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Juicio asesinato machista El acusado de asesinar a su exmujer con 40 puñaladas afirma que fue ella quién se mató

El público, la defensa y el jurado popular asisten atónitos a la increíble versión de Manuel Rodríguez en el audiencia que lo juzga por el asesinato de su exmujer. En 2015, acusado de malos tratos y saltándose una orden de alojamiento, le asestó  40 puñaladas y la arrojó por el balcón. En su defensa afirma que fue ella quien se mató.

Manuel R.M., acusado de asesinar a su exmujer, María del Castillo Vargas. /EFE

Público / Agencias

Según las acusaciones, Manuel Rodríguez entró por la ventana de la casa de su exmujer, pese a tener una orden de alejamiento por denuncias previas de maltrato, "con intención de acabar con su vida", le asestó 40 puñaladas y estando aún viva la tiró por la ventana "con alevosía y ensañamiento". Los hechos sucedieron el 9 de diciembre de 2015 a las 4:30 de la madrugada.

Desde este jueves, este vecino de El Cuervo, Sevilla, se sienta en el banquillo acusado de asesinato, allanamiento de morada, quebrantamiento de condena y malos tratos. El público que abarrotaba la sala de la Audiencia, así como la acusación y el jurado popular que lo juzga escucharon el increíble relato del acusado en su defensa.

Según Rodríguez, que sólo respondió a las preguntas de su abogada, fue ella quién lo citó en la casa, pero al no abrir la puerta decidió escalar por la fachada del edificio y entrar en la vivienda por una ventana. Su exmujer, según sus palabras, estaba despierta, cogió el móvil y se fue a la cocina donde lo amenazó con un cuchillo. "Los dos forcejeamos" y en un momento "ella se fue al balcón y allí me la encontré en el suelo".

 El acusado -del que la mujer se había separado tres meses antes y con una condena previa por malos tratos- ha negado haberla apuñalado expresamente y sólo ha admitido que ambos forcejearon y él movió un cuchillo con el que ella "sí se dio en el cuello".

La fiscal pidió entonces que se leyera su declaración realizada por el acusado en la instrucción del caso, al encontrar grandes contradicciones con las que Rodríguez relataba en el juicio, versión que el acusado negó haber realizado. 
Los policías locales han declarado que Manuel R.M. llegó "ensangrentado", "tranquilo" y sin síntomas de embriaguez o drogadicción -dio positivo por cocaína-. Les contó que "había tenido una pelea con su mujer", y al preguntarle por ella les dijo "no una, varias veces" que estaba "bien, en casa de su madre".

Sí les aseguró que su mujer "era muy chula, que le estaba restregando a otro tío por la cara y que él no estaba hecho para aguantar eso". "No he hecho nada, pero algún día lo voy a tener que hacer", añadió. Aunque en ningún momento les confesó el crimen, a uno de ellos le dijo: "A mí me van a caer 15 años pero me he quitado un problema de en medio".

La hermana de la víctima, Juana, ha dicho que el acusado la trataba "como una mierda" pues "le robaba, le ponía los cuernos, se iba de putas y de borrachera", la tenía "dominada" y siempre "ha vivido de nuestra familia y mira cómo nos lo ha pagado".

También ha declarado un joven con el que la víctima estaba iniciando una relación, quien ha dicho que ella "tenía miedo" de su exmarido, pues la vigilaba -algo corroborado por sus compañeras del bar.

La fiscal, la familia y la acusación popular de la Junta piden entre 31 y 33 años de prisión por asesinato, malos tratos habituales, allanamiento de morada y quebrantamiento de una orden de alejamiento, así como indemnizar a los dos hijos menores de la pareja, que en el momento del asesinato tenían once y siete años.

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