Otra forma de peregrinar a Santiago, la desconocida Ruta de la Lana en su travesía por Albacete y Cuenca

Un recorrido poco transitado en el Camino de Levante, siguiendo el recorrido empleado antaño por esquiladores de La Mancha para llevar su mercancía a otros puntos de la península.
Alcalá del Júcar es una de las localidades de paso de la Ruta de la Lana en su camino hacia Santiago. - AYTO. ALCALÁ DEL JÚCAR
photo_camera Alcalá del Júcar es una de las localidades de paso de la Ruta de la Lana en su camino hacia Santiago. - AYTO. ALCALÁ DEL JÚCAR

TOLEDO.- Castilla-La Mancha ofrece multitud de posibilidades a la hora de planear una ruta, puede ser desde el punto de vista patrimonial, cultural, gastronómico, natural, siguiendo las huellas de personajes históricos o, como en este caso, recorriendo los lugares que ofrece en dos provincias en concreto, Albacete y Cuenca, la Ruta de la Lana que lleva a Santiago de Compostela desde el Levante.

Ruta jacobea que toma el nombre del conjunto de vías utilizadas por pastores de ovejas y esquiladores para llevar hacia Burgos, desde tierras manchegas, su mercancía y distribuirla desde allí a otros lugares de la península.

Los peregrinos a la ciudad del apóstol pasaban por lugares emblemáticos de la provincia albaceteña que se pueden recorrer en uno o dos días como Almansa, donde conocer su castillo ubicado en el Cerro del Águila, la iglesia de la Asunción, palacios como la Casa Grande o el palacio de los condes de Cirat y la fachada del convento de las agustinas.

De Almansa, el visitante puede trasladarse hasta Alpera y descubrir un centenar de representaciones de arte rupestre de la que es su máximo exponente, la Cueva de la Vieja, cuyas manifestaciones artísticas están incluidas en el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998. Junto a ellas se puede visitar su casco urbano en el que se encuentra su templo barroco de la iglesia de santa Marina o la Casa Grande, palacio de los Verasategui, antiguos señores del municipio. A las afueras del casco urbano, encontramos un pozo de nieve del siglo XVIII, declarado Bien de Interés Cultural y representativo del patrimonio arqueológico industrial de la región.

También en la provincia de Albacete, en el marco de la Ruta de la Lana, se encuentra una famosa localidad entre la roca y el río, Alcalá del Júcar, coronada por su castillo, ejemplo de arquitectura islámica, y en cuyo casco urbano hay reminiscencias de su pasado árabe, singulares rincones y numerosas cuevas excavadas en la roca entre las que destaca la Cueva del Diablo que en la actualidad acoge un bar.

Casas Ibáñez, con su iglesia de san Juan Bautista, su torre, su Cristo de marfil del siglo XVIII y la capilla rococó; y las Bodegas del popular futbolista Andrés Iniesta en Fuentealbilla que muestran la elaboración y viñedos de la Denominación de Origen Manchuela e invita a probar sus mejores caldos, son otras de las dos paradas obligadas por la provincia de Albacete en esta Ruta de la Lana.

En el tramo de la ruta que afecta a la provincia de Cuenca, los visitantes que quieran seguir los pasos de los peregrinos tienen la oportunidad de parar en Campillo de Altobuey, municipio por el que poder pasear por su plaza mayor y pasar frente al antiguo Hospital del Santo Cristo, que tuvo gran protagonismo durante los años de apogeo de la Ruta de la Lana, así como ver el convento de Nuestra Señora de la Loma y las cuatro ermitas que rodean la población.

El recorrido por la provincia conquense lleva a Motilla del Palancar, un municipio que transporta al visitante al siglo XVII con sus casas de época alrededor de su vía principal, El Riato, que desemboca en el río; además de poder conocer la iglesia de san Gil y la Casa de los Luján.

Otra parada en el camino puede ser Almodóvar del Pinar, que conserva en sus calles el trazado del campamento romano de antaño y en su plaza mayor se encuentran dos torres que son restos de la fortaleza árabe, así como las iglesias de la Asunción y la de san Vicente Ferrer.

La ruta continúa por Monteagudo de las Salinas, las cuales se conservan como ejemplo de arqueología industrial y con uso hasta el siglo XX y cuenta también con un castillo que ofrece espectaculares vistas de la Serranía de Cuenca; y Carboneras de Guadazaón, con la iglesia de santo Domingo de Silos erigida sobre el antiguo castillo de Aliaga.

La propuesta para recorrer la provincia de Cuenca continúa por Chillarón de Cuenca, donde está el Museo Etnográfico y de Arqueología Industrial; por Torralba, cuya seña de identidad son sus más de doscientas cuevas del vino que han pasado de padres a hijos, aunque también se puede visitar el olmo centenario, su plaza mayor y la ermita de Nuestra Señora de las Nieves.

Albalate de las Nogueras, fundado por los bereberes y con un conjunto urbano de origen medieval, goza de fachadas barrocas y renacentistas y trazados góticos y románicos, y la iglesia románica de la Asunción; y Priego ofrece al visitante el Museo de Artes Populares y Costumbres y el palacio de los condes de Priego o las casas de la Inquisición.

El final de la Ruta de la Lana en esta provincia no puede sino acabar en Cuenca capital, ciudad Patrimonio de la Humanidad con sus famosas casas colgadas, puentes, la Catedral y sus barrios donde poder disfrutar de rincones gastronómicos donde reponer fuerzas al concluir esta ruta.

Desde allí los pasos del peregrino o de quienes quieren seguir el recorrido hacia Santiago, se encaminarán hacia otra provincia castellanomanchega, Guadalajara, por la que continúa la Ruta de la Lana rumbo a Soria y Burgos enlazando allí con el Camino francés.

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