APDHA contabiliza 16.898 migrantes muertos o desaparecidos mientras trataban de llegar a España desde 1988
"Lo venimos observando: siempre que la ruta canaria es mayoritaria tenemos más muertes. Las razones son lógicas. La ruta andaluza más corta son 14 millas, mientras que a Canarias son 100 millas: se multiplica por diez el riesgo", señala la APDHA.
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La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) ha contabilizado que 16.898 personas han desaparecido o han fallecido mientras trataban de llegar a España desde 1988. Los últimos cuatro años han sido los peores de la serie, según expusieron los responsables de la ONG en una rueda de prensa en Cádiz este miércoles.
"Hemos verificado que 2.789 personas a lo largo del pasado año [2023] murieron o desaparecieron para siempre cuando intentaban llegar a este país. Los datos no dejan lugar a ninguna duda. Durante los últimos cinco años, que coinciden con el gobierno en teoría más progresista de la historia de nuestro país, se ha producido la muerte de un total de 9.118 personas, lo que viene a suponer más de la mitad de las desapariciones y fallecimientos que se han producido en los últimos 36 años", asegura la APDHA.
"Es una cifra terrible y tenemos que considerar que es una cifra mínima. Por cada persona que se contabiliza, hay dos que no se cuentan. Solo contamos víctimas contrastadas", apuntó Diego Boza, coordinador de APDHA.
El aumento en las muertes y desapariciones, según manifestaron en la rueda de prensa el propio Boza, Ana Rosado, coordinadora del informe Frontera Sur, y María José Toché García, del departamento de migraciones de la ONG, está vinculado a los cambios en las rutas migratorias forzados por los controles y los acuerdos de España con Marruecos.
"Lo venimos observando: siempre que la ruta canaria es la mayoritaria tenemos más muertes. Las razones lógicas. La ruta andaluza más corta son 14 millas, mientras que a Canarias son 100 millas: se multiplica por diez el riesgo. Además, se navega no por el Mediterráneo, se hace por el océano Atlántico", señalaron los responsables de APDHA.
La inmensa mayoría de los muertos y desaparecidos en 2023 son hombres –nueve de cada diez– de origen subsahariano –ocho de cada diez–, según los datos que aporta la asociación en el informe.
Esta es la explicación que da la ONG: "Con el cierre de la ruta norte de Marruecos, se ha producido un traslado hacia otras rutas. Los subsaharianos son reconducidos a la ruta canaria, que es la peligrosa".
"Esto es fruto de políticas concretas, que están buscando la migración cero. Las políticas de migración cero son un fracaso. Las personas van a seguir queriendo llegar. Si no hay mecanismos seguros para las migraciones, seguirán poniendo en juego sus vidas y muriendo", manifestó Boza.
En el marco de la zona andaluza, se han producido 379 víctimas en 2023. Es más de las que registra la serie histórica que mantiene APDHA. "Esa intensificación de los controles provoca el uso de instrumentos más peligrosos para cruzar el mar y la entrega a organizaciones más nocivas y hacer camino por rutas cada vez más complejas. Este último año han llegado más personas a Murcia y Balears que a la provincia de Cádiz. Eso se explica por la intensificación en el control, que no controla nada, solo reconduce", afirmó Boza.
Derechos humanos
Rosado lamentó que la experiencia acumulada "no ha servido para implementar un sistema de acogida digno y respetuoso con los derechos humanos, dotado con suficientes recursos profesionales y materiales". Rosado precisó que "con la excusa de la emergencia, las autoridades ponen en marcha medidas que en la mayoría de los casos vulneran los derechos de las personas que se han jugado la vida con
la esperanza de llegar a un lugar seguro".
Toché García mostró preocupación por "el auge de los discursos racistas y xenófobos, así como por las políticas de externalización de fronteras que la Unión Europea acuerda con países cuyos gobiernos son poco democráticos y vulneran sistemáticamente los derechos humanos".
"Pareciera que ejercer el artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que reconoce a todas las personas el derecho a migrar, a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio del Estado en el que deseen desarrollar sus experiencias vitales, fuese un crimen", remacha la APDHA.
Aquellas muertes pesaban sobre la conciencia de una sociedad , ahora no existe la misma consternación social
La ONG deja también esta reflexión: "En 1988 apenas se contabilizaba la muerte o desaparición de 19 personas. Un año más tarde la cifra ascendía ya hasta las 36. En 1990 y 1991 la cantidad de personas fallecidas y desaparecidas se elevaba ya respectivamente hasta 63 y 82. Aquellas muertes pesaban sobre la conciencia de una sociedad que era capaz de contemplar con espanto el drama que la falta de vías de migración legales y seguras suponía para miles de personas que abandonaban su tierra en busca de un futuro mejor. En 2023, sin embargo, no existe el mismo grado de consternación social, aún cuando se han batido todos los récords de fallecimientos y desapariciones en nuestra frontera sur".
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