miércoles. 24.04.2024

La llegada del verano supone una alegría y un problema a partes iguales. Alegría porque por fin llegan las vacaciones más esperadas del año y problema especialmente para los padres, que se ven en la encrucijada más conocida del periodo estival: ¿Qué hago con los niños? Ante el auge de las nuevas tecnologías, los más pequeños cada vez se decantan más por pasar las horas muertas jugando en las consolas correspondientes, complicando más si cabe la tarea de realizar actividades en familia sin que nadie se aburra por el camino.

Ante esta situación, ‘la Tierruca’ siempre ha estado un paso al frente, proporcionando todo tipo de planes originales que ni los más sedentarios podrán rechazar. Desde rutas por algunos de los Parques Naturales más famosos del lugar hasta visitas a un trozo de la prehistoria mediante cuevas declaradas Patrimonio de la Humanidad, pasando por desfiles únicos y representaciones históricas, la zona oriental abre los brazos a todos aquellos viajeros que quieran adentrarse en ella.

Yacimiento arqueológico de Flaviobriga
Yacimiento arqueológico de Flavióbriga

La primera parada llegando desde el este es, sin duda, Castro Urdiales. El tercer municipio más poblado de la región ya fue habitado por los romanos hace dos milenios y las huellas de tal asentamiento han llegado hasta nuestros días. Hablamos del yacimiento arqueológico de Flavióbriga, protegido desde 1996 y situado bajo el casco antiguo de la villa, a unos dos metros de profundidad. Creada a partir del asentamiento indígena prerromano de Portus Amanum o Samanum, fue uno de los principales puertos en la ruta marítima comercial entre el norte de Hispania y la Galia y la única colonia romana de toda la fachada cantábrica de la península ibérica. Aunque parte de la colección de restos que lo formaban se hallan en el Museo Regional de Arqueología y Prehistoria de Santander, es posible visitar el lugar de forma gratuita en el centro de interpretación y cuenta, además con una aplicación que reconstruye virtualmente la zona. Una actividad diferente que gustara tanto a mayores como a pequeños.

Cueva de Cullalvera, Ramales
Cueva de Cullalvera, Ramales

Y, puestos a conocer la forma de vida de nuestros ancestros, ¿por qué no visitar sus “casas”? Sí, estamos hablando de las cuevas habitadas por el ser humano desde hace más de 25.000 años esparcidas por todo el Parque Natural de los Collados del Asón, la mayor red de cuevas de Cantabria y una de las redes subterráneas más grandes de Europa, con una profundidad que alcanza los 600 m. En este contexto, la actividad a realizar no puede ser otra más que el conocido Camino de las Cuevas, una ruta que recorre el tramo mejor conservado del antiguo camino real Laredo-Burgos pasando junto a las cavidades más famosas de la zona cercanas a Ramales de la Victoria, como Cullalvera y Covalanas, ambas visitables. El camino es sencillo y corto, menos de tres kilómetros, perfecta para los más pequeños, que podrán disfrutar de un entrono sin igual declarado Patrimonio de la Humanidad.

Cascada del Asón
Cascada del Asón

No es posible abandonar la zona sin realizar la ruta por excelencia del Parque Natural: el nacimiento del río Asón. Modelado por la acción glaciar, este macizo cuenta con una amplia variedad de ecosistemas con gran diversidad tanto de flora, con hayedos, robledales y abedulares, como de fauna, con numerosos mamíferos, aves, reptiles y anfibios. A pesar de ser uno de los grandes desconocidos para los turistas, en los últimos años ha ganado cierta fama, siendo una ruta diga de mención en todos los panfletos turísticos por su gran belleza y fácil acceso (siete kilómetros en total ida y vuelta con un desnivel máximo de 200 metros y sin grandes dificultades). Al final del camino se encuentra el salto de agua más alto de la región, con 70 metros, una experiencia que los niños no podrán olvidar.

Volviendo a la costa, es necesario parar en Laredo. La capital de la Costa Oriental cuenta con una de las celebraciones más famosas de la región: la Batalla de Flores. Una fiesta de Interés Turístico Nacional celebrada el último viernes de agosto en el que las grandes protagonistas son las espectaculares carrozas hechas a base de flores. La idea surgió en 1908 y se ha vuelto una imprescindible del verano cántabro. Los carrocistas trabajan durante 10 meses para realizar sus espectaculares creaciones utilizando millones de flores, resultando una experiencia única.

Esta celebración se lleva a cabo desde 1999
Representación del Desembarco de Carlos V

Asimismo, la villa pejina cuenta con otras jornadas imperdibles que disfrutan tanto mayores como pequeños con los que retroceder hasta los primeros años de la Edad Moderna: el Desembarco de Carlos V. La fiesta se organiza a finales de septiembre y consta de numerosas actividades, siendo la más esperada la representación en la playa de La Salvé de la llegada del monarca en su camino hacia el Monasterio de Yuste (Cáceres), lugar donde perecería. La escena es presenciada por más de 5.000 personas cada año desde unas gradas habilitadas por el Ayuntamiento y, tras ella, la localidad se engalana con un mercado renacentista y una cena medieval en el túnel de la Soledad.

Faro del caballo
Faro del caballo

Cruzando la bahía, se llega a la localidad vecina, conocida por ser la cuna de las anchoas: Santoña. La patrona de las Siete Villas cuenta con uno de los enclaves más conocidos de ‘la Tierruca’ a la que cada año se acercan miles de personas. Evidentemente estamos hablando del archiconocido Faro del Caballo. La ruta hasta este lugar, situado en las faldas de uno de los acantilados del Monte Buciero, es un imprescindible que nadie quiere perderse. No obstante, hay que informarse debidamente antes de su realización, pues tras un largo recorrido de hora y media a través de la montaña, la bajada hasta el faro cuenta con más de 700 escalones irregulares, aunque las vistas una vez llegado al destino bien lo merecen. Sin embargo, para los más perezosos existe una alternativa: llegar a través de una excursión en barco, una opción que, gracias a su amenidad, hará disfrutar a toda la familia.

Además de sus rutas naturales, la capital trasmerana también ofrece una de las actividades más buscadas de la región: la visita a una fábrica conservera. Una experiencia irrepetible para apreciar de primera mano la elaboración de uno de los manjares más internacionales de Cantabria.

Ecoparque-de-Trasmiera
Ecoparque de Trasmiera

Por último, es digno de mención la visita al Ecoparque de Trasmiera, en el municipio de Arnuero. Se trata de un museo a cielo abierto que consta de cuatro centros, siendo los más conocidos el observatorio de arte y el molino de mareas de Santa Olaja. ¡Atención! Si quieres visitarlo deberás pedir cita, pues depende de las mareas. Además, hay diferentes rutas para realizar que incluyen tanto el monte de El Cincho como las playas de Isla.

 

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