mantenimiento, además de talleres estrictamente laborales orientados a la reinserción del paciente.   

Beneficios de la terapia ocupacional 

Terapia ocupacional
Una mujer sonríe frente a otra – Fuente: Unsplash

Teniendo en cuenta el doble objetivo de la terapia ocupacional —prevenir y/o disminuir las discapacidades y restaurar funciones perdidas mejorando la adaptación al medio—, esta disciplina puede aportar numerosos beneficios. 

Aumento de la autonomía 

Es el principal beneficio de la terapia ocupacional al ser su principal objetivo. Independientemente de la edad, toda persona que alcanza su madurez aspira a la mayor autonomía posible tanto en el ejercicio de las tareas cotidianas como en las propias habilidades sociales y laborales.  

La labor del terapeuta ocupacional será analizar la situación particular de cada persona para actuar en aquellos aspectos en los que se ha perdido la autonomía. Así, el terapeuta practica esas habilidades con el paciente para que vaya restaurando esa función perdida o bien proporcionando técnicas compensatorias: es decir, fórmulas alternativas para adaptar las habilidades funcionales a una nueva situación.  

Esta labor del terapeuta es clave para lograr una mejora en la autoestima del paciente, objetivo complementario de la terapia ocupacional. Hay que tener en cuenta que, si la persona logra, primero, comprender y aceptar su situación y, después, adaptarse a ella hasta superar la limitación usando nuevas habilidades funcionales, todo ello repercutirá de forma positiva en su autoestima. Porque todos, al fin y al cabo, queremos sentirnos autónomos, especialmente en las tareas esenciales de nuestra vida diaria.  

Superación de desafíos cotidianos 

El ser humano disfruta superándose a sí mismo a cada paso, es una tendencia innata que apreciamos en todos los rangos de edad, desde los niños que aprenden a leer conscientes de lo que ello supone para su conocimiento, hasta las personas mayores que desean seguir con sus rutinas con la menor ayuda posible de otras personas. 

En este sentido, el terapeuta ocupacional, en colaboración con otros profesionales, como los propios psicólogos, se encarga de motivar a los pacientes para la superación de sus limitaciones estableciendo pequeños desafíos cotidianos que son un acicate para continuar adelante. 

Mejora de las habilidades motoras y cognitivas 

Terapia Ocupacional
Dos hombres juegan al ajedrez – Fuente: Unsplash

En un plano más práctico, la terapia ocupacional promueve diferentes actividades que tienen por objetivo mejorar las funciones motoras y cognitivas de los pacientes. Dependiendo de la limitación que tenga cada uno y las necesidades más importantes que tenga que cubrir, el terapeuta puede proponer ejercicios para mejorar el movimiento en pacientes con dificultades físicas

Así mismo, el terapeuta propone actividades que pongan a trabajar las capacidades cognitivas, ejercitando la memoria o las habilidades matemáticas básicas. Se trata, por ejemplo, de asegurar que el paciente pueda gestionar su economía doméstica y hacer compras de forma autónoma, siempre teniendo en cuenta la situación particular de cada paciente. 

Soportar el dolor crónico y comprender la enfermedad 

Uno de los aspectos más delicados de una enfermedad es cuando esta se manifiesta con un dolor crónico al que el paciente no está acostumbrado. Convivir con ese dolor puede ser, sin ayuda, todo un desafío que perjudica notablemente la motivación de los pacientes para participar en cualquier actividad cotidiana. 

Es labor del terapeuta tratar de revertir esta situación ayudando al paciente a hacer frente a ese dolor mediante una serie de pasos que tengan por objetivo minimizarlo, pero también adaptarse a él. Supone, en definitiva, la aceptación y comprensión de la enfermedad que puede ser temporal o crónica. 

Mejora de la comunicación y de las habilidades sociales 

En muchos casos, la aparición de una enfermedad o una limitación física provoca una reacción en cadena que termina por perjudicar la comunicación y las habilidades sociales del paciente. El trabajo del terapeuta ocupacional también se vincula a la recuperación de estas habilidades fomentando la comunicación.  

Por ejemplo, es común que los terapeutas ocupacionales hagan sesiones específicas con niños en dificultades de cara a mejorar su comunicación y habilidades sociales. Se proponen juegos en los que los niños interactúen de forma que aprendan a trabajar en grupo y colaborar, superando retos y desafíos grupales. 



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