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El último borrador de la COP26 mantiene la mención a los combustibles fósiles en un texto mucho más ambiguo y débil

Con cambios en el texto y un lenguaje más ambiguo, los países no llegan a un acuerdo en temas de financiación debido a la falta de cooperación de los Gobiernos desarrollados. El Artículo 6, relacionado con los mercados de carbono, tampoco presenta avances.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, habla en un plenario de la COP26 de Glasgow.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, habla en un plenario de la COP26 de Glasgow. Yves Herman / REUTERS

El último borrador de la COP26, la Cumbre del Clima de Glasgow, mantiene cierto equilibrio respecto a los últimos documentos y sigue planteando el fin de las inversiones en combustibles fósiles. Aunque aparentemente se ha conseguido sortear las presiones de Arabia Saudí o Australia, la redacción del texto es mucho más ambigua y débil y no está del todo claro que se inste a poner fin a la financiación de las energías sucias.

El anterior borrador llamaba a los Gobiernos a acelerar la desinversión de combustibles fósiles y planteaba directamente el fin del carbón. Se reconocía por primera vez en un texto que la quema de hidrocarburos y minerales sucios era la principal causa del calentamiento del planeta. Ahora, sin embargo, el texto "exhorta" a las Partes a acelerar el despliegue de energías renovables y los sistemas de bajas emisiones. No se habla de eliminar totalmente todos los subsidios a los combustibles fósiles, sino de aquellos que sean "ineficientes". Aunque es una palabra inconcreta, sirve de subterfugio para que países con alta dependencia de petróleo o el carbón puedan mantener sus intereses intactos.

La inversión mundial en combustibles fósiles en 2020 fue de en torno a 350.000 millones de dólares, según los datos de la OCDE, la Agencia Internacional de Energía y el Fondo Monetario Internacional. Una cantidad que supera con creces los 100.000 millones destinados a energías renovables en todo el mundo.

La financiación para la adaptación sigue encallada

Por otro lado, el documento publicado esta madrugada no tiene ningún avance en términos de justicia climática. Los países ricos siguen sin aportar los 100.000 millones de dólares anuales al Fondo Verde de Adaptación, una cifra que habían acordado para 2020. El texto de este último borrador señala en su párrafo 44 el "profundo pesar" de que los Gobiernos desarrollados no alcancen el objetivo e incumplan su palabra. 

El único avance en materia de financiación y justicia climática es el de la Red de Santiago, una herramienta creada en la COP25 de Madrid que servirá para que las regiones industrializadas cooperen económicamente para que los países más vulnerables a los efectos de la crisis climática puedan afrontar las pérdidas y daños de inundaciones, sequías y otras catástrofes meteorológicas extremas. Ahora, se avanzan algunos fondos pero no están destinados precisamente a la reparación sino a cuestiones técnicas de funcionamiento de esta institución. Es decir, todo apunta a que el debate se deberá continuar en la COP27 de Egipto.

Los manifestantes protestan con pancartas en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Glasgow, la COP26.
Los manifestantes protestan con pancartas en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Glasgow, la COP26. Yves Herman / REUTERS

Artículo 6, lejos de un acuerdo

Los Gobiernos tampoco terminan de consensuar cómo se desplegará el Artículo 6 del acuerdo de París, el relacionado con la creación de mercados internacionales de carbono. Desde al menos 2018 las negociaciones están enquistadas y esta cumbre se presentaba como la gran oportunidad. Sin embargo, no hay ningún indicio de que las Partes vayan a ponerse de acuerdo.

La presidencia de la COP está subiendo borradores aparte de este asunto, debido a la extensión de texto que nace de las múltiples opciones que se plantean. Las divergencias tienen que ver con los problemas de doble contabilidad, es decir, que tanto el país que compra derechos de emisión como el que los vende, se apunten como propia la reducción en sus inventarios. Además, Japón y Brasil están presionando para mantener los créditos del Mecanismo de Desarrollo Limpio de Kioto, el anterior sistema de mercado de carbono.

"Un paso atrás"

Para los observadores y las organizaciones ecologistas este último borrador, a las puertas de la clausura de la COP26, supone un "paso atrás" respecto a los escasos avances que se habían dado esta semana. "El texto dista mucho del anterior. Hay compromisos que se han eliminado y que ahora han pasado a ser simples declaraciones de intenciones", expone Javier Andaluz, responsable de Energía y Clima de Ecologistas en Acción. "Este acuerdo se ve empobrecido respecto al anterior. Se ve debilitado. En lugar de mencionar a los combustibles fósiles se ha incluido en un párrafo genérico sobre tecnología", agrega Irene Rubiera, delegada de Ecologistas en Acción en la COP26 de Glasgow.

"Podría ser mejor, debería ser mejor, y nos queda un día para hacerlo mucho, mucho mejor"

"Podría ser mejor, debería ser mejor, y nos queda un día para hacerlo mucho, mucho mejor. En este momento, las huellas de los intereses de los combustibles fósiles siguen estando en el texto y este no es el acuerdo innovador que la gente esperaba en Glasgow", ha valorado Jennifer Morgan, directora ejecutiva de Greenpeace Internacional.

"El borrador se ha debilitado. Arabia Saudí y Australia han conseguido que no se hable del final del carbón y de los combustibles fósiles, sino del fin de combustibles ineficientes, algo que no existe. Solo existen los buenos combustibles fósiles, que son los que siguen bajo tierra. Además la financiación sigue siendo una cosa que se posterga de forma indefinida, ya que los países desarrollados no están cooperando y parece que no habrá acuerdo", valora Florent Marcellesi, miembro de Los Verdes.

"Es un borrador a la baja. Si la falta de ambición hacía que no estemos en condiciones de asegurar un aumento de temperaturas por debajo de 1,5ºC, el hecho de que se haya diluido la mención a los combustibles fósiles todavía nos aleja más de la ambición imprescindible", considera Juan López de Uralde, presidente de la Comisión para la Transición Ecológica del Congreso de los Diputados y coordinador federal de Alianza Verde, que espera que en esta cumbre se resuelvan al menos las incógnitas relacionadas con la financiación para la adaptación.

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