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¿Qué es la vigorexia? Síntomas para reconocerla

Uno de los trastornos mentales relacionados con la salud y el aspecto físico del que se habla con frecuencia es la vigorexia. Sin embargo, resulta relativamente sencillo que se relativice su importancia y que se hable de que tal o cual persona es vigoréxica como si se tratara de un simple rasgo de personalidad.

Pero estamos frente a un serio problema de salud que es necesario resolver. Para conocerlo adecuadamente, te explicamos en esta ocasión qué es la vigorexia, también conocida como dismorfia muscular, y cuáles son los síntomas para reconocerla, con el fin de que puedas tomar medidas.

Qué es la vigorexia

Hombre
Hombre levantando pesas/Foto: Unsplash

La vigorexia o dismorfia muscular es un trastorno mental por el cual quien lo padece se obsesiona con su aspecto físico hasta tal punto que cambia su conducta alimentaria y sus hábitos de vida para alcanzar una imagen que tiene en su cabeza y que jamás sentirá que alcanzará.

De hecho, alguien con este problema jamás se va a ver lo suficientemente musculado ni en forma y seguirá aumentando sus entrenamientos, además de modificar su forma de vida, al tiempo que abandona sus relaciones sociales y descuida las laborales.

Como suele suceder en todo este tipo de problemas mentales, hablamos de una enfermedad que se va desarrollando de manera paulatina, por lo que cuanto antes se detecte para solventar el problema será mucho mejor y las consecuencias que provoca menos graves.

Personas vigoréxicas

Las personas vigoréxicas nunca se ven lo suficientemente musculadas, de manera que todo lo que hacen es con la finalidad de aumentar el volumen de sus músculos y cambiar su aspecto físico. Por ese motivo se pasan horas entrenando en máquinas y levantando pesas, y adoptan hábitos alimenticios como comer cantidades exageradas de carbohidratos y proteínas. Llegado el momento, también terminan consumiendo sustancias nocivas como esteroides anabolizantes.

Este trastorno mental suele aparecer con mayor frecuencia en hombres de entre 18 y 35 años, aunque también se da en mujeres y en otras horquillas de edad. En uno u otro caso, suele subyacer un gran complejo de inferioridad.

La gravedad de la dismorfia corporal implica que tendrá más fácil solución con los tratamientos a seguir pautados por el especialista según cuándo se comience a administrarlos, la asunción del paciente del problema que padece, el apoyo de su entorno para superarlo y la presencia de otros problemas emocionales que pueden haber sido uno de los desencadenantes de la vigorexia. En el peor de los casos, si no se aborda de la manera adecuada, la enfermedad llegará a cronificarse.

Síntomas de la vigorexia

mujer con pesas
Mujer cogiendo pesas/Foto: Unsplash

Los síntomas de una persona con vigorexia, más allá de los cambios en la alimentación y el consumo de sustancias, se reflejan en los nuevos hábitos que va adquiriendo, como estar todo el día mirándose constantemente en el espejo, comparar el cuerpo con el de otras personas, tener problemas de estrés y ansiedad si se salta algún entrenamiento o comida, convertir la práctica de ejercicio en el centro de la vida, seguir haciendo ejercicio ignorando las lesiones físicas y la obsesión por ingerir cierta dosis diaria de proteínas.

En el supuesto de estar tomando sustancias anabolizantes o esteroides anabólicos aparecen otros síntomas como caída del cabello, presión arterial alta, problemas de impotencia, infertilidad, depresión, estados de irritabilidad, acnés, daño renal y problemas de hígado y del corazón. Incluso pueden llegar a desencadenar una adicción. De tal modo, este trastorno mental puede desencadenar enfermedades físicas muy graves.

Tratamientos para la dismorfia muscular

Según la gravedad de la dismorfia muscular, el especialista prescribirá determinado tratamiento. En los casos leves, el mejor momento para afrontarla, hay que acudir al psicólogo, quien te ayudará a superar tu problema por medio de terapia cognitiva conductual. En casos más graves, esta puede ir acompañada de antidepresivos.

Prevención de la vigorexia

Hombre
Hombre en gimnasio/Foto: Unsplash

La práctica de deporte de forma moderada y el evitar una vida sedentaria resulta fundamental para nuestra salud, pero hay que adoptar una serie de prevenciones para no caer en trastornos como la vigorexia u otro tipo de obsesiones por nuestro aspecto físico.


Para el caso de que realices algún programa de ejercicios, es recomendable que esté supervisado por un entrenador profesional y que, con frecuencia, vayas al médico para realizar exámenes físicos y revisiones del estado de salud.

Cuando practiques ejercicio debes parar en el momento en que sientas dolor muscular o fatiga excesiva, y tienes que evitar tener pensamientos obsesivos sobre tu aspecto físico. No olvides cuidar tu mente tanto como tu cuerpo.

Pese a todo ello, si crees que tú o alguno de tus seres queridos puede padecer este problema, no dudes en consultar a tu médico de cabecera y solicitar el apoyo de un psicólogo o terapeuta para solventarlo antes de que la situación empeore. Quiérete bien y cuida tu cuerpo como se merece.



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