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Afrodescendientes "Para ser negra estás muy gorda": la doble batalla de las mujeres afrodescendientes en España contra la discriminación

El afrofeminismo celebra hoy, 25 de Julio, el Día internacional de la mujer afrodescendiente en medio de la invisibilización política y social que continúa azotando al colectivo. 

Mujer afrodescendiente. EFE
Mujer afrodescendiente. EFE

Cuando Shaira, de 28 años, conoce gente nueva la primera pregunta aparece como un resorte: ¿De dónde eres? Al principio, esa cuestión, en apariencia inocente, le intimidaba: "Me recordaba inmediatamente que, aunque soy española de nacimiento, para algunas personas perteneceré siempre a otro lugar".

Shaira es gaditana. Nació en Cádiz después de que sus padres llegasen a España a finales de los años ochenta para trabajar. Cuando nació Ayo, su hermano menor, toda la familia se trasladó a Madrid, donde residen desde entonces. "No reniego para nada de mis raíces, estoy orgullosa de ellas y de todo el esfuerzo que tuvieron que hacer mis padres para venir a España en busca de una vida mejor, pero soy española, nací aquí, me crié y me eduque aquí. Tampoco puedo negar eso".

Ahora Shaira ya no se siente amedrentada por la pregunta. "Soy de Cai, pisha", responde con humor a todo el que cuestiona su origen. "Eso sí, tengo que enseñarles el DNI para que sepan que es cierto porque nadie me cree".

Para dar visibilidad a personas como Shaira, se celebra cada 25 de Julio el Día internacional de la mujer afrodescendiente, también conocido en algunos países como el Día de la mujer afrolatina, afrocaribeña y de la diáspora. Desde 1992, este particular 8-M se encarga de denunciar las innumerables situaciones de discriminación sexual y racismo a las que se enfrentan las mujeres negras diariamente.

Desde que se celebrase el primer congreso en República Dominicana, donde más de 400 mujeres latinas afrolatinas reivindicaron un trato igualitario, el movimiento se ha reforzado gracias a la coordinación de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, que se muestra desde entonces, tal y como ellas mismas se definen, "como un espacio de articulación y empoderamiento de las mujeres afrodescendientes para la construcción y reconocimiento de sociedades democráticas, equitativas, justas, multiculturales, libres de racismo, de discriminación racial, sexismo y de exclusión, y promoción de la interculturalidad".

Invisibilizadas en España

En España, actualmente hay dos millones de afrodescendientes españoles según los datos del Alto Consejo de la Comunidad Negra en España (ACCNE), a pesar de lo cual apenas gozan de una escasa representación tanto pública como institucional.

Desde dicha organización internacional reconocen que aún queda camino por recorrer para la comunidad negra y especialmente para las mujeres afrodescendientes. Por ello, mantienen abiertas distintas instancias para que el Gobierno reconozca a dicha comunidad como una minoría étnica a través de las cuales se puedan articular medidas de lucha contra el racismo y la desigualdad. Asimismo, la ACCNE ha incluido medidas de reestructuración del sistema electoral, como la inclusión de una circunscripción especial, para aumentar la representatividad de todo el colectivo y su participación e inclusión en la vida democrática, así como del sistema educativo.

Kesiah también nació en España hace 29 años pero antes de cumplir los quince se trasladó a París. "En Madrid sufrí las mismas discriminaciones en el colegio y en el instituto. Siempre piensas que las cosas cambiarán, que solo es cuestión de tiempo". Pero el cambio de etapa educativa y de centro no mejoró la situación: "En el instituto utilizaban apelativos como negrita para referirse a mi color de mi piel [Kesiah es mulata] y todos los días encontraba grupos de alumnos murmurando en los pasillos y mirándome de reojo. Alguna vez he llegado a escuchar que para ser negra estoy muy gorda, como si tu corpulencia dependiera del color de piel o algo así", explica Kesiah.

La joven vive ahora en Francia junto a su madre. "Terminé aquí mis estudios y me gradué en Historia y en Español. Ahora trabajo como profesora en una academia y nadie me ha vuelto a insultar". Preguntada sobre si considera que España sea un país racista, Kesiah asegura que solo puede hablar de su experiencia: "Lo que yo viví en la escuela fue racismo, sin medias tintas. Es cierto que la cultura de la tolerancia está mucho más asentada en Francia que en España, pero no creo que España sea racista. Sí pienso, sin embargo, que le queda un largo camino que recorrer en protección de las minorías y especialmente de la negra a la que siempre asocia con pateras".

La resilencia contra los estereotipos

Para conmemorar esta jornada, el Movimiento por la Paz (MPDL) de la Comunidad Valenciana ha elaborado un vídeo reivindicativo en el que cuatro mujeres afrodescendientes explican su situación y las experiencias sexistas y racistas que atraviesan diariamente.

La pieza audiovisual, impulsada por el Ayuntamiento de València y financiada por la Conselleria de Participació, Transparència, Cooperació i Qualitat Democràtica de la Generalitat Valenciana, muestra, no solo la realidad de precariedad laboral que atraviesan estas mujeres y que se ha acentuado con la pandemia, sino la fortaleza y la capacidad de resilencia que demuestran estas mujeres. 

En estos meses en los que el movimiento antirracista ha sumado centenares de olas de protestas en todo el mundo, las mujeres negras afrontan su doble discriminación apelando a la construcción de un espacio y una voz propia con las que dotarse definitivamente de un futuro diferente.

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