“La filosofía está muerta“, llegó a decir Stephen Hawking, “porque los filósofos no se han mantenido al día de los avances modernos de la ciencia, en particular de la física”. Pero la filosofía es al conocimiento lo que el rock a la música, que lleva décadas muerto, pero sigue haciendo retumbar la tierra desde su tumba. De hecho, todavía hoy pueden oírse los punteos de Unamuno o Nietzsche…
A continuación, os recomendamos seis filósofos “desesperados por encontrar su lugar en el mundo” y que, mientras apuran el último hálito de sus (filosóficas) vidas, nos explican nuestra sociedad actual.
Christine Korsgaard (Chicago, 1952)
La filósofa estadounidense vuelve a Kant para asegurar que si el deber no debe ser una ilusión vacía y un concepto quimérico, entonces debemos establecer que nuestras voluntades están gobernadas por este principio, derivado del imperativo categórico, conocido por todos, “nunca debo actuar excepto de tal manera que también pueda querer que mi máxima se convierta en una ley universal”.
Christine Korsgaard, profesora en Harvard durante tres décadas, es una de las grandes estudiosas de la filosofía moral kantiana, presentando las ideas sobre los fundamentos de la obligación en la filosofía moral moderna en su libro The Sources of Normativity.
Maria Baghramian (Teherán, 1954)
Junto al astrofísico Luke Drury, la filósofa del University College de Dublín fue la investigadora principal del proyecto sobre el desacuerdo de los expertos When Experts Disagree que analiza la posverdad y la pérdida de fe en los expertos, criticando el relativismo: “El relativismo es un marco conceptual maleable que puede llevar al quietismo y a la inacción, pero también tiene el potencial de ser utilizado con fines autoritarios y regresivos”.
En este sentido, prefiere el falibilismo al escepticismo señalando que “la gente no puede alcanzar el conocimiento absoluto, punto” pero “admitir nuestra falibilidad no significa insistir en que nunca podremos saber, como hacen los escépticos (…) porque el escepticismo nos condena al silencio”.
Y sobre la sobredosis de información que narcotiza el conocimiento, señala que “cada uno de nosotros tiene ahora acceso a fuentes de información que coinciden bastante con nuestros prejuicios previos y, por lo tanto, no los cuestionamos (…) el problema, más bien, está en nuestra incapacidad de disponer de herramientas epistémicas adecuadas para distinguir entre información buena y «falsa» o engañosa”.
Slavoj Žižek (1949, Liubliana)
Al parece dice ChatGPT que el filósofo más influyente de la actualidad es este esloveno que agradece el honor así: “los chatbots son máquinas de perversión y oscurecen el inconsciente más que cualquier otra cosa” definiendo el inconsciente digital como “un inconsciente sin responsabilidad, y que representa una amenaza a los vínculos sociales. Un sujeto no está implicado existencialmente en su comunicación, ya que esta la realiza la IA y no el propio sujeto”.
Aunque Žižek también dice que “la humanidad está bien, pero el 99% de la gente son unos idiotas aburridos“, frase que tiene hasta camiseta. ¿Será que faltan más filósofos como él que digan “estoy dispuesto a vender a mi madre como esclava sólo para follarte para siempre” o que señalan como “la izquierda woke defiende la aceptación de todas las identidades sexuales y étnicas salvo una: la del hetero occidental”?
Kwame Anthony Appiah (Londres, 1954)
Reconocido por la publicación francesa Le Nouveau Magazine Littéraire como uno de los diez filósofos más influyentes del mundo (junto a Zizek, por supuesto), Kwame Anthony Appiah se ha convertido en una figura muy popular desde su columna en el New York Times en la que resuelve dilemas éticas que los lectores envían.
En vez de preguntar a ChatGPT o a TikTok, preguntemos a Appiah: ¿un nicho de mercado (resolver dilemas) para los filósofos que “no encuentran su sitio” entre tanto científico?
Al margen de su popular columna, el filósofo de origen ghanés ha escrito libros como Las mentiras que nos unen, un libro que aborda la “guerra de identidades” en la que nos hallamos inmersos, asumiendo que “la afirmación de una identidad se produce siempre por contraste u oposición” (soy esto porque no soy como tú) pero recordando también que hay una “identidad” que nos une a todos, la humana.
Enrique Dussel (Mendoza, 1934 – Ciudad de México, 2023)
Su gran contribución a la filosofía contemporánea fue la filosofía de la liberación que se configura como, según se señala en este artículo, “un diseño metodológico adecuado a la condición de alteridad latinoamericana”.
Y es que Dussel alertó sobre el lado oscuro de la modernidad que ha sido, a su juicio, construida a través una filosofía “colonial”, señalando que la modernidad no empezó con el ego cogito de Descartes sino con el ego conquiro de Hernán Cortés, por lo que abogaba por pensar fuera del “proyecto europeo”.
Byung-Chul Han (Seúl, 1959)
Ya nos hemos referido a este filósofo coreano a la hora de hablar sobre el papel determinante de la tecnología en nuestra sociedad. Y es que Byung-Chul Han se ha convertido en uno de los pensadores más citados de nuestro tiempo, gracias a obras como El espíritu de la esperanza, que acaba de publicar.
Para Byung-Chul, la sociedad actual ya no es la suma de “sujetos de obediencia” sino “sujetos de logros”, un sujeto entregado “al consumo voraz que hace imposible cerrar los ojos” que usa el like como “el amén digital” y cuyo mayor peligro no son las bacterias ni los virus, sino las neuronas con enfermedades neurológicas como la depresión que marcan “el panorama de la patología del siglo XXI”, porque hoy en día somos “trabajadores que se autoexplotan en sus propias empresas: las personas ahora son amo y esclavo al mismo tiempo”.
No son significativas las respuestas de estos filósofos.
Son descriptivas, y varias son sólo historias de la filosofía.
Ninguna propone respuestas al control físico y mental al que se somete al mundo contemporáneo.
Falta la propuesta, el ¿qué hacer? frente a, la ya evidente, destrucción de la condición humana.
No se han fijado estos filósofos, sino en aspectos ya superficiales de los procedimientos y resultados del sistema económico global, que sólo tiene matices.
No se ve ninguna propuesta para subvertir radicalmente la base de la ideología filosófica que marca el derrotero del gran poder universal.
Las propuestas filosóficas de Nietzsche y de Hegel,con Marx incluído, son las únicas que persisten.
La propuesta y consiguiente práctica, es la supremacía tecnológica impuesta por una élite solamente económica, que no tiene consciencia de lo que debe ser una suprahumanidad.
Las consecuencias tienen destino de catástrofe, y destrucción de una gran parte de la humanidad, y deterioro del sentido divino de la humanidad.
Sentido divino que no tiene relación con ningún Dios de la religión.
Coincido con un todos, pero hay una realidad abrupta a porque la modernidad es así.
Se ha dejado de leer, se ha dejado de reflexionar, se interesa por el hoy y por el propio beneficio. Y obviamente, si seguí creando o cultivando este tipo de cerebro ( avaricioso, materialista, oportunista) vamos directo a la extinción de la humanidad.
No nos importará, que les pase a nuestros padres, hermanos/as a ningún participante de nuestra familia con tal de sasear nuestro deseos.
El que te piso la cabeza, te apuñaló por detrás, estará de moda.
De hecho, siempre lo estuvo.
Pero, acaso para que se sigue años de carrera. Para ver cómo nos estamos matando? No tiene sentido. No existe futuro sin un presente ordenado.
Me parece vergonzoso que el misógino neoliberal de Slavoj Žižek aparezca en el listado. Y ya puestos, el artículo podría llamarse “filósofos y una filósofa”.
Empezar el texto con esa cita de Hawkins, muy desafortunada teniendo en cuenta que fue coetáneo de filósofos, antropólogos y sociólogos como Chomsky, Butler, hooks, de Lauretis, Wittig… Y que la revolución negra está llega de grandes filósofos, igual que tenemos en la península en forma de grandes poetas, ensayistas, escritores (no solamente Unamuno), pensadores y en especial, periodistas y fotógrafos de guerra.
Si queréis un punto de filosofía “nueva”, recomiendo a Remedios Zafra, que desde lo ciberpunk y lo transhumanista habla de la evolución de la concepción del ser, la necesidad de mutar de las personas, de avatares, de espacios virtuales… Sobre inmersion en estos espacios no-naturales o no tangibles, la ludología lleva unos añitos estudiando, en especial Murray y su teoría de la inmersión narratologica y ludológica.
Tal vez la pregunta es: ¿por qué no hay espacio para estos pensadores en los medios, tanto públicos como privados?
No me parece que algunos filósofos que exponen sus ideas aquí lo sean de verdad, es más una falsificación de ella expuesta a ser pervertida.
Totalmente de acuerdo. Todo muy simple y superficial. Todos podemos describir nuestro entorno, pero eso no nos hace filósofos
propositivos.
Se malinterpreta demasiado a menudo la frase de Stephen Hawking a la que le falta todo el contexto, en esta frase lo que se delimita es que los filósofos como buscadores de una explicación al universo están caducos, y no puedo estar más de acuerdo, les falta una tremenda base científica a la mayor parte de ellos y sin ella sus aportaciones a este respecto son estériles y fantasiosas.
Ahora, la filosofía aplicada a la humanidad, y más allá de esto a nuestra forma de comportarnos socialmente está viva y coleando en el día a día, y es muy necesaria en un contexto en el que la ciencia lo tiene más complicado. Es más fácil entender conceptos de astrofísica que entender la estupida o brillante naturaleza humana.