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Barrionalismo "La lucha por la vivienda ha vehiculizado históricamente la lucha de clases"

El escritor Luis de la Cruz habla con 'Público' sobre su nuevo libro, 'Barrionalismo', y como se ha mercantilizado el espacio público en los últimos tiempos.

Luis de la Cruz, autor del libro 'Barrionalismo'

Fermín Grodira

Tras su obra Contra el running (Piedra Papel Libros, 2016), el autor Luis de la Cruz vuelve a sacar un libro. Es el turno de Barrionalismo (Decordel, 2018).

Si en aquella ocasión analizaba el fenómeno del runnnig y la ideología detrás de salir a correr solo en la ciudad capitalista postindustrial, ahora vuelve con una serie de ensayos cortos sobre la ciudad, la historia urbana, las clases sociales, el urbanismo y, efectivamente, los barrios.

Público ha entrevistado en una plaza de Tetuán a Luis de la Cruz, parte de un espacio público cada vez más mercantilizado y vacío de interacciones sociales, como denuncia el autor en el libro.

Parece una pregunta fácil pero ¿qué es un barrio?

Es casi imposible definirlo de manera técnica pero cuando hablas de barrio casi todo el mundo lo entiende. Es un concepto intuitivo porque remite a la proximidad y la vecindad. Los barrios que están en distritos ricos son barrios de manera administrativa pero la gente intuitivamente sabe que no se da vida de barrio, no hay esos nexos sociales tan ligados a la calle. No obstante, no estoy de acuerdo en excluir al centro cuando se habla de "los barrios". La vida de barrio en Madrid no pudo nacer en otro sitio que no fuese en el centro. Los barrios bajos siempre fueron Lavapiés, Malasaña, Chueca... La vida de barrio se puede dar en el centro y en la periferia.

¿Qué es el barrionalismo que da nombre al libro?

"Si el nacionalismo expresa una comunidad imaginada, el 'barrionalismo' vendría a ser una comunidad real"

Barrionalismo es una expresión informal que nace como reflejo de la palabra nacionalismo pero no tanto para discutir el concepto de nacionalismo sino para expresar cosas diferentes. Si el nacionalismo expresa una comunidad imaginada, el barrionalismo vendría a ser una comunidad real. No tienes que crear una comunidad en tu mente porque la vives diariamente.

Uno de los ejemplos clásicos de barrionalismo es Vallecas. ¿Por qué es tan característico este barrio de Madrid?

Una de las constantes de las periferias es que su densidad social característica se forma ante la adversidad, que la gente se asocia por necesidad. Vallecas es un buen ejemplo de esto. Quienes emigran a Madrid desbordan el ensanche urbanístico de Madrid y crean la ciudad ellos mismos, naciendo Vallecas pese a que existía un Vallecas histórico proveniente de un pueblo anterior. Con esa construcción del barrio se forjan lazos fuertes de solidaridad e identificación con Vallecas. En muchas zonas de Vallecas vuelve a ocurrir con una segunda oleada durante los años del desarrollismo franquista. De la necesidad crean la virtud y de la virtud nace el orgullo de lo que han conseguido.

¿Qué queda hoy del movimiento vecinal que se creó en aquellos años del tardofranquismo?

Sigue existiendo y sigue siendo importante. Se da una renovación coincidiendo con el 15-M con un asociacionismo más informal en las plazas y las asambleas que deviene en un nuevo auge de la sociabilidad política.

Ese nuevo movimiento vecinal del 15-M se enlaza con la lucha por la vivienda
Los grupos de vivienda son los que al dar respuestas a problemas reales y muy inmediatos dan respuesta a una crisis social y habitacional frente a asambleas del 15-M más filosóficas.

¿Qué diferencias hay entre criarse en el mismo barrio hoy y hace 40 años?

Todos los barrios están imbuidos de una carencia muy grande de la sociedad actual: el individualismo. La barrialidad, esos nexos sociales tan imbricados, está muy debilitada. Pese al descrédito de lo comunitario en que vivimos, aún sigue existiendo esa llama en los barrios más populares. Se ve mucho en los barrios con mucha inmigración: viven muy volcados hacia la calle, muchas veces por necesidad.

¿Te marca criarte en un barrio rico en vez de en un barrio pobre?

Claro, es fácil buscar estadísticas que dicen que la esperanza de vida de alguien que vive en Villaverde es más baja que la de la quien vive en el barrio Salamanca. Esas diferencias son obvias y obedecen a que hay una segregación interior en la ciudad. El primer gran crecimiento de Madrid, el Plan de Castro, se hace ya pensando en una segregación donde en el sur van a estar la industria y los barrios que albergan a estos trabajadores, y en lo que hoy es el barrio de Salamanca van a estar las casas para las élites y las clases medias. Ese plan de ensanche incluye una manera de recaudar los impuestos que también empuja a la segregación porque las mejoras de pavimentación y alumbrado se pagaba con lo que se recaudaba en cada barrio: los que vivían en el barrio de Salamanca pagaban más y había dinero para pavimentarlo y en los barrios pobres pagaban menos y revertía en menos servicios. Ocurre así hasta que en los años del movimiento vecinal el franquismo y la primera democracia asume que esa segregación social produce contestación política. Cuando tus vecinos son de tu misma clase y se enfrentan a los mismos problemas, se unen para luchar y toman conciencia de su situación. Llega un momento en que el urbanismo se iguala y hoy externamente el PAU de Vallecas [Plan de Actuación Urbanística o Ensanche de Vallecas] se parece mucho al de Montecarmelo aunque la clase social de los vecinos sea distinta. Ese urbanismo tiende a ser consensual, un urbanismo que es adecuado para fomentar la idea del clasemedianismo.

¿Qué es el 'clasemedianismo' que articula todo el libro?

El clasemedianismo es un término que denuncia que se está promoviendo socialmente la idea de que todos somos clase media, consiguiendo que una gran parte de la gente lo piense. Es una idea doble. Por un lado promueve que todos nos creamos de clase media y por otra parte casi todo se hace para la gente de "clase media": cuando un partido quiere captar votos se refiere a la clase media, cuando se habla de lo mal que se ha pasado con la crisis se menciona a la clase media cuando más han sufrido las clases populares. El clasemedianismo se observa cuando en los medios se habla de quien ha emigrado de España y los ejemplos siempre son universitarios que no podían acceder a un trabajo para el que habían estudiado cuando todavía hay gente que se va a hacer la vendimia a Francia.

¿Qué efecto tiene el 'clasemedianismo' en la lucha de clases?

Aborta la idea de que pueda haber una confrontación de clases porque no va a haber conflictos dentro de una misma clase social.

¿Cómo ha cambiado el capitalismo el urbanismo de las ciudad?

"Cuando hablo de 'ciudad capitalista' me refiero a una ciudad que se sigue construyendo a favor del individualismo y de la mercantilización de los espacios"

Es una pregunta complicada porque todas las ciudades que conocemos se han desarrollado bajo el capitalismo. Cuando hablo en el libro de "ciudad capitalista" me refiero a una ciudad que se sigue construyendo a favor del individualismo, de la mercantilización de los espacios, a favor del tránsito continuo... La ciudad capitalista del último tercio del siglo XIX y comienzos del XX es una ciudad segregada porque hay una serie de revueltas en el centro de las ciudades y hay una toma de conciencia de clase por las élites que se dan cuenta que no pueden seguir existiendo ciudades tan interclasistas. La ciudad capitalista es una ciudad segregada, que además coincide con el desarrollo del movimiento obrero hasta que tiende al interclasismo a partir de los años 70.

¿Influye esa segregación espacial en una toma de conciencia de clase?

Afecta mucho. La segregación la promueven las élites pero no esperaban esa respuesta porque se da a lo largo de los años. Si hay levantamientos del populacho al menos no le plantan la barricada en las puertas de sus casas.

¿Qué queda de los tiempos en que las revueltas urbanas y las barricadas eran más o menos habituales?

Revoluciones en España, como se tildaban muchas de aquellas revuelta de los siglos XIX y XX, no hay pero sí que hay esa contestación en la calle de vez en cuando y es curioso como se dan rasgos de los antiguos motines. La pulsión del motín sigue apareciendo de vez en cuando pero no he visto revueltas que se den en los PAU.

En Barrionalismo critica la historia hegemónica de las élites y promueve una historia social de las clases bajas. Frente a la conservación de los edificios de las clases dominantes, cuenta cómo se destruye la memoria de las clases populares.

Es obvio que no se respeta los sitios que pueden suponer un recuerdo de los trabajadores como el patrimonio industrial. La vivienda popular no se respeta casi aunque se respeta más en el centro, donde todavía quedan corralas. Los museos de historia, como el de Historia de Madrid, mayoritariamente cuentan cómo vivían las élites y muy poco las clases populares. La cultura y aquello que se decide conservar es lo que conserva la memoria de las élites.

En el siglo XX la sociedad española pasa de ser de proletarios a de propietarios, ¿qué efecto tienen las hipotecas en la protesta social?

"Hoy en día la vivienda en propiedad es el pilar de la clase media"

Tiene un efecto muy grande. La idea de que poner las bases materiales para que el trabajador puede tener en propiedad la vivienda desconflictiviza proviene del siglo XIX y el franquismo la lleva a la práctica con todas sus consecuencias. Si tiene algo en propiedad, el trabajador será una persona que no se considerará así mismo proletario y no será alguien conflictivo. Hoy en día la vivienda en propiedad es el pilar de la clase media.

Plantea una desconflictivización pero también la lucha de vivienda como una especie de 'revival' de la lucha de clases.

La lucha por la vivienda no tiene por qué ser por la vivienda en propiedad sino por el sitio donde vives. No es tanto un revival como algo que ha vehiculizado históricamente la lucha de clase, como las huelgas de alquileres de los años 30. La lucha de clases se ha visto solo como la lucha en el centro de trabajo pero a la vez ocurrían un montón de conflictos en los barrios. Los conflictos por el espacio se producían entonces pero no han sido tan estudiados hasta ahora. Entonces, igual que ahora, las mujeres estaban en primera línea. Hay un hilo conductor que lo une a la lucha por la vivienda que ha surgido desde el 15-M. La lucha por el espacio siempre ha acompañado a la lucha en el centro del trabajo.

Hay un detalle que me parece clave en su libro. Cuenta como El Viso, el barrio con mayor renta per cápita de España, fue construido con ventajas fiscales de la Ley de Casas Baratas. Hasta las “leyes sociales” benefician a los ricos.

Una Ley de Casas Baratas se hace en la época de Primo de Rivera para dar una serie de exenciones fiscales y facilitar la edificación de las clases populares. Muchas veces todas esas colonias que construyeron entonces fueron hechas directamente para que viviera la gente de las clases medias o élites como ocurre en El Viso. Bajo esa legislación también se hicieron casas para que vivieran trabajadores pero en muchos otros casos fue un ejercicio más de especulación.

También criticas la visión hegemónica de la gentrificación como obra de hipsters y turistas

Me parece una simplificación del proceso. Los hábitos de consumo de la gente sí inciden en la gentrificación de los barrios pero ni es la única razón ni la más importante. En cualquier caso de gentrificación de un barrio, lo que va a salir en prensa es que se abrieron una serie de comercios modernos, aparecieron profesionales liberales que llevan un Mac y trabajan en un café. Esa es la narración pero cuando lo miras en detalle ves que hubo una serie de concesión de licencias por parte del ayuntamiento, hubo un grupo inversor que empezó a comprar locales... Es decir, hay una serie de agentes que tienen mayor peso político o económico que están operando en esas situaciones. Por otro lado, esa narración de las clases creativas que cambian los barrios son ejemplos muy paradigmáticos en Manhattan, Amsterdam, Madrid... pero la gentrificación en sí misma es el desplazamiento de unos vecinos en favor de otros vecinos de mayores rentas y se produce por otras muchas razones. A veces se produce directamente con expropiaciones y excavadoras mediante. ¿Que no solemos llamarlo gentrificación? Habrá que revisar el término porque cuando ocurre en un país del tercer mundo lo llamamos gentrificación, pero cuando pasa aquí no, aunque es exactamente lo mismo.

Se tiende a cargar contra las clases creativas como agentes gentrificantes cuando en ocasiones están muy precarizadas, son incapaces siquiera de tener una jornada laboral fija ni la importante distinción entre los tiempo de trabajo y de ocio.

También son clase trabajadora. A veces las condiciones de trabajo de un creativo de una agencia son como para echarse a temblar. Durante muchos años, los que entran en las agencias publicitarias ganan una miseria y trabajan 14 horas al día. Si esto no es explotación laboral y ser clase trabajadora cuando no llegan a pagar el alquiler, ya me dirás.

Un aspecto muy interesante es cómo las salas de apuestas están llenando los barrios pobres mientras esquivan los ricos y cómo se forma un activismo de barrio en su contra

Es una locura la cantidad que hay en barrios pobres como Vallecas. Mucha gente está empezando a organizarse por los efectos de la posible ludopatía que se está cebando con la clase trabajadora. En el parque donde yo crecí han puesto ahora una sala de apuestas con cerveza barata. En mi época, con el barrio lleno de chavales, me imagino a muchas personas que hubiesen entrado recurrentemente en esos locales y un porcentaje de ellos habrían caído en las garras de la ludopatía. Es un caballo de batalla que está ardiendo en algunos barrios. Ya ha habido manifestaciones en barrios obreros contra la sala de apuestas.

Esta legislatura en Madrid, al igual que en anteriores, se tiende a peatonalizar casi exclusivamente en calles céntricas y comerciales

"Me echo a temblar cuando se habla de las virtudes de peatonalización y se pone como ejemplo a la calle Preciados cuando es la última calle en la que me gustaría estar en mi vida"

Una de las promesas para la próxima legislatura de Ahora Madrid me parece absolutamente marciana: peatonalizar parte de la calle Fuencarral que no está peatonalizada. El tramo que se quiere peatonalizar es ya semipeatonal porque tiene de las aceras más amplias de todo Madrid, es uno de los sitios más amables para pasear y hay más vida en ese tramo que en la parte peatonalizada. Es un error si lo que se quiere es convertir en esa otra parte, que es una mala experiencia de peatonalización porque la calle Fuencarral peatonalizada es un corredor comercial que no tiene ninguna identidad como calle. Me echo a temblar cuando se habla de las virtudes de peatonalización y se pone como ejemplo a la calle Preciados cuando es la última calle en la que me gustaría estar en mi vida. No me parece que el resultado sea tan bueno para ponerlo constantemente como ejemplo. Pasa lo mismo con la calle Fuencarral. Pensar en peatonalizar el tramo de la calle Fuencarral, en el que solo hay dos carriles, donde hay más acera que calzada y tiene arbolado, es un auténtico populismo peatonalizador que se da en el centro y no en el resto de barrios.

Da la sensación que esta legislatura ha estado muy concentrada en el centro

Esta legislatura ha sido especialmente centralista. Si analizamos los proyectos estrellas del Ayuntamiento son Madrid Central, la Gran Vía y Plaza de España, que no ha dado tiempo a ejecutarse. Todos afectan al centro.

En junio de 2017 se peatonalizó la calle Galileo Galilei en Chamberí pero tras las protestas de parte de los vecinos, el Ayuntamiento revirtió el proyecto

A veces existen estas contradicciones. Mucha gente teníamos mucha simpatía por los vecinos de Gamonal pero estaban protestando contra algo, construir un bulevar y quitarle espacio a los coches, que desde un racionalismo del diseño de la ciudad podías ver bien aunque obviamente detrás de la propuesta estaba también el enriquecimiento de un cacique local. Hay una serie de contradicciones que hacen que no todo sea tan sencillo, como ocurre con los chalecos amarillos en Francia. Pecamos un poco de racionalismo: esto es así porque hay que reducir las emisiones pero también hay que ver qué maneras hay de reducirlas y que las consecuencias no caigan siempre sobre los mismos.

Dice que antes se vivía más la calle, ahora solo se transita. ¿Se cae en cierta mistificación del pasado?

Sí, es posible que haya también una simplificación del presente. Advierto que existen intersticios, que es una confrontación de fuerzas y que sigue produciéndose vida en la calle. Se ve cómo en muchas calles del centro se han convertido en un corredor comercial donde solo se puede ir a ver escaparates y en las nuevas periferias es lo opuesto: no puedes hacer gran cosa en la calle porque hay pocos comercios, casi no puedes cruzar la calle porque son autopista urbana... Por una razón u otra sí creo que hay cierta tendencia a que no haya vida de barrio en las calles. Aún hay otros barrios en los que, porque no están tan mercantilizados o porque conservan el diseño de cuando se hicieron, se sigue dando unas condiciones para que haya vida en la calle.

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